“En este momento, estamos agregando a la violencia delincuencial y criminal la violencia política porque quien comete fraude y quien organiza cosas en contra de los derechos políticos de la ciudadanía hondureña, también está alterando el orden público”, argumentó Custodio.

Demandó cualquiera sea el delito que se cometa en el país, debe ser castigado y evitar que los delincuentes se sigan cobijando con el manto de la impunidad.

Indicó que en Honduras equivocadamente, sólo se habla de la impunidad homicida, de la impunidad del robo y del asalto y se olvidan que también existe impunidad en los delitos electorales y fiscales.

El defensor de los derechos humanos, considera que la violencia en Honduras, se manifiesta en diferentes formas y cada una de ellas está presente en la realidad, en cualquier escenario que se vaya analizando en el país.

“El que los hondureños sean violentos, como lo reflejó un estudio reciente, influye en la violencia del delincuente común, del delincuente organizado y del de cuello blanco”, cuestionó.

Añadió que esa actitud violenta también influye, en la administración pública donde los funcionarios tienden a ejercer, en forma autoritaria e ilegal, su autoridad.

Lucha contra la violencia delincuencial no está en lenguaje de candidatos

Custodio lamentó que la búsqueda de un esfuerzo común para convenir acuerdos y estrategias de lucha contra la violencia delincuencial, no está en el lenguaje de los aspirantes a cargos de elección popular.

No obstante, considera que hay que felicitar aquellas municipalidades que están tomando la iniciativa para reducir la violencia en sus propios municipios.

Puso como ejemplos el caso de Puerto Cortés con el “Municipio Seguro” y El Progreso que ha avanzado en esa dirección.

El ombudsman refirió que los expertos que han venido a estudiar la situación de violencia y de inseguridad en el país, han señalado que Honduras ha encontrado y está desarrollando cosas que son modelo y lo único que hay que hacer es propagarlo, mejorarlo y perfeccionarlo.

En Honduras falla la aplicación de las leyes

En su evaluación de la realidad nacional, el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos, considera que Honduras no necesita una nueva Constitución ni cambiar leyes ya que el problema radica en la falta de aplicación de lo que se tiene.

Refirió que la prevención del delito, que es una función fundamental y primordial de la Policía y que por mucho tiempo anduvo muy mal, ahora se está haciendo los esfuerzos necesarios para mejorar esa situación.

Agregó que antes se cometían delitos y no se capturaba a nadie, ahora por lo menos hay resultados que se pueden ver todos los días con la captura de personas que cometen delitos.

Custodio recomendó mantener las estadísticas actualizadas, llevar mediciones y reportes más frecuentes de los niveles de violencia en el país y comparar si realmente se continúa con los mismos niveles.

Cuestionó que si la situación de seguridad ha mejorado, no se justifica que otros gobiernos les adviertan a sus ciudadanos que no vengan al país.

“Cuando se hace ese tipo de recomendaciones, es como no reconocer que algo se está haciendo bien”, acotó

El ombudsman hondureño sostuvo que lo que está fallando en el país, es la falta de aplicación de las leyes.

En ese sentido, Custodio hizo un llamado a los hondureños a “unir esfuerzos para salir de estas honduras de impunidad”.