Tegucigalpa (Por Alejandro García) – La galopante violencia contra las mujeres hondureñas no encuentra eco entre los operadores de justicia. Al menos eso se colige de los escalofriantes datos que reportan un femicidio diario y hasta una denuncia cada dos horas en los tribunales de la República, pero que lejos de disuadir este flagelo, más bien se incrementa con el paso de los años.
– Más de medio centenar de mujeres han sido asesinadas este año en Honduras.
Este martes 8 de marzo, que se celebra el Día Internacional de la Mujer, las hondureñas aprovechan los espacios públicos para hacer conciencia sobre la vertiginosa violencia que les arrebata la vida en un país donde son mayoría y que por primera vez son gobernados por una presidenta electa en las urnas, Xiomara Castro.
Castro se convirtió en la undécima mujer en América y cuarta en Centroamérica que ejerce el poder; antes de ella estuvieron en ese cargo: Violeta Barrios en Nicaragua, Mireya Moscoso en Panamá, Laura Chinchilla en Costa Rica, Lupe Arteaga en Ecuador, Dilma Rousseff en Brasil, Michelle Bachelet en Chile, María Martínez y Cristina Fernández en Argentina, Lidia Tejada y Jeanine Áñez en Bolivia.
Es oportuno mencionar que la población hondureña es de 9 millones 523 mil 621, según datos oficiales del Instituto Nacional de Estadísticas (INE); donde 4 millones 634 mil 306 son hombres y 4 millones 889 mil 315 mujeres. Es decir que el 51.34 % son féminas y el restante 48.66 % hombres.
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Y para muestra un botón. Hace unas horas una mujer fue asesinada con saña en la aldea de Támara en el Valle de Amarateca. La joven presentaba signos de tortura y su cabeza estaba desfigurada producto de pedradas con las que le habrían quitado la vida.
Para seguir con esta oleada cotidiana de violencia, el domingo una jovencita fue encontrada ejecutada en un solar baldío en La Entrada Copán, occidente del país. La víctima fue identificada como Mercy Analú Reyes, quien presentaba impactos de bala en su cuerpo tras salir de una fiesta bailable a la que asistió con unos amigos.
Igualmente, el domingo por la tarde se encontró el cuerpo sin vida de una mujer que estaba en el interior de un saco de mezcal en un mercado ubicado en la Séptima Avenida de Comayagüela.
Así se cuentan por muchas las interminables historias de mujeres que son víctimas de la violencia en este país centroamericano, donde poco o nada se hace para dar con sus verdugos.
¿Y la justicia?
Diariamente se reporta en los medios de comunicación historias de muertes, violaciones o abusos contra las mujeres, sin embargo, pocas veces se sabe si el caso llegó a ser judicializado, y en escasas ocasiones, si la resolución fue condenatoria o absolutoria.
En muchas ocasiones, la mujer que es víctima no reporta el caso de violencia o decide retirar la denuncia del Ministerio Público simplemente porque están amenazadas o el caso no avanza.
Ocurre reiteradamente que las víctimas deciden retirar la acusación y con ello evita que llegue a la etapa final en los juzgados.
Sin embargo, también ocurren escenarios en que la mujer no es favorecida por los entes de investigación o judiciales del país, porque las pruebas no son suficientes para comprobar la responsabilidad del agresor y esto las hace más vulnerables que al inicio cuando decidió interponer una denuncia.
Mujeres no continúan con el proceso legal
La encargada de comunicaciones de la Fiscalía de la Mujer, Julissa Gómez, detalló a Proceso Digital que los módulos especializados de atención del ente acusador del Estado reciben diariamente entre ocho a 16 mujeres que alegan ser víctimas de violencia doméstica.
Estimó que mensualmente, la Fiscalía de la Mujer interpone 60 requerimientos fiscales en los juzgados.
La Fiscalía hace lo propio, desde la investigación hasta presentar las acusaciones ante los juzgados, expresó Gómez.
No obstante, reconoció que la víctima decide retirar la denuncia por temor o reconciliaciones con su agresor y por ello estiman no seguir con el proceso legal.
Reiteró que muchos de los casos se quedan en denuncia porque las mujeres no desean continuar con el proceso legal.
Gómez mencionó que la Fiscalía de la Mujer aconseja a las víctimas que retiran la demanda a que continúen con el proceso legal porque sus vidas pueden estar en riesgo.
En ese sentido, la funcionaria indicó que el MP tiene un alto número de denuncias de violencia doméstica.
Procesos judiciales largos
Sin embargo, aseguró que el MP sí actúa en las denuncias de violencia contra la mujer, pero no es una responsabilidad exclusiva de ese ente acusador del Estado dar celeridad a las mismas.
«El Ministerio Público sólo recibe la denuncia… se imponen medidas como alejar al agresor de la víctima, se toman declaraciones y luego pasan las diligencias al juzgado», opinó.
Agregó que las audiencias en los juzgados duran bastante tiempo, dejando un largo plazo de tiempo en que la mujer puede perder su vida, ser objeto de hostigamiento y violencia por parte del agresor.
Gómez manifestó que muchas de las agresiones a las víctimas ocurren durante el largo proceso judicial que se entablan en los tribunales.
Pandemia empeoró la violencia
La relacionista pública del ente acusador del Estado reconoció que desde que ingresó la pandemia del COVID-19 -en marzo de 2020-, se elevó el número de denuncias como los casos de violencia contra la mujer.
“Durante el tiempo de confinamiento se elevaron las denuncias, se incrementaron las cantidades de llamadas telefónicas en busca de auxilio”, externó.
Aclaró que muchas de las denuncias que surgieron durante el confinamiento se quedaron solo en simples llamadas telefónicas, pero no siguieron el curso en la Fiscalía.
Reveló que en 2021 se reportaron cuatro mil denuncias por violencia doméstica, la mayoría pertenecía a violencia psicológica, al mismo tiempo, adicionó que el MP recibió tres mil 184 denuncias de maltrato familiar.
Gómez afirmó que la mujer ha perdido el miedo en denunciar, sin embargo existe un alto número de casos en la zona interior que prefieren quedarse calladas por temor a represalias de sus agresores.
En esa zona -explicó- que la mujer no es consciente de su condición, tiene temor a daños mayores o dependen económicamente de su agresor, por lo que están maniatadas.
Continuó que también no hay una posta policial cercana, una fiscalía o juzgado que la acompañe a denunciar.
Cero voluntad política
De su lado, la coordinadora de la organización “Visitación Padilla”, Merly Eguigure, señaló que no existe voluntad política de parte de las autoridades para resolver los casos de violencia de la mujer, especialmente los femicidios.
La coordinadora de Visitación de Padilla expresó que en la Corte Suprema de Justicia (CSJ), las mujeres se han topado con otro obstáculo en la búsqueda para obtener justicia.
Encontramos que si una persona acusada es pariente de algún empleado del Poder Judicial, se perderá cualquier petición de justicia, lamentó y condenó el consagramos político en ese poder del Estado.
Denunció que ha habido momentos en que la empleadas del Poder Judicial han cuestionado a las mujeres por ser víctimas de violencia.
En cuanto al Ministerio Público dijo que carece de voluntad para atender los temas como los femicidios, comentó Eguigure a Proceso Digital.
Recordó que el Ministerio Público incrementó su presupuesto por dos años seguidos para fortalecer las unidades de investigación e incluso se creó una tribuna de mujeres para dar seguimiento a este tipo de flagelo.
“Si no se fortalecen estas unidades de investigación poco se puede hacer porque el escaso personal que posee no tiene la capacidad de investigar la gran cantidad de femicidios”, analizó.
Entre ese entramado oscuro de violencia las hondureñas se suman a la celebración del Día Internacional de la Mujer, con muchas demandas y pocas respuestas de la institucionalidad del Estado.
PD