spot_img

Un temporal empeora la crítica situación humanitaria en Gaza

Por:

Compartir esta noticia:

Gaza – El temporal que azota la costa del Mediterráneo Oriental ha empeorado la situación humanitaria en la Franja de Gaza, donde escasea el combustible y numerosos hogares se han visto inundados por las torrenciales lluvias.
 

Las bajas temperaturas, lluvias y fuertes vientos han golpeado especialmente en los barrios más pobres de la Franja, cuyas precarias construcciones no han podido evitar las duras consecuencias de una de las peores tormentas de las últimas décadas.

«No pude rescatar ninguna prenda de abrigo para calentar a los niños; difícilmente pudimos escapar de la casa y llegar al colegio que está en nuestro vecindario», explicó Yusef Abu Shaar, un refugiado del campo de Jan Yunis, en el sur de la franja.

Abu Shaar encontró refugio para su mujer y sus seis hijos en una escuela de Naciones Unidas, después de que su humilde vivienda se viese inundada por las fuertes lluvias registradas en la zona.

Tanto Gaza como el desierto israelí del Negev, habitualmente desérticos, han sufrido el impacto de fuertes torrentes formados a raíz de la copiosa lluvia de las últimas veinticuatro horas, equivalente a las precipitaciones promedio de todo el mes de diciembre, según estadísticas oficiales.

«Nuestra vida es dura y no sé cuánto tiempo tendremos que estar aquí», se lamentó Abu Shaar.

La agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos (UNRWA) ha respondido a las peticiones de ayuda ofreciendo sus instalaciones a quienes no tienen otro refugio o se han visto sus casas anegadas por el agua.

En otras zonas de la franja, los servicios de rescate y defensa civil -vinculados a la UNRWA y al Gobierno de Hamás- debieron rescatar a familias enteras de calles y casas afectadas por las imprevistas riadas.

El Ministerio de Educación cerró el miércoles y el jueves todas las escuelas y universidades en la zona por temor a las consecuencias del temporal, que también está afectando a Cisjordania pero con consecuencias menos dramáticas.

Todas los cimas por encima de los 600 metros están cubiertas desde ayer por un manto de nieve, que han dejado paralizadas a ciudades como Ramala y Belén.

En Gaza, a nivel del mar, las inclemencias climáticas se han visto potenciadas por la falta de electricidad.

El pasado 1 de noviembre su única planta dejó de proveer electricidad a la mitad de los 1,7 millones de gazatíes por la escasez de fuel, lo que significa que la población sufre cortes diarios de hasta 16 horas.

En el campamento de refugiados de Shati, próximo a la costa y donde reside el primer ministro islamista, Ismail Haniye, la situación nos es mejor que en Yabalia.

La familia de Hasán Ghanayem, de poco más de 50 años, ha recurrido a un viejo fogón de madera para calentar su casa, en la que viven él, su mujer y doce hijos.

No ha podido impedir, sin embargo, que el agua se filtre por las planchas de hojalata que cubren el techo.

«Tapé las ventanas con láminas de nailon para evitar la entrada del agua fría. Me prometieron que me ayudarían a arreglar las ventanas y el techo, pero hasta ahora nadie lo ha hecho», se quejó.

Ghanayem afirma que la vida en la Franja es una «tragedia» e invitó a los funcionarios del Gobierno de Gaza a que «pasen una noche» con su familia.

La situación meteorológica en la región se ha agravado con la entrada de un frente frío procedente de Rusia, inusual en el cálido Oriente Medio.

El pasado mes de noviembre fue el más cálido de las últimas seis décadas, y hace sólo dos semanas se registró -también de forma inusual- un tórrido viento desértico.

Después de otra fuerte nevada la pasada noche, los meteorólogos prevén que el clima mejore únicamente el sábado o domingo.

El Ministerio de Salud de Hamás anunció en un comunicado que decenas de personas necesitaron asistencia médica en los últimos dos días a causa de la ola de frío y fuertes vientos, que hicieron volar los techos de algunos edificios.

Los equipos de rescate siguen hoy en alerta para ayudar a las familias afectadas, cuyo número crece conforme pasan las horas y las reservas de combustible se van reduciendo vertiginosamente.

Debido a su alto precio en Israel, el gobierno de Hamás solía abastecerse de diesel y gasolina de proveedores en Egipto, que luego introducía de contrabando a través de los túneles de Rafah, destruidos en los últimos meses por el Ejército egipcio a raíz de una ola de atentados en el Sinaí.
spot_img
spot_img

Lo + Nuevo

spot_img
spot_img
spot_img
spot_imgspot_img