Tegucigalpa (Proceso Digital) – Las primeras horas del miércoles en Tegucigalpa resultaron expectantes y mediáticas hasta más no poder. La “última hora”, el “urgente”, el “último momento”, la expectativa en general se centró en la movilización de vehículos, tropas, caninos y un despliegue aéreo en torno a la unidad policial especializada donde está detenido el expresidente Juan Orlando Hernández, pedido en extradición por los Estados Unidos.
Tras lo resuelto por la justicia hondureña, el exgobernante ya puede ser entregado a la agencia antidrogas de los EEUU, DEA (por sus siglas en inglés). Nada lo impide a estas alturas.
En general, la expectativa de la semana ha girado en torno a la extradición de Juan Orlando Hernández, acusado de tres delitos en una corte neoyorquina que le endilga traficar 500 mil kilogramos de cocaína entre 2004 y 2022, además de participar en una conspiración violenta de narcotráfico para recibir cargamentos de múltiples toneladas de cocaína enviadas a Honduras desde Colombia y Venezuela, entre otros lugares por rutas aéreas y marítimas para transportar las drogas hacia el oeste de Honduras, hacia la frontera con Guatemala y finalmente a los Estados Unidos.
Los noticieros matutinos han prologado hasta avanzada la tarde, la presencia de sus enviados especiales a la unidad “Cobras”, como se le conoce al centro policial donde está detenido el expresidente, quien gobernó Honduras de 2014 a 2021.
Las agendas de los medios, movidas de sus enfoques y planes, están atentas a lo que pueda ocurrir en un hecho inédito en la vida de Honduras y probablemente también de los Estados Unidos. Se trata de la extradición del expresidente de un país.
Los despliegues en torno al cercano viaje del exdignatario contrastan con las protestas de los médicos y enfermeras que luchan por sus plazas, tras haber atendido dos años en la pandemia originada por el coronavirus. Igual, con las denuncias de sectores de sociedad civil en torno al fondo departamental establecido a los 128 diputados propietarios y a igual número de suplentes. Todas estas temáticas efervescentes fueron opacadas este día.
La agenda tampoco dio el ancho para atender a fondo la crisis alimentaria que avizoran organizaciones y entendidos que prevén que las afectaciones climáticas y los impactos del conflicto que abate Ucrania seguirán cobrando un alto costo en una población hondureña empobrecida en más del 70 %.
El costo de los productos de la canasta básica, el de los combustibles o los inalcanzables precios de los fertilizantes o de los medicamentos para pacientes renales, pasaron un tanto inadvertidos.
La atención seguía centrada en la salida de Hernández en un avión de la DEA y los “movimientos” oficiales refrendaron la expectativa.
La espectacularidad en la unidad “Cobras” se dilató especialmente cuando las autoridades de Seguridad anunciaron una conferencia de prensa que aún no se concreta.
Al par, un nuevo jefe administrativo en un hospital público de Comayagua amenazaba con despedir a una decena de médicos que exigían sus derechos laborales, vulnerados.
Mientras en las afueras del Congreso Nacional, organizaciones humanitarias exigían una Ley para amparar a los pobladores que internamente se ven obligados, por efectos del crimen y la inseguridad a desplazarse de la noche a la mañana y abandonar sus vidas y sus hogares.
De su lado, el canciller del país Eduardo Reina, solicitaba formalmente a los Estados Unidos la ampliación del Estatus de Protección Temporal (TPS por sus siglas en inglés), para amparar a más de 44 mil hondureños que aún se acogen en este instrumento que fue activado a finales de 1998, cuando Honduras fue abatida por el huracán Mitch.
Los migrantes son para Honduras la principal fuente de divisas. El país recibió 1,192.1 millones de dólares entre enero y febrero pasado por concepto de remesas familiares, un 25.8 % más que en el mismo período de 2021, de acuerdo con cifras del Banco Central del país (BCH).
Así, Honduras discurrió este miércoles entre la expectativa y las protestas. Incluso, empresarios del parque de vehículos usados, se tomaron carreteras para exigir la publicación de una ley que les exonera al momento de realizar sus importaciones, condicionadas a ciertos años de fabricación de los automóviles.
Pero la conservadora Tegucigalpa, además, vive desde la tarde de este miércoles una protesta ‘sui generis’ liderada por jóvenes consumidores y defensores del uso del cannabis que se apostaron en la plaza La Merced y en los bajos de la sede del Legislativo, pidiendo que se les permita el libre uso y comercialización de la marihuana. Ellos han llegado acompañados de grupos musicales que elevan sus cantos acompañando la inusual protesta. Sus organizadores, quienes se han declarado abiertamente consumidores, han dicho que el concierto se prolongará hasta las 7:00 u (8:00 de la noche).
En el ínterin, el expresidente, esposo y asesor principal de la presidenta Xiomara Castro, Manuel Zelaya, anunciaba que la extradición será mañana jueves y su expresión fue refrendada con una breve declaración que desde Panamá, donde participa en un evento oficial, brindó el ministro de Defensa, del mismo nombre (Manuel Zelaya).
Y en la sede de los “Cobras”, los ensayos de una operación o el simulacro, denominado “Liberación”, mantienen la atracción y la expectativa. La prensa sigue allí, con sus enviados expectantes. Y no es para menos, se trata del primer expresidente de la región que será extraditado por presuntos vínculos con la criminalidad organizada. (PD)