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Un exgobernante y una exprimera dama esperan el veredicto de la justicia

Tegucigalpa (Proceso Digital) – En un tiempo recorrieron calles, aldeas y caseríos buscando el voto del elector, llegaron a formar gobierno, pero el destino les separó política y afectivamente.

Hoy 16 de marzo, en una audiencia el expresidente Juan Orlando Hernández enfrentará el veredicto de la justicia mientras la ex primera dama, Rosa Elena Bonilla de Lobo, que estaba también programada para acudir a un tribunal donde se dictará el fallo de su caso ha sido pospuesta para el 17 de marzo.

El primero espera este miércoles la decisión de un juez natural para determinar si procede o no la petición de extradición por narcotráfico, y la segunda, sabrá si un tribunal, en la repetición de un juicio, la encuentra culpable o inocente por corrupción.

La exprimera dama de la nación, Rosa Elena Bonilla fue sometida a repetición de juicio por presuntos delitos de corrupción.

Ambas figuras políticas fueron protagonistas de su época. La exprimera dama, Rosa Elena, en el gobierno de Porfirio Lobo Sosa, donde compartió la llegada al poder del Partido Nacional, y con él, la presidencia del Congreso Nacional, en la figura de Juan Orlando Hernández, cercano de la familia presidencial y al gobierno de Lobo Sosa, su mentor y padrino político en el nacionalismo.

Entonces los proyectos sociales de la entonces primera dama, Rosa Elena Bonilla, se impulsaban con fuerza desde el legislativo, y en las páginas sociales se reportaba como la familia presidencial y también desde la presidencia del Congreso Nacional las relaciones estaban en su mejor momento.

Un frío distanciamiento

La campaña política de JOH en su primer período fue acuerpada férreamente por Lobo Sosa y la ex primera dama, Rosa Elena Bonilla, pero el distanciamiento se hizo sentir después de la reelección, ante las acusaciones que la entonces Misión de Apoyo en la Lucha contra la Corrupción (MACCIH) hiciera contra la esposa del expresidente Lobo y también contra miembros de su entorno familiar.

La ex primera dama es condenada por corrupción tras las pesquisas de la MACCIH y la Ufecic del Ministerio Público, pero cuando la clase política decide expulsar a la Misión, la justicia ordena repetir el juicio a la ex primera dama por presuntos errores de procedimiento. El nuevo juicio ha dado inicio y el Ministerio Público sostiene que han sido acreditadas las pruebas de su culpabilidad, pero la defensa espera sea declarada su inocencia.

El expresidente Lobo ha acompañado a su esposa en todo el proceso judicial.

En el ínterin de este proceso, el expresidente Lobo Sosa habló de traiciones, de “jinetes del apocalipsis” y de que la ex primera dama fue parte de una negociación entre el gobierno y la OEA (a quien estaba adscrita la MACCIH) para dar “un trofeo” que tuviera en sosiego a los hondureños, hartos de los actos de corrupción y de impunidad en el país.

Lobo Sosa cuestionó la forma en que su esposa, Rosa Elena Bonilla, una ex primera dama del país, fue expuesta a la vindicta pública, enchachada de manos y pies, y exhibida por la ciudad y en los tribunales. Luego, con la salida de los testimonios de los capos hondureños de la droga en las cortes de justicia de Nueva York, que lo salpican a él y a JOH, las relaciones entre Hernández y Lobo Sosa se vinieron al suelo. La ruptura fue inevitable.

Previo a los sucesos relacionados con la ex primera dama, en las gradas de casa de gobierno el ex presidente Lobo Sosa reaccionó al conocerse la captura de su hijo Fabio Lobo por agentes de la DEA, en un país extranjero y llevado a la justicia estadounidense por delitos de narcotráfico, para enviar un mensaje público. Esa fue la última vez que se vio al expresidente Lobo Sosa en la casa de gobierno.

Cuando el hermano de JOH, el ex diputado Juan Antonio “Tony” Hernández fue capturado, luego condenado a cadena perpetua y el ex presidente Hernández pasa a ser objeto de interés de la fiscalía estadounidense, Lobo Sosa ya se había convertido en uno de los opositores más férreos de Hernández que cabildeó y realizó estrategias para evitar el continuismo del partido Nacional.

 Ahora, la ex primera dama, Rosa Elena Bonilla, enfrenta un juicio por ocho delitos de fraude y uno de apropiación indebida, en el llamado caso “Caja chica de la dama”. La etapa del juicio terminó con las conclusiones del caso y el tribunal de sentencia fijó para el 16 de marzo próximo la lectura de sentencia, pero la misma fue cambiada de fecha.

El exgobernante Juan Orlando Hernández define su suerte este miércoles.

La suerte de JOH

Este miércoles, 16 de marzo, un juez natural determinará también si el expresidente Juan Orlando Hernández, es extraditado o no a los Estados Unidos, tras ser pedido en extradición por ese país por delitos de narcotráfico, entre otros.

Hernández, quien guarda prisión preventiva en unas instalaciones policiales de fuerzas especiales, es acusado por los fiscales estadounidenses de haber ingresado  droga a los Estados Unidos y otros dos delitos .

La defensa de Hernández está haciendo uso de todo entramado legal a su alcance para evitar ser extraditado, en tanto su esposa, la ex primera dama, Ana García, ha ido de dependencia en dependencia denunciando que a su esposo se le violaron los derechos humanos al ser exhibido públicamente con chachas y grilletes en manos y pies. Ella ha declarado reiteradamente que su esposo es víctima de una venganza de los cabecillas de la droga que él combatió durante su gestión pública.

Ana García de Hernández ha salido en los últimos días a defender a su esposo y negar vínculos con el narco.

El juez natural que conoce el caso del expresidente Hernández le negó la petición de arresto domiciliario solicitada por la defensa por no estar contemplada dentro del auto acordado que rige la extradición, y el pleno de la corte de justicia, negó la apelación de la defensa de Hernández en un intento por revertir la denegatoria de casa por cárcel.

Hoy 16 de marzo, el expresidente Hernández sabrá la determinación del juez natural acerca de si es o no extraditado. La defensa ha anunciado que apelará en caso de que proceda la extradición. En promedio una extradición tarda 100 días y hasta ahora, ninguna de las peticiones de extradición hecha por los Estados Unidos ha sido denegada pero más de alguna ha sido diferida.

En tanto, la exprimera dama aún aguarda en su audiencia el veredicto del tribunal en su caso. (PD)

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