Por Alberto García Marrder
Para Proceso Digital, La Tribuna y El País de Honduras.
Nací muy temprano cuando no había vacunas para la poliomielitis y a los 13 años me enfermé de esa parálisis infantil.
Y esto lo menciono cuando en Estados Unidos ya se habla de no hacer obligatorio la vacunación infantil (el estado de Florida ya lo adoptó).
En los años sesenta, había en EEUU, unos 16,000 casos de polio anuales. Y en el 2023, ninguno, gracias a la vacuna creada por el doctor Jonas E. Salk en 1955. Y desde 1994, la polio está erradicada en Estados Unidos y América del Sur, gracia a esa vacuna.
Por eso me quedo perplejo ante las decisiones norteamericanas de no hacer obligatoria la vacunación infantil, alentadas por el chiflado Robert F. Kennedy Jr., actual ministro de Salud e hijo del asesinado Robert F. Kennedy y apoyado –eso parece-por su presidente Donald Trump.

Trump podría dejar de apoyarlo si se da cuenta que esas medidas anti-vacunas le quitarán apoyo electoral ante las vitales elecciones primarias del próximo año.
Me quedo con un editorial del diario “The Washington Post” que lo dice todo en pocas palabras: “Florida invita a un desastre al tratar de eliminar la vacunación en las escuelas”.
Joseph A. Ladapo, el “Surgeon General” de Florida (una especie de ministro estatal de Salud) y de origen nigeriano, dice que ya no será obligatorio estar vacunados para que los niños puedan asistir a las escuelas públicas del estado. Decisión apoyada por el gobernador, Ron de Santis.
¿Qué le ha pasado a mí querido estado de la Florida, donde he vivido casi 15 años como periodista en Miami? Esa locura tiene un nombre: Kennedy, el sobrino del asesinado presidente John F. Kennedy, en 1963.
Por algo los que llevan ese apellido no quieren saber nada de él y lo consideran “un peligro para la salud de los norteamericanos”. Y su cara lo dice todo.
En su afán contra las vacunas ha despedido a centenares de investigadores de los centros de salud, sobre todo a la directora del Centro de Control de Enfermedades (CDC), Susan Monaren, por no seguir sus instrucciones y ha nombrado como reemplazo a los que piensan como él. Todos anti-vacunas, incluidas las nuevas versiones de la vacuna contra el COVID.
A pesar del aparente respaldo de Trump a su polémico ministro, ha causado estupor y preocupación la reciente participación de Kennedy ante una comisión del Congreso, donde fue criticado hasta por senadores republicanos por su política anti-vacunas y muchos pidieron su renuncia o despido.
¿Tiene Kennedy los días contados en el gabinete de Trump? Uno que no tuvo vacunas de polio a tiempo espera que si…