Tegucigalpa/Washington – Donald Trump escaló su enfrentamiento arancelario, pero está vez dejó claro que su único adversario global es China, a quien elevó a 125 % la tasa que pagarán las importaciones del gigante asiático, mientras ofreció una tregua al resto del mundo de 90 días en la recién guerra comercial iniciada por la Casa Blanca.
La medida de Trump tiene un solo fin: calmar los mercados bursátiles globales que se vieron sacudidos la semana pasada cuando el jefe de Estado norteamericano anunció los primeros aranceles.
Las caídas en las bolsas que van desde Wall Street en Nueva York a Fráncfort en Alemania, Londres, París, Tokio, Pekín y Hong Kong desató el miedo en el mundo financiero y muchos bancos comenzaron a deshacerse de los bonos, ya que temían una caída generalizada.

También las fortunas de los principales hombres de negocios, especialmente de los capitanes de la industria tecnológica, se vieron mermadas en estos días, así como los valores de las acciones de las empresas, lo que creaba un momento de incertidumbre en la economía estadounidense y global.
Y hay algo que los mercados y la economía detestan es la incertidumbre, ya que la confianza es su principal activo cuando se trata de invertir y crecer.
Tregua de 90 días
La crisis de los mercados por los gravámenes anunciados por Trump tuvo un nuevo elemento el miércoles cuando el titular de la Casa Blanca anunció que por 90 días suspenderá la aplicación de los aranceles impuestos a los países que no hayan
respondido con medidas similares a los primeros gravámenes.
«He autorizado una PAUSA de 90 días y una reducción sustancial del arancel recíproco durante este período, del 10%, también con efecto inmediato».
La medida casi tiene aplicación global y solamente se quedarán con el arancel reducido del 10 % que es la base que mantiene el gobierno estadounidense.
Trump hizo el anuncio en su cuenta de su red Truth Social, tras cuatro días consecutivos de pérdidas en la bolsa de Wall Street, animó a los inversores con un escueto mensaje que decía en mayúsculas que «ES UN GRAN MOMENTO PARA COMPRAR».

El presidente estadounidense admitió que los aranceles anunciados la semana pasada habían desatado pánico en los mercados bursátiles y en el resto de la economía global al señalar que la gente se estaba «asustando un poco» e indicó que había que tener flexibilidad en estos momentos.
Los principales bancos estadounidenses, como el JP Morgan, han informado que se ha elevado la posibilidad de una recesión en la economía norteamericana y con ello a nivel mundial.
Trump señaló el miércoles que más de 75 países se han comunicado con su administración para negociar.
Washington, apuntó, no quiere «perjudicar a países que no necesitan ser perjudicados». «Todos quieren negociar. Queremos cuidar de ellos, pero debemos cuidar de nuestro país», dijo Trump en un acto posterior.
Los mercados reaccionaron a la tregua de Trump con alzas en los indicadores.
Wall Street se disparó con subidas de entre el 6 y el 8 % y el precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) subió un 4.65 % y superó los 62 dólares el barril.

El mercado de bonos también mostró signos de mejora después de que los bonos del Tesoro a diez años —considerados un refugio seguro en momentos de inestabilidad financiera— sufrieran una fuerte caída a primera hora del día, lo que había reavivado los temores sobre la fragilidad del mayor mercado de deuda del mundo.
Choque de gigantes o Trampa de Tucídides
Pero la medida de Trump tuvo una excepción y que revela cuál es el verdadero propósito de la medida: China.
Washington ya tiempo definió que su gran rival es Pekín, tanto en el ámbito económico, comercial y militar.
El rápido ascenso chino en el mundo ha activado las alarmas en Washington, que teme que su rol como superpotencia económica y militar sea desafiada por el gigante asiático.

Por ello Trump no sólo mantuvo los aranceles, sino que los elevó a 125 %, luego que Pekín anunciara el miércoles la tasa de 104 % de aranceles a los productos estadounidenses, en reciprocidad a lo que había acordado el gobernante estadounidense.
“En algún momento, ojalá en un futuro cercano, China se dará cuenta de que la época en que estafaba a Estados Unidos y a otros países ya no es sostenible ni aceptable”, dijo en su red social, Truth Social.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, recordó en una breve comparecencia ante la prensa que tal y como ha afirmado en otras ocasiones, «cuando alguien golpea a Estados Unidos el presidente Trump responde más fuerte».

Un enfrentamiento o guerra comercial entre Washington y Pekín viene siendo anticipado por los expertos, mientras otros hablaban de lo que consideran inevitable de una “Trampa de Tucídides” en el ámbito del comercio.
La “Trampa de Tucídides” es conocida en el mundo de la política internacional como el inevitable enfrentamiento militar cuando una potencia establecida es retada por una potencia en ascenso, en referencia a la Guerra del Peloponeso cuando el ascenso de Atenas provocó el temor en Esparta, la potencia dominante helena y del Mediterráneo.
Aunque por los momentos los expertos solo hablan del tema comercial, ya que los principales bancos del mundo han adelantado en sus estudios que la economía china superará a la norteamericana en los próximos 25-30 años.
De hecho en Pekín se impulsa que el llamado “sorpasso”o adelantamiento ocurra antes de 2049, cuando el Partido Comunista de China celebra el centenario de haber asumido el poder el 1 de octubre de 1949, tras derrotar a las fuerzas nacionalistas de Chiang Kai-Shek del partido Kuomintang, en la guerra civil tras el fin de la Segunda Guerra Mundial.
Habrá que esperar este jueves si el liderato comunista de Pekín iguala los aranceles al 125 % y ver hasta dónde llegan estos dos gigantes, Estados Unidos la primera y China la segunda economía del mundo, en su guerra, mientras el resto del mundo mira impotente como se enfrentan y las consecuencias las paga el resto de las naciones. (PD).