Por: Daniel Meza Palma
Como medida de contención al contagio del COVID-19, el gobierno ha decretado un toque de queda absoluto en toda la geografía hondureña a partir de las 6:00p.m.
del 20/3/2020 hasta las 3:00p.m. del 29/3/2020, con excepciones para la movilización de personas vinculadas a determinadas ramas de actividad económica, indispensables para la provisión de bienes y servicios que demanda la crisis.
Vale la pena tener en cuenta, que existen negocios cuyo ciclo de producción no se detiene, independientemente de la existencia de toques de queda y estados de sitio. Es el caso de la producción agrícola, particularmente de leche, huevos, aves y otros bienes perecederos. Además, las prácticas culturales de cada rubro responden a una calendarización que debe cumplirse en las fechas precisas o enfrentar pérdidas en la producción, reducciones en la productividad y consecuentemente disminuciones en los ingresos.
En general, las empresas de bienes y servicios de cualquier naturaleza están sujetas a dos tipos de costos: Costos fijos: Sueldo personal administrativo, alquileres, préstamos, alquiler de vehículos, personal de vigilancia, honorarios profesionales, seguros, internet; y costos variables: mano de obra, comisiones sobre ventas, energía eléctrica, agua, materia prima, insumos, costos de producción, telefonía, tipo de cambio, etc.
La interrupción de labores de los negocios por causa de un toque de queda, disminuye la actividad económica en general, pero dado el alto nivel de informalidad prevaleciente, que según el Instituto Nacional de Estadística absorbe al 72% de la Población Económicamente Activa, no hay manera de suspender el quehacer de millones de personas que subsisten de su diario accionar. Una estimación muy preliminar de qué ocurre por actividad económica cuando se restringe el libre tránsito de las personas y bienes se presenta en la tabla siguiente:
TABLA UNICA: NIVEL DE ACTIVIDAD CON TOQUE DE QUEDA ABSOLUTO
Fuente: https://unstats.un.org/unsd/publication/SeriesM/seriesm_4rev4s.pdf Elaboración propia.
Conforme a la tabla, la economía hondureña está funcionando a un 46%. La expresión “el dinero nunca duerme”, tiene connotaciones positivas y negativas, según las actividades económicas y cómo estas generan sus ingresos. Cuando las cuentas por cobrar superan con creces a las cuentas por pagar, los plazos, cargos, multas, intereses, etc. siguen corriendo no importa el cierre de actividades. Pero, sí la situación es a la inversa, y la empresa debe asumir cuantiosas cuentas por pagar incluyendo costos fijos y encima, limitada de generar ingresos, entonces la repercusión del descalce financiero no se resuelve con extensiones de plazos de las deudas por parte de los acreedores. La pérdida en el flujo de caja requerirá para muchas empresas y empleados una transferencia de efectivo para superar la crisis.