Por. Thelma Mejía
El contoneo de caderas de la cantante colombiana Shakira fue el preámbulo que la fiesta futbolera de cada cuatro años llegaba a su fin. Brasil se despedía del mundo con una sencilla pero linda ceremonia de cierre donde el inigualable Santana nos deleitó con su música.
La selva amazónica, testigo mudo de las luchas emprendidas por el ecologista Francisco Alves Mendes Filho, conocido popularmente como Chico Mendes, quedará en el recuerdo de aquellos turistas que pudieron viajar a las ciudades ubicadas en el corazón de la Amazonia o de quienes escucharon las leyendas contadas por el pueblo.
Muchos medios de prensa hicieron sus historias con el otro lado del fútbol, es decir, penetrando en la cultura, sus costumbres, excentricidades, formas de vida y la historia de las favelas.
Allí, en medio de esos recorridos, tengo la certeza que más de algún brasilero les habló de Chico Mendes, un líder ecologista, asesinado hace 26 años por su defensa del amazonas y las reivindicaciones sociales en la Brasil de la ex guerrillera Dilma Roussef, ahora presidenta y quien busca reelegirse en medio del resurgimiento de los eternos problemas sociales y estructurales de su país. Crece el descontento.
El mundo del fútbol tiene un nuevo campeón mundial en la poderosa escuadra alemana que se preparó desde hace más de una década para obtener el triunfo frente a una escuadra albiceleste que luchó hasta donde la suerte le acompañó.
No le fue tan mal a Argentina, llegó a una semifinal 24 años después y se coronó subcampeona, pese a no mostrar tan buen fútbol, según los expertos.
Alemania, además, por primera vez arrebata la copa a América para llevársela a Europa. ¿Por qué? ¿Qué hizo bien Alemania? ¿Y qué falta por hacer en América?, es el debate que seguirá por los próximos cuatro años a los expertos y los directivos del fútbol.
Unos, ya comenzaron, otros como en Honduras, no veo por donde asoman las reflexiones.
El día de la final, hice el esfuerzo por ver un partido completo, pero me fue imposible. Mis amigos se habían quedado sin favoritos y aunque aupaban a Argentina, no había tanto entusiasmo como les vi en otros partidos.
Entre plática y plática mirábamos de reojo el partido, cuando se produjo el gol, apareció Gerardo España, gritando eufórico y todos le siguieron al unísono creyendo que era de Argentina.
Al darse cuenta que vitoreaba por Alemania, se fueron al suelo de la risa y gritaron: ¡tenemos un infiltrado! Mi otro gran amigo, Wilfredo Salgado, se corrió del mundial cuando perdió la selección de España, pero su dolor fue superado por el de Julio Raudales, quien no volvió a aparecer tras la catastrófica derrota de Brasil.
Julio Raudales y Germán Reyes, si que estuvieron de luto por el fracaso de Brasil. ¡Joder!
Me sorprende cómo el fútbol mueve tantas emociones. Me conmovió ver a Diego, el hijo de Orfa, llorar por la pérdida de la albiceleste, no digamos Will García, un hincha de Argentina y de Diego Maradona, que si bien no lloró, sufrió la derrota.
Will me invitó a seguir el mundial con los comentarios de Diego Maradona en el programa De Zurda, de Telesur, la cadena suramericana que se anotó un hit al contar en sus estudios con el polémico deportista argentino, quien tocó la gloria, pero también el infierno con su adicción a las drogas de la cual se asegura está repuesto.
¿Qué me gustó de De Zurda? Su canción: «cuándo el mundo está al revés, mejor pegarle de zurda, con un bombazo que aturda y que defina en un gol. De zurda, de zurda, mejor pégale de zurda? y celebrar esta fiesta hasta que salga el campeón», por ahí va la letra.
De Zurda fue también un programa divertido, entre las odas a Maradona y los contrastes con los trabajos periodísticos de color fuera de los estadios: en pequeños pueblos de empobrecidos pescadores, en favelas y otras historias muy propias de nuestra América Latina.
Creo que fue una propuesta alternativa interesante, un tanto ideologizada, pero con enfoques distintos.
La canción fue compuesta por Gustavo Santaolalla y participó en ella Gustavo Cordera, Julieta Venegas y el grupo colombiano Chocquibtown.
Su apuesta, dijeron, es la construcción de una utopía que resulte interesante, en un concepto que trascienda la individualidad para hacer énfasis en los países, en la «Patria Grande» como llaman a los pueblos de nuestra América.
El hecho del debut de Maradona como comentarista, acompañado del periodista Víctor Hugo Morales, me hizo seguir ese programa todas las noches. Aprendí y vi figuras del fútbol de otros mundiales con reflexiones muy interesantes sobre la calidad del mundial.
Por su polémica, Maradona fue seguido por todas las agencias de noticias que tenían periodistas destacados exclusivamente a monitorear lo que decía: si lloraba, reía, insultaba, en fin.
Maradona mostró incluso un lado izquierdista que no terminaba de calzarle, se quedaba en el aire con pasajes históricos de la izquierda latinoamericana, pero hacía su mejor esfuerzo. Fue genial. También vi su lado humano, que fue el que más me gustó.
Pero no solo Maradona llamó mi atención. Hice zapping a los programas locales de televisión como La Jornada, por citar alguno, así como los de las cadenas Fox Sport, ESPN y los mexicanos.
En fin, degusté esa parte del mundial y del fútbol que no termina de convencerme aún para hacerme hincha, pero me entretiene. Hasta los comentarios de Jaime Bayly me eché, pues debía aprender y entender para escribir sobre lo que no sé.
Agradezco a todos los amigos, colegas y personas conocidas y no conocidas que me alentaron y dieron consejos a lo largo de este mes con mis artículos no futboleros.
Sigo siendo una principiante del fútbol que degustó las historias, intenté trasladarlas en una narrativa amena, sin alterar las técnicas y normas que rigen este deporte.
Terminó el sopor del mundial, llevo en mi memoria muchas anécdotas y mientras despierto a la realidad, en el chat de mis Aleros, ¿cuál creen es el debate actual?: las canciones de Candy, Heydi y algunas de esas que dan en la yugular como Puerto Limón, del grupo Abracadabra.
El debate ahora es infantil y musical, Jejeje. Sin duda se nos fue De Zurda y con ella el mundial.