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Honduras: El Niño y el cambio climático, inquilinos que auguran crisis alimentaria

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Tegucigalpa – Cuando a mediados de la década del noventa se anuncia la detección del fenómeno natural de “El Niño”, caracterizado por el calentamiento de las aguas en el Pacífico con su impacto en la agricultura y la alteración del clima, entre otros efectos, nadie imaginó el alcance de sus consecuencias. La sequía se apoderó de muchos países.
 

Si los efectos de El Niño son severos, su otro compañero, el cambio climático llegó para quedarse. Éste se entiende como un cambio de clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la atmósfera mundial y que se suma a la variabilidad natural del clima observada durante períodos comparables.

Ambos fenómenos no son inquilinos deseados en los países del mundo. Mientras el cambio climático se hace sentir en forma permanente al grado que hoy los agricultores no pueden saber con certeza cuándo sembrar y cuándo parar, el fenómeno de El Niño se hace presente por temporadas de tres a ocho años y todos cruzan los dedos porque sus efectos sean moderados y no severos.

Amos fenómenos causan en Honduras efectos que marcan a la población tanto en la escasez del agua como en sus cosechas que este año, por ejemplo, se prevén raquíticas e incapaces de satisfacer la demanda interna.

A estas alturas de julio, un mes generalmente benigno y marcado por los granos frescos de la recién concluida cosecha, los frijoles, alimento básico en la mesa de todos los hondureños es un bien tan escaso que se equipara con la de cualquier tesoro preciado.

Dos incómodos aliados

Este año, la naturaleza parece haber juntado estos dos fenómenos en la región de América Central, al aseverar en un reciente encuentro en San Salvador, que la sequía afectará con fuerza en los próximos tres meses a todos los países del istmo, con mayor acento en Belice, Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua.

Según el Foro del Clima, una instancia del Comité Regional de Recursos Hidráulicos, el mayor déficit de lluvias lo sufrirán la meseta central de Guatemala, el oeste, centro y sur de Honduras, el norte y este de El Salvador; el pacífico norte y central de Nicaragua; el pacífico norte y el valle central de Costa Rica y la península de Azuero y zonas cercanas al este en Panamá.

El Foro del Clima hizo su reunión a mediados de julio en San Salvador y los pronósticos es que los países centroamericanos deben prepararse para las eventualidades.

En Honduras, las autoridades parecen reaccionar tímidamente al impacto de estos dos fenómenos juntos. No ligan una cosa con la otra y la importación parece sustituir un problema agrícola y alimentario más grave de lo presupuestado.

Estimaciones preliminares aseguran que al menos unos ocho departamentos serán afectados por la sequía ante la escasez de lluvias, la presencia de El Niño y el aliento permanente del cambio climático, último que trae consigo también vulnerabilidad y obliga a tomar precauciones frente al riesgo climático como inundaciones, terremotos, marejadas, entre otros.

Honduras es considerada una de las naciones más vulnerables en el mundo al cambio climático. La destrucción del ambiente y de su foresta no parece cesar, al contrario, se incrementa y una de las causas directas del deterioro ecológico es la deforestación de su bosque.

Emergencia en el corredor seco

Frente a la sequía que causará la presencia de El Niño y el anuncio de tres meses más de escasez de lluvias, las autoridades de la Secretaría de Agricultura preparan un plan de emergencia en zonas donde estiman las consecuencias serán severas.

Estas zonas son Choluteca, Valle, El Paraíso, Francisco Morazán, Intibucá y Lempira. Ellos, junto a otras regiones, conforman el llamado corredor seco del país. Pero no sólo en esas comunidades existe preocupación.

La Federación de Ganaderos de Honduras levantó su voz al advertir que a causa de la sequía que se hace sentir ya en algunas zonas, se ha terminado el pasto con que se alimenta el ganado y teme que en zonas de amplios hatos ganaderos como Olancho, por ejemplo, los animales mueran por falta de alimentos.

Leopoldo Durán, presidente de los ganaderos, dijo que esa falta de pasto para el ganado vacuno se percibe, además de Olancho, en El Paraíso, Choluteca y Colón, zonas donde la siembra no está rindiendo.

Indudablemente el país presenta problemas de siembra de granos básicos, siendo el frijol el que está teniendo mayor impacto al grado de tener que recurrir a importaciones para disminuir el déficit. De ser un país productor de frijol que abastecía el mercado, hoy Honduras comienza a experimentar sus primeros reveses, producto de la sequía y el cambio climático, así como por la falta de políticas agrícolas claramente definidas.

Rafael Alegría, del Consejo Coordinador de Organizaciones Campesinas de Honduras (Cococh), no duda en indicar que el país está viviendo malos tiempos. El campo ya no rinde, asegura.

Precios seguirán al alza

Agricultores se quejan incluso de la falta de semilla para sembrar, pero el gobierno sostiene que tiene una reserva estratégica de semilla que liberará según la coyuntura.

La escasez de granos básicos, aparte de los fenómenos naturales, también está ligada a que los agricultores no quieren sembrar porque no se paga el precio justo, acorde a la inversión. El mercado ya no es rentable.

Todo ello incide en la economía familiar de los hondureños que ahora tiene que pagar más por lo que consume, sumado a las variantes en los precios de los combustibles que son marcados por el mercado internacional.

El consumidor hondureño, acostumbrado a que los frijoles no podían faltar en su casa, ni tampoco el maíz o el arroz, ahora deberá enfrentar la escasez de estos productos o comprarlos más caros porque la naturaleza no está siendo benévola y la agricultura no será rentable, mientras las políticas de incentivos no se focalicen y paguen lo justo que se invierte en el mercado.

La lluvia deficitaria, dicen los expertos, seguirá golpeando a la región centroamericana en los meses de agosto, septiembre y octubre, siendo el fenómeno de El Niño el factor detonante de una sequía que siguen apostando sea moderada.

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