Indicó que todavía falta entre un siete y ocho por ciento, que representan unos siete mil hondureños, que aún falta que se reinscriban en el programa y que no se sabe si no lo han hecho por miedo a ser deportados.
En ese sentido, pidió a los hondureños que tienen parientes viviendo en Estados Unidos, para que llamen a sus familiares y acudan a reinscribirse ya que todavía hay tiempo para hacerlo pues todavía no se ha cerrado el proceso, siempre y cuando acrediten mediante una carta la razón por la cual no se reinscribieron en la fecha que estaba establecida.
Por otro lado, Díaz indicó que según informes de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), entre 260 y 300 hondureños abandonan el país diariamente en busca del sueño americano debido a la situación económica crítica y la galopante inseguridad que reinan en Honduras.
Ejemplificó que solamente el jueves se recibieron dos vuelos en San Pedro Sula, de 132 hondureños cada uno, que vienen deportados desde Estados Unidos y que vienen a engrosar las filas de los desempleados.
Añadió que muchos de los hondureños retornados tenían algunos años de estar viviendo en Estados Unidos y regresan sin futuro pues regresan sin dinero y encuentran a sus familiares “descarriados” y ahora tienen que ver como los mantienen.
Ante esa situación, muchos deciden volverse a ir, pero advirtió que la situación en Estados Unidos no es tan buena como algunos creen para poder conseguir empleo.
Por su parte, la subdirectora del Centro de Atención al Migrante Retornado (CARM), en el aeropuerto Toncontín de Tegucigalpa, Aracely Romero, indicó que en lo que va del año, ya se rebasó la cifra de 32 mil hondureños que han sido retornados desde Estados Unidos por la vía aérea, a pesar de los peligros que representa la ruta para alcanzar el llamado sueño americano y que muchos mueren o resultan lisiados en el camino.
“La población hondureña se va para el país del norte, no porque quiere irse o que quiere abandonar Honduras, porque a pesar de los problemas que hay, los hondureños quieren quedarse aquí, pero la mayoría de los retornados al ser entrevistados dicen que se van por la falta de una oportunidad de empleo y en segundo lugar por la violencia que impera en el país”, esgrimió Romero.
Agregó que el CARM hace una labor de sensibilización acerca de los peligros que representa la migración en la ruta que va a Guatemala y después a México y desde ese país hasta Estados Unidos, pero esa es una decisión que la toma cada persona.
Añadió que a pesar de los peligros, en lo que va del año, son más de 70 mil los compatriotas que han sido deportados, de los cuales 32 mil lo han hecho por la vía aérea y los restantes 38 mil por la vía terrestre.
“Nosotros decimos que migran más las personas fuertes, las que tienen mucha fortaleza porque una persona débil no podría soportar los duelos de la migración”, señaló.