
El hombre a lo largo de su historia, ha experimentado diferentes formas de vida y de relaciones entre sí. Alvin Toffler quien en 1970, había escrito “The Future Shock”, después en 1980, nos entrega el segundo libro “ La Tercera Ola” donde propone al menos tres tipos de olas, esto es a saber: La Agrícola, un tipo de sociedad la cual basó su economía en el cultivo estricto de la tierra, obteniendo de ella los frutos para la subsistencia. Esta sociedad es muy particular pues las herramientas usadas para arreglar y cultivar seguramente eran muy rudimentarios, por lo que las relaciones de producción eran muy simples, pero muy arraigadas, sobresale una característica única en cuanto a las familias, las cuales eran sumamente extendidas, es decir, que eran numerosas.
La segunda ola de la que habla Toffler es la Sociedad Industrial, que no es más que el surgimiento de una generación con mentalidad capitalista, ya que la invención de máquinas y fábricas proliferaron, esto es mejor conocida como la “Revolución Industrial”, surgida en Inglaterra, evidenciando un desarrollo exponencial y significativo, trayendo como aparejada consecuencia el aparecimiento de ciudades por lo general ubicadas en los puertos de embarque y desembarque de los productos manufacturados por las fábricas que fueron originando grandes conglomerados humanos, con esto se aumentaban las grandes metrópolis del mundo europeo y norteamericano.
La tercera ola según Toffler, es la Sociedad de la Información, es decir, la tecnología digital, y las comunicaciones. Es la sociedad en la cual vivimos que se mueve al ritmo de los avances de la inteligencia artificial y todas las posibilidades que brinda la Internet con la interminable lista de plataformas e interacciones en un planeta que se volvió casi “glocal”. Esta presente realidad que vivimos se adelanta cada vez más rápido de lo está un suspiro de otro y sin darnos cuenta, son tan violentos los cambios en todos los niveles que sin querer nos han metido en una competencia en la que no se sabe, quién podrá sobrevivir.
Sumado a lo anterior, el filósofo alemán Sigmund Baumann, habla de que esta generación es líquida, a pesar de contar con tanto a la mano, principalmente las herramientas tecnológicas, dispositivos sofisticados, software, algoritmos estadísticos y un incontable banco de datos que un segundo, ubican cualquier punto del planeta, mediante satélites que observan el mundo en que vivimos en tiempo real. Sin duda, que esta sociedad que ya no se ensucia las manos cultivando la tierra, ni está estandarizada o sincronizada como la industrial, sino que es, y vive de lo descartable, desechable y volátil, atraviesa los peores momentos de desencanto, frustración y vacíos muy notables.
Los daños socio emocionales de la presente sociedad, ocasionada por los errores y manejos incorrectos de una inexistente planificación y visión estratégica de bienestar y seguridad de una población mundial que vive amenazada por pandemias, virus y enfermedades producidas por los alimentos que se consumen. Los grados de incertidumbre en que vive la sociedad actual, pareciera que carece de sentido, corre y se decanta por los productos tecnológicos que nos ofrecen todos los días, nos han arrastrado y enredado en las llamadas “redes sociales”, que son las exhibiciones públicas de la vida privada de las personas, pueblos, ciudades, Estados, monarquías, parlamentos, gobiernos y gobernantes mundiales.
Esta sociedad posindustrializada como la llamaron algunos expertos, entre otros, los estadounidenses Daniel Bell, John Galbraith, y el francés Allan Touraine, está marcada porque amplifica la capacidad mental, la investigación científica,la prestación de servicios que superan la era de la industrialización, y la fuerza laboral eminentemente tecnológica. Algo que preocupa, es que nos avanza una generación cada vez mas longeva, a la par de una generación que emerge que no cree en la familia, pues, los que logran formar hogares, si acaso, tienen un hijo, lo que amenaza a futuro, es la ausencia de mano de obra calificada, pues los jóvenes de hoy, serán los viejos de mañana, los cuales seguramente afrontarán otros desafíos y adelantos científicos, aún más difíciles de los que enfrentamos hoy.
Los servicios como la educación, salud, finanzas y tecnología se vuelven cada vez más complejos, elevados por sus costos, y sólo asequibles para aquellos que de alguna manera los pueden adquirir, lejos de ser gozados por la gran mayoría de la población mundial. La sociedad del presente, demanda creatividad, información y conocimiento, que constituyen la materia prima para la innovación. Las empresas que contratan su personal, asumen que los contratados ya cuentan con las competencias blandas y básicas para desempeñarse y producir al máximo.
Las universidades en el mundo por un lado sufren deserción y por el otro, van en carrera abierta por implementar nuevas carreras que compitan nacional e internacionalmente, además, trabajan en alcanzar reformas en sus planes de estudios, adicionando cambios sustantivos a fin de hacer atractivos sus pensum de estudios, de manera, que respondan a las demandas de la sociedades posindustrializadas en las que los centros de estudios superiores les ha tocado educar y formar profesionales para el mundo del trabajo.
Los desafíos de esta sociedad posindustrial pasan entonces por: una ingente innovación que no admite procastinaciones, es para ayer todo, pues las demandas son más veloces que el sonido. Además, la ética que demanda la aplicación de las tecnologías y el respeto por la vida, si es que acaso queda algo por el amor al prójimo, pues ahora no se sabe qué es real y que es artificial, que es verdad o que es ficción, que es orgánico o transgénico. Se supone que debe observarse el respeto y luchar por la preservación de la especie humana, considerando cada riqueza natural y los pocos recursos con los que cuenta el planeta, evitando el peor desastre y desenlace fatal de esta tierra que gime a una por una renovación y mejor cuidado. En este sentido, el conocimiento que alcanza el hombre sea puesto a la orden de sus semejantes y demás especies vivientes. Los ejemplos de sociedades posindustriales son los países de la Europa occidental ( Alemania, Francia
España y Reino Unido), Estados Unidos, Japón. Sin duda, que China Continental está en ese proceso y seguramente lo alcanzará muy pronto, a pesar de sus particularidades aún.
¿Será esta la última sociedad?. ¿Qué más está por venir?. ¿Cuál es el futuro de la siguiente generación?. ¿Seremos más humanos, o más máquinas?. ¿Habremos roto lo que medianamente nos queda como ético?. ¿La vida se volverá aún más artificial y lo veremos como la nueva normalidad?. ¿Cuál será el papel de la educación, estudiantes, docentes y padres de familia?. ¿Qué tipo de escuela tendremos dentro de los próximos 25 años, es decir para el año 2050?. ¿Cómo serán las formas de administración y gerencia de los Estados y sus instituciones?. ¿Tendremos una generación simple, indiferente, indolente e insolidaria?. ¿Hacia qué sociedad avanzamos, en dónde los principios éticos, morales, y el respeto por la vida están ausentes?. ¿Será esta una sociedad del espionaje intelectual, y guerras comerciales, en donde prevalecerán los adelantos de una inteligencia posartificial?. Esto solo para reflexionar de lo que vemos hoy y de lo que se verá en un futuro próximo.