Tegucigalpa (Especial Proceso Digital /Por Lilian Bonilla) – De acuerdo a coincidencias científicas con el calentamiento global cada vez los huracanes y las tormentas se volverán más letales, aumentará la severidad de los eventos hidrometeorológicos, lo que indica que los temporales, inundaciones y sequías serán más severas y países como Honduras seguirán siendo las víctimas perfectas.
– Esta semana el CN aprobó un préstamo con el BID por un monto de $400 millones que podrá usarse para desastres naturales o pandemias.
Con frecuencia se escucha que Honduras es uno de los países más vulnerables del mundo al cambio climático, esto debido a que varios organismos internacionales lo incluyen, de manera frecuente en la lista de los países más afectados, situación que los hondureños han venido comprobando año a año.
Un ejemplo de estos lugares que se atribuyen a Honduras es el Índice de Riesgo Climático (IRC) Germanwatch 2020, donde el país centroamericano fue el segundo más impactado por huracanes, tormentas e inundaciones y sequías en la última década.
Asimismo, el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), de las Naciones Unidas y expertos de Germanwatch, coincidieron en un pronóstico nada halagador para Honduras, ya que en sus informes indican que, de mantenerse las actuales condiciones de vulnerabilidad, algunas zonas costeras pronto quedarán bajo el mar.
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Drama humano
Lo más impactante cada vez que un fenómeno de esta naturaleza azota el país es el drama humano, cientos de familias pierden sus bienes de la noche a la mañana, llegan a los albergues con las manos vacías donde por lo general a los pocos días son abandonados a su suerte y no tienen más remedio que sumarse a buscar el sueño americano.
Las repercusiones que dejan los fenómenos naturales afectan a todos los sectores socioeconómicos, profundizan la desigualdad y la pobreza.
Para el economista Roberto Lagos, es lamentable porque con los constantes fenómenos naturales lo primero que se afecta es la alimentación de subsistencia lo que deja una inminente crisis de seguridad alimentaria.
A eso se suma la afectación a todos los sectores productivos que tienen millonarias pérdidas que vienen a repercutir en toda la economía, porque la pérdida de los cultivos genera escasez de alimentos, suben los precios de los productos de primera necesidad y tiende a haber más inflación, dijo el experto a Proceso Digital.
Seguidamente, el economista señaló que otro sector que históricamente es golpeado e impactado seriamente y que reporta pérdidas millonarias, es la infraestructura como la red vial, puentes, vados, bordos, viviendas e infraestructura escolar y sanitaria, “los impactos son serios porque eso significa arrancar de cero y volver a generar capacidad instalada y volver a reconstruir”.
Eventos que dejan tan devastado el país pueden desacelerar el tema económico, Honduras no puede estar soportando eventos estilo Eta y Iota por eso es importante, poner atención en el tema de prevención e inversión pública, recalcó.
El economista indica que ante el desolador panorama que dejan los eventos se debe tener cuidado con el Presupuesto General de la República (PGR), justo ahora que está por discutirse en el Congreso Nacional.
A renglón seguido, expuso que este debe estar orientado a temas de inversión pública y seguir reduciendo temas de gasto corriente, “recordemos que tenemos un incremento importante, entonces ese estímulo fiscal esperemos que sea para impactar la inversión pública ya sea a través de construcción de carreteras, de represas, hospitales y escuelas”.
Finalmente remarcó que de haber focalización de programas sociales que impacten, que sean eficientes por ello en el Congreso los diputados tienen un rol muy importante para saber orientar los recursos.
Por su parte, el director ejecutivo de la Cámara de Comercio e Industrias de Cortés, (CCIC), Kevin Rodríguez, durante el Twitter Space, con el tema reactivación económica después del paso de la tormenta tropical Julia, en el que participó Proceso Digital, dijo que “Hay que buscar mecanismos a largo plazo, analizar los pro y contras, porque los huracanes provocan problemas de inflación cada año, cosas que no tenemos en cuenta, pero que están presentes y hay que incluirlas en nuestras variables”.
Cantidades millonarias que se diluyen bajo agua
Las pérdidas millonarias en Honduras son recurrentes debido a las inundaciones no es nuevo que los bordos, vados y otras obras de mitigación en el Valle de Sula, se diluyen con los huracanes y las tormentas quedando bajo el lodo cantidades millonarias que se han invertido, de ahí la frase que los bordos del Valle de Sula son de oro.
Actualmente al menos 120 puntos de ruptura de bordos se reportaron por las últimas lluvias y Julia y la reparación de las rupturas simboliza un costo de más de 800 a 1,000 millones de lempiras, según lo estimó Leonardo Pineda, del centro de estudio y desarrollo del Valle de Sula.
Desde el 24 de septiembre el Gobierno decretó emergencia a nivel nacional por 90 días debido a las diversas inundaciones y derrumbes ocurridos por las torrenciales lluvias en diferentes partes del país, principalmente en Tegucigalpa y la zona norte y occidental del país, ya que las pérdidas son millonarias.
Los daños más recientes en el país son los provocados por la tormenta tropical Julia, que encontró a su paso un territorio hondureño golpeado, con su vulnerabilidad expuesta a flor de piel, por lo que ahora se registran panoramas desoladores.
Datos revelados por el gobierno y el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), indican un balance preliminar de pérdidas por el temporal de lluvias y Julia entre los 1,500 y 1,800 millones de lempiras solo en el sector agrario.
Del total de esas pérdidas solo en el sector bananero se estiman 800 millones de lempiras en mermas, por lo que los productores urgen de soluciones a corto plazo, para tratar de recuperar un sector que ya venía deteriorado desde las tormentas Eta y Iota.
Lo anterior sin contar con daños en infraestructura, escuelas, viviendas destruidas entre otros daños.
Según un informe de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), a la fecha la temporada de lluvia y la Tormenta Tropical Julia han dejado daños severos en 820 comunidades de 162 municipios de 298 en el país.
Más de 188 mil personas afectadas, 22 fallecidos ,23.000 personas evacuadas, 4.188 viviendas dañadas y/o destruidas, más de 100 mil hectáreas de cultivos dañados, al menos 73 centros educativos dañados y aproximadamente 80 sistemas de agua potable dañados.
Del Fifí a Mitch y de Eta y Iota a Julia se acorta la distancia
De los huracanes Fifí y Mitch con 24 años de diferencia, 22 años después del huracán Mitch, llegaron Eta y Iota y a solo un año de distancia llegó Julia.
El Mitch, el más devastador, es sinónimo de muerte y tristeza en el país además de desplazamiento forzado y migración, su impacto fue tal que se estima que el retroceso del país fue de entre 20 y 50 años.
Luego en medio de la pandemia por COVID-19 vinieron las tormentas, Eta y Iota según la CEPAL se estima que el costo total de los efectos causados por estos fenómenos meteorológicos ha sido de aproximadamente 52.099 millones de lempiras.
La misma fuente señala en su informe que el impacto en la actividad económica se estima en 0,8 puntos porcentuales del PIB en 2020 y 0,3 puntos porcentuales del PIB en 2021.
Sin solución mágica queda la adaptación y mitigación
El impacto de los fenómenos naturales es inevitable, siempre han estado y ahora con el cambio climático llegarán con mayor frecuencia, según estudios científicos.
De acuerdo a los expertos el mundo no tiene otra solución que la adaptación y la mitigación, la misma receta se aplica para todos los países del mundo, pero los más vulnerables como el caso de Honduras deben poner mayor énfasis.
Lo primero coincide es la respuesta humanitaria, luego un enfoque en políticas públicas con un eje transversal en el tema de cambio climático.
De modo que Honduras debe pasar de los estudios y diagnósticos a soluciones prácticas y duraderas concretando proyectos que hasta la fecha han sido fallidos como, por ejemplo, las represas, Llanitos, Jicatuyo y El Tablón. Otros puntos fundamentales están en la adaptación de los cultivos y el reasentamiento humano.
Compromisos incumplidos
La tarea para contribuir a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, es muy amplia y Honduras al ratificar el Acuerdo de París actualizó las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés), y deberían ser determinantes para países altamente vulnerables, pero Honduras, “no está cumpliendo con los compromisos adquiridos” dijo a Proceso Digital, César Quintanilla quien lamentó que más bien se retrocede.
Por ejemplo, mencionó que solo en el área de reforestación, “para 2030, Honduras se comprometió a reforestar 1 millón 300 mil hectáreas y estamos perdiendo 73 mil hectáreas todos los años”.
Los Objetivos de la Contribución Nacional Determinada de Honduras (ONDC-HN) son los lineamientos estratégicos para la adopción de medidas orientadas al desarrollo de políticas y acciones para la contribución del país a la acción climática mundial.
Entre algunos de los compromisos de la NDC, se destaca que -En 2023, se habrá elaborado la Política Hídrica Nacional y creada la Autoridad del Agua, además del fortalecimiento de la Red Meteorológica Nacional entre todas las instituciones que generan información hidroclimática-.
También -en 2023, se habrá elaborado la Estrategia de Adaptación del Sector Infraestructura y se habrán incorporado en los diseños de nuevas estructuras viales el componente de adaptación-.
Asimismo, -en 2025, se habrán conformado y fortalecido las Mesas Agroalimentarias Participativas del país, en medidas de adaptación, con sus sistemas de alerta temprana funcionando-.
Quintanilla dijo que el acelerado deshielo de polos y glaciares está haciendo subir los niveles del mar más rápido de lo que se pensaba.
En ese sentido, citó que comisiones de zonas costeras, con las que se ha reunido testifican que han perdido hasta 500 metros de playa, y hay comunidades que han quedado bajo agua, para el caso en la zona sur, en Cedeño el Centro Comunal quedó bajo agua, con lo que se comprueba el pronóstico de IPCC y Germanwatch.
El corredor seco es otro ejemplo de los efectos del cambio climático porque cada año se suman más municipios de diferentes zonas, lo que significa que se va camino a un desierto, los mapas indican que todos los ecosistemas de los cuales depende la vida en la tierra empiezan a colapsar y la mayor parte de países se van convirtiendo en desierto y Honduras no es la excepción.
“Entonces es una realidad que el cambio climático está avanzando y los escenarios irán cada vez poniéndose más drásticos”, ante este pronóstico gobierno, sector privado y en general la sociedad deben reaccionar, porque es preocupante que no haya mayor atención en la prevención y entonces llega un momento que tampoco hay capacidad de reacción porque el impacto cada vez es más grande, añadió.
Estos extremos de que todos los sectores socioeconómicos son impactados con mayor fuerza, se han podido comprobar en el pasado reciente con Eta y Iota y en la actualidad con las fuertes lluvias de este año, debido al fenómeno de La Niña y la tormenta Julia.
Responsabilidad de todos
Al final de los destrozos que dejan los fenómenos naturales todo el pueblo sufre las consecuencias ya sea de forma directa o indirecta, pero a la hora de contribuir a mejorar las condiciones del cambio climático son muy pocos los que adquieren alguna responsabilidad.
Los conocedores del tema climático y económico apuntan que los gobiernos incumplen los compromisos de proyectos duraderos, no ponen atención en la prevención y generalmente se limitan a respuestas inmediatas limitadas.
Por su parte, el sector privado e industrial no está haciendo lo propio para compensar el capital natural que utiliza para su materia prima y muchas veces se limita a emprender pequeños proyectos verdes, que no son suficientes y muchas veces son superficiales.
En cuanto a la población en general tampoco hay compromiso y se mal gastan los recursos en el hogar como exceso de gasto de energía, agua y combustible entre otros, cuando cada individuo debería ahorrar recursos para quitar presión a la huella de carbono.
Científicamente se ha establecido que a mayor calentamiento global mayores serán los eventos catastróficos; en ese entendido toda la población si excepción debería contribuir con su grano de arena a que no continúe el deterioro del planeta y las autoridades de Estado conjuntamente con los distintos sectores deben replantear las políticas que lleven a mitigar riesgos a fin de que los impactos de la naturaleza incidan menos en el desarrollo socioeconómico del país. LB