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Siete policías enfrentan cargos por narcotráfico en EEUU

Tegucigalpa – Siete exmiembros de la Policía hondureña enfrentan cargos por narcotráfico y trasiego de armas ante la justicia de Estados Unidos.

Son uniformados que formaron parte de las estructuras policiales en una de las épocas de la institución, mayormente marcada por la penetración del crimen. Fácilmente agentes y oficiales de primer nivel han sido vinculados a delitos de crimen común y organizado.

Uno de esos oficiales que están en la unión americana, se declaró culpable recientemente ante un juez. Los testimonios de los oficiales en los tribunales de los EEUU preludian que una retahíla de sus colegas puede ser los próximos en la cadena de expatriados, sin descontar otros actores políticos y sociales de este país.

Esta cantidad de expolicías, que se  entregaron a una nación extranjera, demuestra que el narco usó el brazo policial para asegurar el trasiego de drogas desde el sur hacia el norte del continente.

Recientemente las declaraciones de un exjefe de la organización “Los Cachiros” ante una corte de EEUU han implicado a estructuras policiales.

Igualmente ha ocurrido con otros testimonios que envuelven a oficiales y agentes en grandes operaciones de la criminalidad trasnacional.

Se mencionan policías, incluso, en asesinatos de gran impacto. En algunos casos como parte de los cerebros de las operaciones y en otros como gatilleros.

Recientes informes de prensa dan incluso detalles de operaciones trasfronterizas en las que policías se vincularon en negocios del cartel de Sinaloa y específicamente con el ex todopoderoso Joaquín “El Chapo” Guzmán, a quien se presume le facilitaron sus operaciones en este país. Sobre estas versiones no hay declaraciones oficiales que confirmen o no los hechos, al menos de cara al público.

Pero si hay informes y fuentes oficiales que, a lo largo de la última década, han confirmado operaciones de “El Chapo” Guzmán en Honduras.

Asimismo, hay fotografías que eran guardadas en una caja de seguridad de los jefes del cartel Valle Valle, cuyas cabezas fueron extraditadas a los EEUU, que muestran sus lazos de amistadcon oficiales de policía.

Desde abril de 2016, que comenzó la depuración en la Policía de Honduras, se ejecutó la extradición hacia Estados Unidos de un oficial reclamado por crimen organizado. Se trata de Ludwig Criss Zelaya Romero, mientras un año antes se materializó la expatriación de Wilmer Carranza Bonilla. En tanto cinco más se entregaron por su voluntad a las autoridades de Washington.

A estos siete exagentes de seguridad pública, se suma Carlos Alberto Valladares Zúñiga, exjefe de la Sección de Homicidios de la desaparecida Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC), a quien EEUU acusa por conspirar para introducir droga a ese país.

Valladares Zúñiga, abogado de profesión, también fue jefe de investigación de la Policía en el noroccidental departamento de Santa Bárbara. La imputación contra este exoficial data de marzo de este año y según Washington, éste importó, manufacturó y distribuyó una sustancia controlada como “parte y objeto de una conspiración” para enviar más de cinco kilogramos de droga con “una cantidad detectable de cocaína” a Estados Unidos.

Policía infórmante de Los Valle

El primer policía hondureño en ser entregado bajo los procesos de extradición a la justicia norteamericana fue Wilmer Carranza Bonilla, a quien se le señaló de ser informante del cartel criminal Valle Valle.

Carranza Bonilla fue expatriado el 15 de octubre de 2015. Se desempeñó como expolicía asignado a la desaparecida Dirección Nacional de Servicios Especiales de Investigación (DNSEI), específicamente a la unidad especial de investigación de delitos contra el lavado de activos y privación de bienes.

De acuerdo a las investigaciones oficiales, Carranza Bonilla utilizó su puesto policial para colaborar con las actividades de narcotráfico y delitos conexos del cartel de los hermanos Valle Valle. Fue acusado por conspirar para distribuir al menos cinco kilógramos de cocaína en territorio estadounidense y conspirar para participar en el lavado de dinero y será juzgado en el estado de Virginia.

Este exmiembro de la carrera policial, es originario de San Lorenzo, Valle, zona sur del país y se había radicado en el departamento de Copán en el occidente de Honduras, de donde es originaria su esposa y zona calificada como el fortín del cartel Valle.

Policía proveía armas a narcos

El segundo agente extraditado a EEUU es el subcomisario Ludwig Criss Zelaya Romero, quien -según Washington- está acusado de utilizar ametralladoras y dispositivos con alto poder de destrucción durante una actividad de narcotráfico.

De acuerdo a los cargos presentados, Zelaya Romero enfrenta una sentencia mínima obligatoria de 40 años de prisión y una pena máxima de cadena perpetua.

De Zelaya Romero -extraditado en diciembre de 2016- se sabe que, cumplidos los 18 años, ingresó a la Academia Nacional de Policía (Anapo), graduándose como subinspector, en la promoción 18 en diciembre de 1997.

En enero de 1998 comenzó su carrera como oficial de la Policía hondureña. El 30 de junio de 2016 fue excluido de la institución por la Comisión de Depuración de la Policía.

Igualmente, se conoce es oriundo de Danlí, El Paraíso. En los últimos tres años Zelaya Romero desempeñó cargos administrativos en la UMEP 2 del barrio Belén de Comayagüela y el museo de la Policía Nacional. Además, acreditó mediante constancia médica padecimiento en su columna.

Cinco se entregaron

Luego que se conocieran las acusaciones públicas de EEUU -junio de 2016- contra media docena de agentes hondureños por conspirar para introducir drogas a ese país, cinco de ellos se entregaron por su propia cuenta.

Los oficiales se entregaron a las autoridades de la embajada de EEUU acreditada en Honduras y seguidamente viajaron en un vuelo privado hacia la potencia del norte.

Estos son: el subcomisionado Mario Guillermo Mejía Vargas, subcomisionado Carlos José Zavala Velásquez, comisario Víctor Oswaldo López Flores, subcomisario Jorge Alberto Cruz Chávez, y el inspector Juan Manuel Ávila Meza.

El otro oficial, Ludwig Criss Zelaya Romero, fue detenido por las autoridades locales y sometido al proceso de extradición que ordena la reforma constitucional al Artículo 102 de la Carta Magna hondureña.

El policía Valladares fue detenido en Honduras acusado por un delito de violación en abril de 2015.

Todos estos expolicías hondureños están relacionados al caso que se le sigue a Fabio Lobo, quien se declaró culpable de un delito relacionado con el tráfico de drogas el 16 de mayo de 2016.

A los seis exagentes de la Policía hondureña, se les señala de participar en una conspiración masiva el tráfico de drogas que supuestamente inundó los Estados Unidos con cocaína.

Como se alega, a través de sobornos a funcionarios públicos y la información sobre las investigaciones en curso y puestos de control policiales filtrado, estos acusados ​​acordaron garantizar el paso seguro de toneladas de cocaína a través de las selvas de Honduras en su camino hacia las ciudades norteamericanas.

De acuerdo con alegaciones contenidas en la acusación formal, otros documentos de la corte, y las declaraciones hechas durante los procesos judiciales, entre 2004 y 2014, múltiples organizaciones de tráfico de drogas en Honduras y otros países trabajaron juntos, y con el apoyo de los procesados.

La misma aseveración detalla que se aseguraron varios cientos de kilogramos de cocaína enviados a Honduras desde Venezuela y Colombia a través de las rutas aéreas y marítimas, para transportar la droga hacia el oeste en Honduras hacia la frontera con Guatemala y finalmente a Estados Unidos.

Estos exaltos cargos policiales de Honduras, que ahora enfrentan cargos, protegían mediante la interferencia oficial para lograr el paso seguro de la droga por este país centroamericano, de acuerdo a lo informado por EEUU.

Uno ya se declaró culpable

Del grupo de estos últimos seis oficiales de la Policía que EEUU acusó por narcotráfico, uno se declaró culpable en las últimas horas.

Es el caso del ex subcomisionado hondureño de la Policía Nacional, Víctor Oswaldo López Flores, quien además hundió al resto de los coacusados al afirmar que éstos también participaron en el plan para enviar la cocaína a los Estados Unidos.

La declaración de López Flores fue ante la jueza Lorna Schofield. Ahí mencionó que a finales de junio de 2014 se reunió dos veces con dos personas de México.

“En esas dos reuniones a las que fui, la segunda fue la más importante, porque fui yo con mis otros compañeros que están demandados en este caso. Ellos nos mostraron un mapa con los posibles puntos de control en una carretera. Esos dos mexicanos querían que se les proporcionara asistencia para el transporte.

Era transporte de drogas que iba a hacerse en automóvil a Estados Unidos a través del territorio nacional hacia Estados Unidos. Y sabía que eran más de 500 kilogramos de cocaína”, apostilló.

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