Tegucigalpa – Directivos del sector privado de Honduras y de la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de los EEUU (OFAC) se reunieron hoy para dialogar sobre la situación de las empresas del Grupo Continental, acusado de lavado de dinero ligado al narcotráfico.
La reunión se celebró en la capital hondureña, indicó el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP) en una declaración oficial.
Los representantes del sector privado de Honduras expresaron a los funcionarios de la OFAC «sus inquietudes» con relación a la situación actual de las empresas del Grupo Continental, cuyo presidente es el político y banquero, Jaime Rosenthal.
El Departamento del Tesoro de EE.UU. sancionó el pasado día 7 a Rosenthal; su hijo, el exministro Yani Rosenthal, y su sobrino y también exministro, Yankel Rosenthal, así como a siete compañías, entre ellas el Banco Continental, por contribuir al blanqueo de dinero y apoyar el narcotráfico.
Yankel fue detenido el pasado día 6 en Miami, sur de Estados Unidos, y su caso fue remitido el martes por un juez a Nueva York.
La empresa privada también expresó su preocupación por «la liquidación del Banco Continental y las consecuentes repercusiones económicas al país».
Destacó, además, la necesidad de «enfocarse y tomar acciones concretas en temas fundamentales, como la reactivación económica, la generación de empleo, la competitividad y mejorar el clima de negocios» en Honduras.
Según la declaración oficial, los funcionarios de la OFAC reconocieron «la importancia» de las propuestas presentadas por el sector privado del país centroamericano.
Además manifestaron «su interés de trabajar en conjunto con las autoridades hondureñas», con el apoyo del sector privado, para «mejorar la economía» de Honduras.
El encuentro se produce un día después de que una delegación del Gobierno hondureño viajó a Washington DC para reunirse con directivos del Departamento del Tesoro de Estados Unidos con el fin de revisar la liquidación del Banco Continental, proceso que ha creado incertidumbre entre los hondureños, principalmente entre los que tienen cuentas y depósitos en la banca local.