Tegucigalpa- A los siete años, Rani Hong fue despojada de su infancia. Vendida como mercancía, su vida quedó marcada por una de las formas más crueles de la trata de personas: la esclavitud moderna. Hoy, décadas después, su voz ya no tiembla por el miedo, sino que resuena con fuerza en los espacios donde se toman decisiones globales.
En un encuentro profundamente humano y emotivo, la secretaria ejecutiva de la CICESCT, Sua Martínez Ibarra, sostuvo una conversación con Rani Hong, sobreviviente de trata de personas en la modalidad de esclavitud infantil, activista internacional y una de las principales impulsoras de la lucha contra este delito que vulnera de manera directa la dignidad y los derechos humanos.

Rani Hong, originaria de la India, no solo sobrevivió a la trata, sino que transformó su historia en una causa. Su experiencia fue clave para impulsar, desde las Naciones Unidas, la declaratoria del 30 de julio como el Día Mundial contra la Trata de Personas, una fecha que hoy sirve para visibilizar, concientizar y recordar que millones de personas siguen atrapadas en redes de explotación alrededor del mundo.
Durante la conversación, Sua Martínez destacó el valor del testimonio de Rani como un mensaje directo a las víctimas sobrevivientes: “Hoy le habla a todas las víctimas sobrevivientes para decirles que sí se puede salir adelante, aun en medio del trauma y de las diferentes situaciones que han vivido, y que hoy ella es un caso de éxito a nivel global”.

Con palabras firmes y cargadas de empatía, Rani Hong dirigió un llamado especial a Honduras, manifestando que, “como exvíctima de trata de niños de la India, fui vendida para trata de niños para adopción, pero hoy quiero hablar contigo para alentar al país de Honduras a crear un consejo donde las víctimas puedan reunirse y hablar, porque cuando ellas hablan son más poderosas. Quiero alentarlos a que puedan unirse, a tener un grupo puro, como una comunidad que se una por la causa común de alzar las voces para luchar contra la trata de personas”.
La historia de Rani Hong no borra el dolor del pasado, pero demuestra que es posible resignificarlo. Actualmente, es fundadora y líder de Freedom Seal Global, una organización que otorga un sello de confianza a empresas comprometidas con erradicar la esclavitud moderna, el trabajo forzado y los delitos financieros dentro de sus cadenas de suministro. A través de certificaciones, auditorías y herramientas de evaluación de riesgos, su labor busca proteger marcas, cumplir regulaciones y, sobre todo, prevenir que otras infancias sean robadas, como lo fue la suya. IR








