“En los próximos años, los egresados de las universidades privadas, con niveles educativos superiores y con buena calidad educativa, se van a quedar con el mercado de trabajo. La oferta de trabajo será para ellos y aquí vamos a tener dentro de 20 años, si no corregimos esto, una sociedad polarizada entre profesionales bien formados y profesionales mediocres”, advirtió.
Custodio también expresó su preocupación porque el estudiante, que es el sujeto único que debe estar presente en todo lo que se decida en materia educativa, es de los grandes ausentes junto a los padres de familia.
Se le preguntó si esa ausencia se debe a la indiferencia, Custodio respondió que no, porque los padres de familia se han estado organizando pero los bloquean los gremios magisteriales y hoy los toman como enemigos.
Comentó que la organización de padres de familia es muy fuerte en El Salvador, país donde los maestros imparten clases y están sacando adelante al pueblo salvadoreño.
“Esa es revolución, revolución no es andar peleando por “Mel” en las calles, pintando paredes”, dijo Custodio.
Precisó que el salvadoreño aspira a ser una nación, es parte de una nación y que, en cambio, los dirigentes magisteriales hondureños, no tienen idea de lo que es una nación y de lo que es ser docente.
Explicó que ser docente es, en realidad, dar buena educación y una buena instrucción al joven y al niño.
Recomendó que para salvar a este país hay que ampliar la cobertura educativa en el nivel pre escolar y alimentar a las madres de Honduras para que haya menor número de madres desnutridas, ya que sus hijos nacen con el cerebro inmaduro.
Según Custodio en el Plan de Nación debiera tenerse una educación preescolar universal, una mejor calidad educativa a nivel primario y de ser posible una primaria acelerada en lugar de aumentar la cobertura a nueve años, en forma ficticia, porque hay alumnos que ni siquiera terminan los seis años de la educación primaria.
Cuestionó que en Honduras el promedio de días que reciben los alumnos, en las instituciones de enseñanza pública, varía entre 100, 140 y 150 días al año, contrario al estándar mínimo de días de educación por años que debiera ser de 200 días.
Recordó que los 200 o más días de clases que se impartían antes abarcaba el horario de la mañana y de la tarde e inclusive el sábado en el horario matutino, ahora, en cambio, los alumnos asisten a jornadas de cuatro horas diarias, mientras no se lo ocurra a la dirigencia magisterial convocar a sus asambleas informativas.
“Más bien, en lugar de dar menos días de clase debemos de dar más días de clases, más horas cada día y mejorar los contenidos de la educación hondureña”, recomendó el ombudsman hondureño.