Se trata de 8 de los 52 soldados con los que el país centroamericano contribuirá a un contingente total de 1.067 militares, formado en su mayor parte por la Brigada de Caballería de Castillejos II del Ejército español.
Los militares, que viajarán de manera escalonada hasta el próximo día 14, permanecerán cuatro meses en el Líbano formando parte de la Brigada Multinacional Este de FINUL, compuesta también por miembros de los Ejércitos de la India, Indonesia y Nepal.
Entre los militares que emprendieron hoy viaje está el teniente coronel José Mario Blanco, el de más rango entre los salvadoreños, quien explicó a Efe que es la primera vez que El Salvador tiene la oportunidad de participar en una operación de paz con Naciones Unidas, lo que supone un «orgullo y un honor».
Blanco destacó que los soldados salvadoreños, que estarán plenamente integrados en el Ejército español, cuentan con el adiestramiento necesario para la misión y que la mitad de ellos son veteranos de Irak.
El máximo responsable del contingente salvadoreño dijo que tratarán de contribuir a crear las condiciones de seguridad y confianza «para que las organizaciones de ayuda humanitaria puedan hacer su trabajo».
«Como en todas las misiones, donde hay armamento hay un riesgo, pero se trata de algo aceptable», afirmó.
El sargento primero Reyes Cruz reconoció que «el soldado, desde que está vestido, tiene riesgos», pero consideró que para este contingente «no hay nada difícil», porque ha sido «perfectamente adiestrado para este tipo de misión».
Este militar salvadoreño definió a los militares que participan en esta misión como «embajadores de la paz, listos y dispuestos para servir en una causa justa».
Cruz concluyó que esta misión demuestra que El Salvador es «un país pequeño con un corazón grande».
