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Populismo American Style

Por: Otto Martín Wolf

Ha sido tradición en Latinoamérica tomar los Planes de Gobierno (mal o bien diseñados por el mandatario anterior) y enviarlos a la basura.

Lo mismo sucede con muchas de las obras que –simplemente por provenir de otro gobierno- son abandonadas a medio camino.

Proyectos habitacionales, represas, carreteras, edificios, instituciones completas terminaban siendo nada más un recuerdo de las campañas políticas o gobiernos anteriores.

Pero eso era en Latinoamérica.

En los Estados Unidos la cosa era diferente, ahí cada gobierno respetaba lo hecho por sus predecesores, sin importar el partido en el poder ni su inclinación política.

Trataban de mejorarlo, pero nunca eliminarlo del todo.

Así durante mucho tiempo los Estados Unidos fueron la referencia, el ejemplo a seguir para las naciones latinoamericanas, acostumbradas a gobiernos con visión de corto plazo.

Hasta que, como todo lo bueno, esa tradición llegó a su fin.

El Presidente Trump ha empezado a desmantelar la mayor parte de las instituciones creadas por el anterior presidente, así como a cambiar políticas enteras, lamentablemente para mal.

Si bien es cierto algunas de sus decisiones sólo afectan a los norteamericanos, como la eliminación del Obamacare, programa de salud pública que dejará alrededor de 20 millones de personas sin acceso a servicios médicos.

Lamentablemente también hay algunos “retrocambios” que son de efecto global, que nos afectan a todos de una u otra manera.

Resulta que Trump no cree en el cambio climático y sin decir agua va decide sacar a los USA del Acuerdo de Paris, consenso de las naciones más importantes para tratar de frenarlo.

Para eso no se basa en sus estudios científicos, mucho menos en la experiencia mundial sobre el tema, sólo prevalece su criterio, a la usanza de los mejores dictadores latinoamericanos.

No le importa la evidencia de que el Polo Norte se está derritiendo y que los osos polares estén muriendo. Tampoco hace caso a lo que ocurre en la Antártica donde enormes pedazos del propio continente se están desprendiendo como nunca antes y musgo está creciendo donde había hielo.

Trump prefiere ignorar que los registros históricos demuestran que cada año es más caliente que el anterior y que el 70 por ciento del arrecife coralino de la Gran Barrera Australiana ha muerto.

No afecta (de momento) sus campos de golf ni hoteles que los eslabones más pequeños de la cadena alimenticia estén siendo afectados.

El krill y el plancton son criaturas muy pequeñas que viven en los océanos y y son vitales para que otros más grandes se alimenten y otros y otros cada vez mayores hasta llegar a los grandes mamíferos acuáticos y, finalmente, al hombre… a nosotros!

Precisamente por eso se llama cadena, porque todo el ecosistema global está interconectado y ninguna especie es ajena o está aislada de la otra.

Menos vital para la existencia humana, pero si muy importante para el desarrollo de la ciencia es el programa espacial, a cuyo presupuesto Trump le acaba de meter un fuerte recorte.

Lástima, los Estados Unidos posiblemente perderán el liderazgo que tenían en esa área desde que ganaron la carrera a la Luna, posición que con gusto será tomada por China y otras naciones.

Los Estados Unidos está retrocediendo al mejor estilo de Latinoamérica, deshaciendo lo bueno hecho por otros, simplemente porque fueron otros quienes lo hicieron.

Cuánto perjuicio  le podrá causar Trump a su país y al mundo en 4 años? 

Más de Otto Martín Wolf aquí…

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