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Poderes legislativos centroamericanos debaten en El Salvador sobre seguridad alimentaria y nutricional

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Tegucigalpa – Representantes de los Poderes Legislativos de Centroamérica y El Caribe se encuentran reunidos en El Salvador para discutir sobre la seguridad alimentaria y nutricional en la región.
 

El Foro Regional “Construcción de la Seguridad Alimentaria Nutricional, a través del fortalecimiento de los Marcos Legislativos: Experiencias para Centroamérica”, se celebra hoy y mañana en San Salvador con la participación de funcionarios del Gobierno anfitrión, Gobiernos Locales, Sociedad Civil y Organismos Nacionales e Internacionales.

El evento se propone un espacio para el intercambio de experiencias en la elaboración e implementación de leyes y políticas en materia de Seguridad Alimentaria Nutricional (SAN).

El hambre y la desnutrición, como reflejo y efecto último respectivamente de la inseguridad alimentaria, constituyen en Centroamérica graves problemas que pese a haberse reducido en las últimas dos décadas afectan todavía a un inaceptable número de personas.

Según cifras oficiales, si bien se ha producido una disminución del porcentaje de población subalimentada desde el 20 por ciento a principios de los años 90 hasta el 15 por ciento que arrojan los últimos datos, ésta cifra no deja de ser un promedio que enmascara importantes disparidades en la evolución del número absoluto de personas subalimentadas.

Los estudios reflejan que en Nicaragua aproximadamente un millón de personas han dejado de estar subalimentadas en los últimos 15 años, esto se contrarresta al considerar el conjunto de El Salvador, Guatemala y Panamá, donde la población subalimentada ha aumentado en 900,000 personas.

La evolución de los índices antropométricos no es en absoluto mejor, establecen los especialistas. La mayoría de países de la región cuenta con valores de desnutrición crónica en menores de cinco años en torno al 20 por ciento, con la excepción de Costa Rica, donde la cifra se estima, por no existir datos recientes, en un cinco o seis por ciento, y Guatemala, donde prácticamente uno de cada dos niños sufre retardo de talla.

El acceso a los alimentos está fundamentalmente determinado por los ingresos monetarios para adquirirlos, lo cual plantea una correlación entre pobreza e inseguridad alimentaria que se ve confirmada por datos empíricos. En este sentido, la situación en la región es especialmente grave: Honduras y Nicaragua figuran entre los tres países más pobres de América; aproximadamente la mitad de la población de Guatemala y El Salvador es considerada como pobre, y una persona de cada tres lo es en Belice.

Sólo en el caso de Costa Rica la tasa de pobreza es sensiblemente menor y no supera el 20 por ciento.

La pobreza y la inseguridad alimentaria son, en Centroamérica, fenómenos eminentemente rurales. Las tasas de pobreza y de desnutrición (global y crónica) son sistemáticamente superiores en el ámbito rural que en el urbano. Las cifras además no han sufrido variaciones significativas en los últimos 20 ó 25 años, y ello a pesar de los fenómenos de la migración (que supone, por decirlo de alguna manera, una transferencia de pobreza al ámbito urbano o el extranjero) y las remesas (que inciden fundamentalmente en los recursos monetarios a disposición de las familias rurales). La pobreza rural se concentra aun más si cabe en las familias de pequeños productores rurales, y en la última década se ha incrementado en todos y cada uno de los países de la región.

“Es por ello que el programa de este foro regional incluye discusiones relacionadas con los conceptos de SAN, el proceso de elaboración de políticas y leyes, SAN y desarrollo rural, experiencias a nivel municipal y la construcción de la SAN e iniciativas regionales de Seguridad Alimentaria Nutricional”, se informó en un comunicado.

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