Más de 700 activistas, convocados por la Fundación Gamaliel y el Movimiento para una Reforma Inmigratoria Justa (FIRM, por su sigla en inglés), participaron en una concentración que contó con la presencia del congresista demócrata de Illinois Luis Gutiérrez.
«Estamos en un momento histórico, con un nuevo presidente de los Estados Unidos, quién claramente se comprometió con una reforma inmigratoria amplia», señaló Gutiérrez durante una rueda de prensa.
El representante resaltó que es necesario asegurarse de que «el presidente electo Barack Obama es capaz de cumplir su promesa» de firmar esta reforma a lo largo de su primer año al frente de la Casa Blanca.
«Estamos más comprometidos que nunca en hacer realidad de una vez por todas una reforma inmigratoria justa y humana», señaló por su parte la presidenta de Gamaliel en Chicago, Odilia Avellaneda.
Avellaneda agregó que «las principales comunidades jugaron un rol esencial en hacer que su voto expulsara a los extremistas anti-inmigrantes, pero no nos podemos dormir en los laureles».
Ambas organizaciones urgieron también al nuevo Congreso y al presidente electo a que declaren «inmediatamente» una moratoria para detener las redadas, «que tanto daño están haciendo a nuestras comunidades».
Tanto el FIRM como la Fundación Gamaliel prometieron tener una presencia continua en el Congreso de los EE.UU. durante los primeros 100 días de la nueva administración para darle un empujón no solo a la reforma inmigratoria sino también a un sistema de salud universal y una justicia económica.
En este sentido, los líderes de estos grupos pidieron al congresista Gutiérrez que se reuniera con diferentes miembros del Caucus Hispano así como con la actual presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
Un total de 11,9 millones de inmigrantes indocumentados residen en Estados Unidos, según los últimos datos del Pew Hispanic Center, que resaltan el aumento de este colectivo en un 40 por ciento desde el año 2000.