La Haya/Bruselas.– La variante ómicron del SARS-CoV-2 está ya detrás de más de la mitad de los contagios detectados en la última semana en Países Bajos y Bélgica, por lo que ya ha suplantado a la variante delta en esos países.
Los datos han sido comunicados este martes por el Instituto de Salud Pública (RIVM) en Países Bajos y el lunes por el microbiólogo médico Emmanuel André, a cargo del laboratorio nacional de referencia de Bélgica en covid, quien señaló que ómicron había llegado ya al 60 % de los contagios.
En Países Bajos el número de casos positivos se ha reducido en un 11 % en la última semana, aunque el RIVM alerta de que la variante ómicron conducirá a un aumento de los contagios y probablemente también al de las hospitalizaciones.
El Gobierno neerlandés introdujo por precaución lo que denomina un «confinamiento estricto», que consiste en limitar el contacto social a través del teletrabajo y el cierre de toda la actividad no esencial hasta el 14 de enero, y de toda la educación al menos hasta el día 9, y estableció en dos el máximo de invitados a un hogar y los grupos al aire libre.
Estas restricciones, junto a la aceleración de la campaña de dosis de refuerzo, buscan retrasar el avance de ómicron durante el mes de enero, limitado el porcentaje de reproducción de los contagios con esta variante y la presión hospitalaria.
En Bélgica, la incidencia acumulada ha caído por debajo de los 1.000 puntos por primera vez en esta oleada de contagios y las infecciones se redujeron un ritmo del 25 % semanal.
Pero por prudencia ante la variante ómicron, el Gobierno y las regiones de Bélgica también endurecieron este pasado domingo las restricciones, aunque sin llegar al nivel de sus vecinos.
Al teletrabajo semiobligatorio y al cierre de bares y restaurantes en horario nocturno se suma desde el domingo el cese de la actividad de cines, teatros y salas de espectáculos, además de la prohibición de acoger público en las gradas de los estadios al aire libre.
Las nuevas medidas, criticadas por reputados virólogos locales, han puesto en pie de guerra al sector de la cultura, que ha llevado la decisión ante los tribunales, y han generado una crisis de legitimidad en la gestión de la covid del Gobierno del liberal Alexander de Croo.
(ir)