Tegucigalpa – “Hoy podríamos preguntarnos, ¿me considero yo vengativo? o ¿más bien compasivo y misericordioso?, ¿afloran los sentimientos de amor en mi vida? O por el contrario, ¿el que reina en nuestros corazones? Necesitamos escuchar, acoger y aceptar de nuevo la palabras de Jesús en el Evangelio de hoy, amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian, bendigan a los lo que los maldicen, oren por los que los injurian”, inició diciendo monseñor Teodoro Gómez en la celebración de eucaristía de su homilía dominical.
En ese sentido el obispo auxiliar de la arquidiócesis de Tegucigalpa, añadió que el amor al enemigo no es un dato marginal, si no el sentido y el centro de amor cristiano que se fundamenta en la misericordia de Dios, donde hay que ser misericordiosos, porque muchos han perdonado las fallas a través del sacramento de la reconciliación, cuando arrepentidos pedimos perdón a Dios por nuestros pecados.
Al que te pegue en una mejilla, préstale la otra; al que te quite la capa, préstale también la túnica; al que te pida, dale; al que se lleve de lo tuyo, no se lo reclames; son frases gráficas y también incisivas, en que se puede imaginar el impacto que estos cuatro dichos producirían en aquellos que escuchaban a Jesús en su tiempo, que era una novedad para un judío, porque el mayor desagravio era recibir una bofetada, poner la otra mejía no indica resignación ante la justicia y la dignidad.
Por el contrario –dice monseñor-, es una invitación a no usar la violencia porque solo engendra más violencia, dolor, sufrimiento y muerte, la propuesta es que siempre haya capacidad de renunciar siempre al uso de la violencia, en ocasiones a los propios derechos para mostrar la calidad de amor de los hijos de Dios “tratar como quieren que ellos nos traten a nosotros, esta regla de oro, es una manera práctica de vivir el mensaje de Jesús, como norma de vida, es clara, sencilla y eficaz”.
Asimismo preguntó: ¿Cuántas personas? vamos encontrando en la sociedad que se gozan del mal del otro, que hacen fiesta, eso no es humano y peor todavía cristiano. El evangelio de hoy invita ano juzgar y no los juzgarán, necesitamos entenderlas también, porque no remite a la tendencia de poder criticar a los demás, encontrar defectos, en las personas y mirar solo lo negativo, incluso, a condenarlo, Jesús no condenó a nadie, recordemos nadie nos han nombrado juez y no hay que aprobar todo sin discernimiento.
Finalmente subrayó que lo que Jesús propone es un camino nuevo de amor y esperanza porque el único que puede juzgar es Dios y eso lo hará al final de los tiempos. Este mensaje solo es posible aceptarlo si hemos vivido la belleza de Cristo, por su manera única de amar, de perdonar y encontrarse con los demás, de curar la vida y de arreglarla».
«El evangelio nos invita a recomenzar nuestra vida desde una mirada atenta a Cristo, porque es el modelo a seguir, es el nuevo Adán. Reconocemos señor que nos resulta difícil realzar lo que nos pides, pero danos la fuerza de tu amor para amar como tú nos amas, sin medida y sin condiciones y hasta a los enemigos”, concluyó. JP