En un comunicado, el Ministerio nicaragüense de Relaciones Exteriores confía en que el alto tribunal internacional fallará «conforme a derecho y justicia».
Nicaragua hace del conocimiento de la opinión pública nacional e internacional que aceptará y acatará el fallo del tribunal «como corresponde a toda nación civilizada amante de la paz y del derecho internacional».
La Cancillería de Managua expresa que «el fallo de la Corte allanará el camino para la unidad centroamericana tan necesaria para el desarrollo de los pueblos de la región».
La fuente señala que el Agente de Nicaragua ante la Corte Internacional de Justicia, Carlos Arguello, fue convocado por ese tribunal para la lectura de la sentencia en el juicio promovido por Nicaragua el 8 de diciembre de 1999, para la determinación de su frontera marítima con Honduras en el Mar Caribe.
Agrega que, de acuerdo a los términos de la comunicación, la lectura tendrá lugar en el Palacio de la Paz, el próximo 8 de octubre.
En diciembre de 1999, Nicaragua denunció a Honduras por una disputa marítima que enfrenta a ambos estados por la parte del mar Caribe que le corresponde a cada uno.
Nicaragua mantiene que «la delimitación marítima del Caribe en la costa hondureña nunca ha sido determinada».
Por su parte, Honduras establece que existe una línea fronteriza de hecho, que transcurre a partir de un punto fijado en la desembocadura del río Coco, y que fue fijada tras un arbitraje realizado por España en 1906, que a su vez fue considerado «legal vinculante» por la Corte en 1960.
Pero, según Nicaragua, la postura hondureña ha provocado «repetidas confrontaciones» entre ambas naciones, y las negociaciones diplomáticas bilaterales para resolver este asunto han fracasado.
La CIJ deberá en este caso determinar la delimitación marítima, la plataforma continental y la zona económica exclusiva en el Caribe que corresponde a cada uno de los países.
Nicaragua inició el juicio después de que el Congreso hondureño aprobara, el 30 de noviembre de 1999, un tratado de delimitación de fronteras marítimas con Colombia, que Managua consideró lesivo para su soberanía.
En la demanda, Nicaragua señala el paralelo 17 como su frontera en el Mar Caribe, lo que no acepta Tegucigalpa, que alega que el límite nicaragüense llega hasta el paralelo 15.