Tegucigalpa (Especial Proceso Digital) – Desde hace más de dos décadas, las mujeres y los periodistas engrosan las filas de la violencia y la inseguridad, y desde que se reportaron los primeros casos, la espiral no cesa, mientras los periodistas registran más de 80 asesinatos, las mujeres triplican esas cifras en miles, haciendo de Honduras uno de los países más impunes y hostiles al respecto.
Uno de los recientes reportes policiales sobre muerte violenta de mujeres se registra en la carretera que conduce al norte del país, cerca de San Matías, donde tres mujeres fueron asesinadas y sus cuerpos encontrados por transeúntes que caminaban en la calle de tierra de esa parte de la ciudad. El reporte señala que las mujeres fueron sacadas de su vivienda junto a cinco menores, que las montaron en un mototaxi y que los menores fueron abandonados en una zona boscosa.
La información, escueta y sin mayores elementos, es la que sale con frecuencia en torno a la muerte violenta de mujeres en el país, en donde el Observatorio de la Violencia de la UNAH señala que cada 23 horas una mujer es asesinada violentamente en esta nación centroamericana.
Los femicidios se han convertido en una especie de epidemia y la alerta se empezó a generar en el 2002 cuando se reportaron 133 asesinatos de mujeres, luego en el 2003, el número se elevó a 146; 163 en el 2004, 175 en el 2005, 202 en el 2006 y 295 en el 2007, según registros de organizaciones humanitarias y de derechos humanos.
Para el año 2008, la cifra se elevó a 313 femicidios, en el 2009 las muertes fueron 363 y en el 2010 se reportaron 385 muertes de mujeres. Las cifras nunca han bajado: en el 2011 fueron 512; 606 en el 2012, 636 en el 2013; una baja en el 2014 con 531 femicidios, 478 en el 2015; 466 en el 2016; 388 en el 2017, 380 en el 2018; 406 en el 2019; 318 en el 2020, y, de enero a junio de 2021, las muertes violentas de mujeres reportan 139.
Las cifras de la epidemia
Son las cifras de esta epidemia que en los últimos 19 años y medio viene reportando una víctima cada 24 horas. Un promedio de 7,035 mujeres ha sido víctimas de muertes violentas en ese lapso, la mayoría de esos crímenes están en la impunidad.
El último informe sobre impunidad de los homicidios en Honduras, efectuado por la Alianza por la Paz y la Justicia (APJ), detalla que de las más de 4,700 mujeres asesinadas en lo que va del 2010 al 2019, apenas fueron judicializados 1,818 casos, que refleja un acumulado de judicialización del 38%.
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Honduras es uno de los países con las tasas de muertes violentas de mujeres más altas del mundo, registrando 5,348 mujeres asesinadas durante el período 2005-2017. Más de la mitad de las muertes violentas de mujeres en Honduras son femicidios, señala el informe de la APJ.
Las muertes violentas de mujeres impactaron principalmente durante las edades comprendidas entre los 15 y 39 años, una edad productiva y parte importante del núcleo familiar (madres, hijas, esposas etc.) El segundo grupo por edad más afectado fue el comprendido entre los 40 y 59 años, seguidas por el grupo entre 0 y 14 años, y, en cuarto lugar, entre 60 y más años.
Las mujeres se encuentran así en una de las franjas de mayor vulnerabilidad en cuanto a los índices de inseguridad y violencia, los crímenes en su contra se han esparcido por casi todos los 18 departamentos del país, a lo que suman las denuncias de violencia doméstica e intrafamiliar que se han disparado durante la pandemia, según las organizaciones de mujeres y del Ministerio Público.
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A esta franja de vulnerabilidad se suma otro grupo fuertemente golpeado en igual período de más de 19 años al igual que las mujeres: se trata de los periodistas y comunicadores sociales, más de 80 han sido asesinados en ese mismo lapso de casi dos décadas.
Los otros asesinatos: los periodistas
Con menos número que las mujeres, las muertes violentas de periodistas nunca dejaron de registrarse desde el primer caso en el 2001, el único año que no reporta un asesinato de un periodista o un comunicador social es en el 2007.
Del 2001 al 2006, se produjo cada año un crimen contra un periodista, el 2007 no se reporta ninguna muerte, pero a partir del 2007, los asesinatos contra la prensa retornan para no parar hasta lo que va de 2021. En el 2008 se registra (1) un crimen, en el 2009 (4) cuatro, en el 2010 (12) doce, en el 2011 (6) seis, en 2012 (9) nueve, 2013 (6) seis; 2014 (10) diez, 2015 (11); 2016 (4) cuatro, 2017 (7) siete; 2018 (1) uno, 2019 )8) ocho, 2020 (2) y en lo que va de 2021 (1), uno. Ello hace un total de 89 periodistas y comunicadores sociales asesinados en casi dos décadas.
De ese número de asesinatos, apenas se han obtenido 7 (siete) sentencias condenatorias, y de acuerdo con el Mecanismo de Protección de Comunicadores y Periodistas, desde el 2015 ha atendido 546 solicitudes de medidas de protección, de las que se han admitido 397, permaneciendo activos al 30 de junio de 2020, un total de 197 casos, de los cuales 142 son defensores de derechos humanos, 21 periodistas, 22 comunicadores sociales y 12 operadores de justicia.
En materia de derechos humanos, las muertes de los periodistas y comunicadores sociales tienen un impacto directo en el ejercicio de la libertad de expresión, a tal grado que Honduras es considerado uno de los países más peligrosos del mundo para el ejercicio del periodismo.
Para el 2021, el último índice de Reporteros sin Fronteras que mide el ranking o salud de la libertad de expresión en el mundo ubica a Honduras en la posición 151 de una tabla de 180 países. La salud del periodismo hondureño no es la mejor, de acuerdo con ese reporte.
Las muertes violentas contra mujeres y contra los periodistas, dos grupos vulnerables, revelan que desde hace más de dos décadas esta espiral de violencia les viene golpeando, con picos más altos unos años, y relativamente bajos, en otros, pero nunca han parado. Los crímenes siempre están ahí y desde hace casi 20 años vienen dando una voz de alerta que se estrella y ahoga en la impunidad del país y la sed de justicia. (PD)