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Mitos y Verdades sobre el avance del IoT en los países de la OCDE

Gabriel Levy

Desde las fábricas automatizadas hasta los hogares inteligentes, la interconexión de dispositivos está transformando sectores industriales y aspectos cotidianos de nuestras vidas. Sin embargo, a pesar del entusiasmo, la adopción del IoT sigue siendo desigual y plantea serios retos en términos de seguridad, interoperabilidad y acceso, sobre todo en ciertos sectores y regiones del mundo.

La expansión del IoT ha sido impulsada por la disminución en el costo de los sensores, el aumento de la adopción móvil y una mayor conectividad a Internet.

Según un informe de la OCDE, el número de conexiones de IoT superó al de dispositivos no conectados en 2022, con 11.7 mil millones de dispositivos como autos, equipos industriales y dispositivos para el hogar conectados a la red.

Esta tendencia continúa, y se estima que para 2025 habrá cerca de 59 mil millones de dispositivos conectados en todo el mundo.

La IoT promete beneficios extraordinarios. En la agricultura, por ejemplo, los sensores monitorean cultivos y optimizan el uso del agua y los fertilizantes.

En la industria manufacturera, se espera que la automatización conectada reduzca costos y mejore la eficiencia.

Pero la revolución IoT no se detiene allí: está impactando desde el manejo de ciudades inteligentes hasta la reducción de la contaminación y el descongestionamiento de las carreteras. La capacidad del IoT de capturar y analizar grandes cantidades de datos está en el corazón de esta transformación.

Según el Foro Económico Mundial, la convergencia del IoT con tecnologías como la inteligencia artificial (IA) y el aprendizaje automático ha dado origen a lo que se conoce como la «Inteligencia Artificial de las Cosas» (AIoT), lo que permite que los dispositivos no solo registren datos, sino que también tomen decisiones inteligentes con base en ellos .

El IoT en cifras: luces y sombras

A pesar del optimismo, las cifras demuestran que la adopción del IoT está lejos de ser uniforme. En 2022, solo el 29% de las empresas europeas utilizaban esta tecnología, un aumento de apenas 8 puntos porcentuales respecto al año anterior.

En Canadá, la adopción era aún menor, alcanzando el 23% en 2022, mientras que Corea mostraba un rezagado 14%. El informe de la OCDE indica que las diferencias en los diseños de las encuestas limitan la comparabilidad entre países, pero el hecho es innegable: el IoT sigue siendo una tecnología de difícil acceso para muchas empresas, especialmente las pequeñas.

El sector energético, los servicios públicos y el transporte son líderes en la adopción de IoT, mientras que otros, como la manufactura, todavía enfrentan barreras significativas.

En Alemania y Brasil, algunos estudios de caso han demostrado que la implementación de IoT en la industria manufacturera puede mejorar la competitividad reduciendo costos y optimizando procesos.

En un caso concreto, una gran empresa reportó que el uso de datos IoT, combinado con aprendizaje automático, redujo en un 70% los costos relacionados con la baja calidad del producto.

Sin embargo, la brecha entre las grandes y pequeñas empresas es considerable.

En promedio, la diferencia de adopción de IoT entre empresas grandes y pequeñas en los países de la OCDE era de hasta 20 puntos porcentuales en 2023.

Este es un problema estructural que afecta la capacidad de las empresas más pequeñas para competir en un mundo cada vez más digitalizado. Los expertos señalan que la falta de recursos, la interoperabilidad limitada y las preocupaciones sobre la seguridad digital son algunas de las barreras que impiden una adopción más amplia.

Los dispositivos inteligentes y su impacto en el día a día

En los hogares, el uso de dispositivos IoT varía enormemente.

Mientras que los televisores inteligentes y los altavoces conectados son bien recibidos, con un 56% de los europeos utilizando algún tipo de dispositivo de entretenimiento inteligente en 2020, los electrodomésticos como refrigeradores inteligentes no han encontrado el mismo éxito, alcanzando solo un 27% de adopción en el mismo año.

Algo similar ocurre en el ámbito de la salud: aunque los relojes inteligentes y las pulseras para monitorizar actividad física son cada vez más comunes, con un 23% de usuarios en Europa y Estados Unidos, solo el 6% de los individuos en estas regiones poseía dispositivos IoT para monitoreo de salud en 2022.

Aquí, el potencial del IoT es enorme pero aún está subexplotado.

Los dispositivos para monitoreo remoto de pacientes (RPM, por sus siglas en inglés) han demostrado su capacidad para reducir la duración de las hospitalizaciones y los costos relacionados con ellas en proyectos piloto, pero su adopción sigue siendo limitada en los países de la OCDE.

La falta de mecanismos de reembolso específicos, las habilidades digitales limitadas de los profesionales de la salud y el bajo grado de digitalización del sector son algunos de los principales obstáculos.

A nivel industrial, la adopción del IoT también es desigual. El sector manufacturero y el de transporte lideran en muchos países, pero los desafíos tecnológicos, como la seguridad y la interoperabilidad, continúan frenando un mayor despliegue. La investigación realizada por IoT Analytics encontró que, si bien las fábricas inteligentes están surgiendo en lugares como Alemania y Estados Unidos, los desafíos siguen siendo significativos.

IoT y su relación con la ciberseguridad

La adopción acelerada del IoT también ha puesto en evidencia nuevas preocupaciones en torno a la ciberseguridad.

Cada dispositivo conectado es un posible punto de acceso para los ciberdelincuentes, lo que incrementa el riesgo de ataques.

Este es un problema no solo para los consumidores, sino también para las empresas y gobiernos.

Los expertos como Bruce Schneier, un destacado criptógrafo, han advertido que a medida que el IoT crece, los riesgos asociados con la privacidad y la seguridad se multiplican.

El uso de redes privadas de 5G en fábricas inteligentes, como la Fábrica 56 en Sindelfingen, Alemania, está demostrando que estas tecnologías pueden mejorar la eficiencia y reducir costos, pero también muestran la necesidad de desarrollar nuevos protocolos de seguridad robustos que puedan proteger el creciente número de dispositivos conectados.

En conclusión, el IoT es una tecnología que promete transformar industrias enteras y mejorar la vida cotidiana. Sin embargo, su adopción desigual, los riesgos de ciberseguridad y las barreras tecnológicas limitan su potencial. Para que el IoT alcance su verdadero impacto, será necesario superar estos desafíos a través de políticas adecuadas y una mayor inversión en infraestructura y educación digital.

Solo así podremos ver una adopción más amplia y equitativa de esta poderosa tecnología.

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