De las 46 féminas reguardadas, 17 de ellas acusaron a su jefe de obligarlas a prostituirse en el «table Dance» en donde trabajaban como bailarinas.
Sin embargo, al momento de su rescate, las migrantes negaron ser víctimas de explotación sexual.
De acuerdo con la averiguación previa FDTP/TP-1/ T1/030/13-06, iniciada por la Fiscalía contra el Delito de Trata, las bailarinas debían llevar a los clientes a unos cubículos privados ubicados en la llamada zona VIP, en donde se prostituían. Publicó en una nota Univisión.
No obstante, aunque los clientes pagaban por bailes privados o les colocaban billetes a las bailarinas, éstas no recibían ni el 10 por ciento de lo que recaudaban por sus servicios, según declararon. Leer nota completa