Denver (EE.UU.).- La ola de migrantes que ha llegado a Denver (Colorado) en las últimas dos semanas se enfrenta esta Navidad temperaturas de «vida o muerte» debido a las más profundas heladas que se pronostican en cuatro décadas como parte de una poderosa tormenta invernal que azotará en los próximos días a gran parte de Estados Unidos.
La masiva e incesante llegada de inmigrantes a la capital de Colorado, se suma a la más intensa ola de frío polar en cuatro décadas, según dijo el alcalde Michael Hancock.
Ambos hechos han llevado al límite la capacidad de los servicios de emergencia locales y el presupuesto de ayuda estatal, indicó este jueves el demócrata.
Según el mandatario, los albergues de emergencia, habitualmente destinados para personas sin techo durante días de temperaturas bajo cero, ya estaban a pleno para ser usados para alojar a los miles de migrantes que comenzaron a llegar desde la frontera con México a partir del pasado 9 de diciembre.
A la vez, el frío polar causó que la temperatura máxima en Denver para este jueves sea de unos 30 grados Celsius bajo cero, con una sensación térmica por debajo de los -37 grados Celsius, algo que solo ocurrió una vez en esta ciudad y fue hace 40 años.
El frío llegó tan rápido que en el Aeropuerto Internacional de Denver la temperatura bajó de 5,5 grados Celsius a menos 18 grados Celsius en sólo 15 minutos la tarde del miércoles.
«Para gran parte del país, la crisis de inmigración se ve agravada por otra crisis: el frente frío ártico que llegó hoy a Denver», dijo Hancock.
Subrayó que la municipalidad local abrió centros recreativos, escuelas y bibliotecas públicas para alojar a personas desamparadas mientras dure el frío extremo.
La municipalidad también abrió el Coliseo de Denver, un estadio cubierto y centro de exposiciones, donde se estima que más de 250 personas buscaron alojamiento de emergencia.
«Denver está haciendo todo lo posible para albergar a los inmigrantes que acaban de llegar a la ciudad y a otros que necesitan mantenerse a salvo de las temperaturas bajo cero», subrayó el alcalde.
Pero el alto costo de responder a ambas situaciones simultáneamente agotó los fondos de Denver para estas emergencias (aproximadamente 2 millones de dólares), por lo que el Departamento de Asuntos Locales de Colorado destinó 1,5 millones de dólares para que Denver pueda «expandir su capacidad y sus recursos» para ayudar tanto a inmigrantes como a desamparados.
Micki Trost, vocera del Gobierno estatal, indicó que los nuevos fondos se pueden usar «para refugios tanto en instalaciones municipales como en sitios administrados por terceros, como iglesias».
Además, esos fondos cubrirán los gastos para proveer a los inmigrantes y a las personas en situación de calle «elementos de uso personal, servicios de traducción, revisiones médicas, alimentos, ropa y transporte».
Según la portavoz, el Gobierno de Colorado y la municipalidad de Denver «trabajarán en estrecha colaboración» para «continuar dándoles la bienvenida a las personas que lleguen a esta ciudad.»
Hancock pidió que los inmigrantes, antes de decidirse a venir a Denver, entiendan que, aunque la ciudad «está haciendo todo lo posible» para recibirlos, «tenemos recursos limitados para responder a la llegada de tanta gente».
«No tenemos capacidad para albergar a las personas de manera segura y humana. Nuestras finanzas están al límite. Hasta aquí hemos llegado», aseveró el funcionario.
Mientras tanto, se anticipa que durante los próximos dos días las temperaturas mantendrán por debajo de los -24 grados Celsius la zona de Denver, creando «una situación de vida o muerte» para quienes queden expuestos y a la intemperie, incluso por muy pocos minutos.
Por eso, personal de emergencia recorre continuamente el área buscando a personas en situación de calle y a automovilistas que necesitan ayuda o ser rescatados. A la vez, escuelas, oficinas públicas y numerosos comercios permanecerán cerrados por lo menos hasta el sábado.
(ir)