Tegucigalpa – Honduras se liberó de las restricciones impuestas para contener la pandemia del COVID-19, dando rienda suelta sus habitantes a las movilizaciones a las playas, lagos y ríos para disfrutar su temporada de vacaciones veraniegas, mientras el primer mundo aprovechó para confinarse y detener la tercera y hasta cuarta oleada del virus SARS-CoV2 que provoca el nuevo coronavirus.
Las playas de Omoa, Puerto Cortés, Tela están llenas de personas sin ningún control y la mayoría sin medidas de bioseguridad, de acuerdo a los reportes de la prensa y las autoridades, mientras el muelle de cabotaje de La Ceiba reportaba congestionamiento de centenares de turistas en la terminal del ferry que pugnaban por un boleto que los transportara a Roatán, la joya del turismo caribeño de Honduras.
En la terminal del ferry se observaron turistas procedentes de El Salvador, Guatemala y Estados Unidos que deseaban trasladarse a la paradisiaca isla hondureña para pasar la temporada de verano.
Pero Honduras no solo reporta altas cuotas de personas en las playas y en los hoteles y otros sitios turísticos, sino también en los hospitales y centros de triaje, cuyos responsables señalan que las capacidades están al límite por pacientes afectados por el virus que provoca la enfermedad del COVID-19.
Mientras los gobiernos de los países del primer mundo han tomado medidas de aprovechar los días de descanso de la Semana Santa para confinar a la población y con ello evitar que la transmisión del virus sea mayor.
Es una de las estrategias usuales de los gobiernos y responsables médicos es que las personas se queden en sus casas a fin de contener la expansión de la enfermedad.
Aunque la medida del confinamiento cada vez es más resistida por la población que ya tiene un año de estar restringida en sus movilizaciones y apariciones públicas, sin que se observe que el encierro será suspendido en los próximos meses.
A la espera de lo peor
El responsable de salud del Distrito Central, Harry Bock, reconoció el jueves que después de la Semana Santa Honduras debe esperar lo peor de la pandemia e insistió a los veraneantes que si salen tomen las medidas de bioseguridad “y preferiblemente, sería mejor no salir de casa para no exponerse”.
El doctor Bock admitió que en el sistema de salud pública “estamos al borde del colapso”, detallando que los hospitales estatales se encuentran al 80% de su ocupación y las salas de cuidados intensivos sube al 87%.
Tras la movilización de la Semana Santa se debe esperar 15 días para la incubación del virus y de ahí se derivaría lo peor.
En ese sentido, el funcionario señaló que “va a haber mayor contaminación, esperamos lo peor, por el relajamiento que está teniendo la población en estos últimos días y ahora el virus está atacando muy fuerte a los jóvenes”.
Tamizaje
De su lado el epidemiólogo Mario Mejía recomendó que después de la movilización de esta semana, las autoridades deban realizar un tamizaje masivo, señalando que el sector sanitario está frente a un agente que desconcierta porque no sabe cuándo se generará un pico máximo.
El galeno señaló que en este momento se están viendo los casos luego de la celebración de las elecciones primarias y dentro de dos semanas se estará atendiendo a los que se contagiaron en esta Semana Santa.
Recordó que el virus tiene una capacidad de transmisión alta que a los tres días se puede detectar el cuadro y no como al principio cuando arrancó la pandemia que se detectaba en siete días
Indicó que en las últimas dos semanas se reportan casos en los departamentos en Francisco Morazán, Cortés, Atlántida, El Paraíso, La Paz y Yoro.
Sin embargo, después de la Semana Santa se sumarán más departamentos, advirtió Mejía debido a la movilización masiva de personas que está ocurriendo durante este feriado.
“No podemos predecir cómo se comportará este virus en esta semana, se debe de hacer un tamizaje masivo para detectar los casos de una forma temprana ya que no hay cupos en los hospitales y la situación no se ve nada alentadora”, apuntó.
Honduras superó los 189 mil contagios y alcanzó los cuatro mil 605 decesos desde que inició la pandemia en marzo del año pasado.
Primer mundo se confina
Mientras Honduras se libera en la Semana Santa, el primer mundo se confina para lograr contener lo que algunos países llaman la tercera oleada del virus, pero para otros es su cuarta.
Alemania, Francia, Italia y España, los cuatro grandes de Europa, optaron por la estrategia de mantener a sus habitantes en casa y con ello impedir que el contagio se amplíe a la población.
El presidente francés, Emmanuel Macron, anunció un confinamiento atenuado para todo el país a partir del sábado por la noche durante un mes, a lo que se añadirá un cierre de las escuelas durante tres semanas y de cuatro para la secundaria.
Macron, en una intervención al país, pidió un «esfuerzo suplementario» a los franceses en un mes de abril que será «difícil» para evitar la saturación de las unidades de intensivos de los hospitales de todo el país, que ya se ha producido en algunas regiones.
«La situación es más peligrosa que en otoño, porque el virus es más contagioso y más mortífero» debido a la variante británica, afirmó.
Este confinamiento supone que los comercios no esenciales cerrarán sus puertas, aunque la lista de sectores abiertos es más amplia e incluye ahora librerías o floristerías.
El toque de queda se mantiene de 19.00 a 06.00, período que se fijó hace dos semanas.
Mientras la canciller alemana, Ángela Merkel, pidió a sus ciudadanos que en estas festividades reduzcan los contactos al mínimo y que renuncien a los viajes que no sean necesarios.
Merkel expresó su comprensión ante la “gran decepción” que significa para muchos esta segunda Semana Santa bajo el signo de la pandemia, tras meses de “grandes restricciones”.
La pandemia se está prolongando demasiado, añade; el coronavirus inicial “está desapareciendo y en su lugar apareció una mutación más contagiosa, que nos lleva a decir que esta tercera ola es una nueva pandemia”, señaló la gobernante germana.
Merkel y los líderes regionales habían acordado a principios de mes prolongar las restricciones actuales hasta el 18 de abril. Entonces contemplaban aún algún alivio o reapertura de comercios no esenciales bajo estrictas medidas, ahí donde la incidencia semanal no superase los 100 casos por 100,000 habitantes.
Mientras Italia se encuentra en la llamada “zona roja”, la de mayores restricciones, y la misma se extenderá hasta el próximo sábado, cuando todo el país entrará en un confinamiento de tres días, los festivos nacionales de Semana Santa, para combatir la guerra contra el coronavirus.
El primer ministro italiano, Mario Draghi ha invitado a «mirar hacia el futuro con optimismo», ya que la “campaña de vacunación está mejorando de manera continua y rápida” y ha dicho que “las metas fijadas para abril y mayo» para vacunar «a medio millón» de personas al día «no parecen tan lejanas”, según fuentes oficiales.
El Gobierno italiano ultima un nuevo decreto que entrará en vigor a partir del 6 de abril, cuando vence el actual, y que regulará los contactos en el país para tratar de acelerar la campaña de vacunación y frenar los contagios.
“Estamos en guerra y necesitamos medidas de guerra”, dijo el jefe de Protección Civil, Fabrizio Curcio, en Génova (norte), en la inauguración de un gran centro de vacunación en un espacio de ferias y congresos.
En España, las autoridades decretaron una restricción de la movilización entre las comunidades, aunque dejaron abierta las puertas para la llegada de turistas extranjeros a sus archipiélagos de Baleares y Canarias.
La medida ha desatado las protestas de algunos ciudadanos y gobernantes de comunidades que rechazaron la restricción a los nacionales. (PD)