El senador republicano John McCain, que podría dar la gran campanada en Michigan, empezó su jornada temprano y a las 08.00 hora local (14.00 GMT), se desplazó a un centro de votación en la localidad de Traverse City, a orillas del lago Michigan y unos 340 kilómetros al noroeste de Detroit, para animar a la gente a su favor.
Según las últimas encuestas, McCain, que suma diez delegados tras los «caucus» y primarias republicanas en Iowa, Wyoming y Nuevo Hampshire, eatá prácticamente empatado con el ex gobernador de Massachusetts Mitt Romney, quien nació en este estado.
«Creo que va a estar muy reñido», dijo McCain ante un numeroso grupo de seguidores en Traverse City, en referencia al resultado de la votación en Michigan.
McCain, veterano de la guerra de Vietnam, criticó las acciones en Irak del ex secretario de Defensa Donald Rumsfeld, pero dedicó gran parte de su discurso a la economía.
Michigan, corazón de la industria del automóvil, atraviesa una grave crisis económica que Romney ha comparado con «una recesión de un solo estado».
Con la desaparición de miles de puestos de trabajo en empresas relacionadas con la industria del motor, la tasa de desempleo en Michigan se ha disparado hasta duplicar la media nacional.
La crisis hipotecaria se ha cebado también en el estado, donde ha dejado a miles de personas con propiedades cuyo valor es inferior al que pagaron hace sólo unos meses.
Romney, a la cabeza en número de delegados con 24 hasta ahora, es el que más se juega en Michigan.
Es hijo de George Romney, un antiguo gobernador del estado y ex presidente de General Motors, y una clara derrota en su Michigan natal plantearía dudas sobre su fortaleza para afrontar el resto de la campaña.
Aún así, Romney tiene una cantidad considerable de dinero a su disposición y se puede permitir otro resbalón. El propio candidato así lo reconoció hoy cuando afirmó que el estado no es clave para sus posibilidades presidenciales.
Romney empezó su jornada por la mañana en Grand Rapids, unos 225 kilómetros al oeste de Detroit, haciendo hincapié, al igual que McCain, en sus credenciales para salvar la economía de Michigan.
Romney recordó el legado de su padre y se mostró confiado «en que Michigan va a votar por Romney de nuevo».
El tercero en discordia en Michigan es el ex gobernador de Arkansas Mike Huckabee, quien se ha convertido en una de las grandes sorpresas de las primarias republicanas.
Huckabee se ha hecho con 18 delegados para la convención de septiembre que elegirá al candidato republicano.
En Warren, uno de los suburbios al norte de Detroit, Huckabee comenzó el día estrechando manos con sus seguidores a la puerta de una iglesia baptista, fe de la que ha sido predicador.
Reforzando su imagen de candidato populista, Huckabee atacó las prácticas políticas en Washington.
«Iré a Washington a poner punto final a todas las peleas, a los ataques, al partidismo. Iré a Washington para de hecho conseguir las cosas que los estadounidenses quieren», afirmó Huckabee.
La jornada es más tranquila en el Partido Demócrata, que castigó a Michigan por adelantar las primarias de esa fuerza sin permiso.
Los delegados que se elijan hoy no podrán votar en la convención demócrata, así que ninguno de los principales candidatos de ese partido hizo campaña en Michigan.
De hecho, los nombres de Barack Obama y John Edwards (primero y tercero en número de delegados tras Iowa y Nuevo Hampshire) ni siquiera aparecen en las papeletas.
Sólo Hillary Clinton ha decido mantener su nombre por lo que pueda pasar en el futuro con los delegados de Michigan.