Mercado electoral: ¡lleve, lleve! a 39 lempiritas el voto

Por Yanivis Melissa Izaguirre | Periodista, Honduras

Tegucigalpa, Honduras. ¡Se abrió la pesa! Por cada voto válido les pagaremos a los partidos 39 lempiras y 29 centavos por concepto de deuda política, aunque la política esté en deuda con la ciudadanía; y cada voto que se efectúe en 2025 nos costará L 230.

Las cuentas no cuadran para el pueblo, pues paga y solo obtiene más pobreza. La democracia sale cara y no da un retorno de inversión.

Si hay negocio rentable en aras de la institucionalidad y la gobernabilidad es crear partidos políticos a granel. Y así seguirá siendo, mientras el Estado, es decir el pueblo, entiéndase el soberano, o sea usted y yo, continuemos financiando y «contribuyendo» con partidos que históricamente han figurado como prestanombres de la democracia. ¡Menudos sponsors se han encontrado!

Pereceremos hablando de deuda política y no de la política endeudada con una población que se ha mantenido firme creyendo en un sistema de gobierno con resultados nefastos para el desarrollo humano.

La democracia es un modelo disfrazado de prosperidad y con las uñas escondidas, capaz de adormecernos durante años sin cuestionarnos por qué sus abanderados siguen prometiendo lo mismo desde hace décadas.

Habrá que apretarles la faja a ver si cuando el pueblo se niegue a financiar su picardía siguen insistiendo en comprar “libreada” la transparencia, como si de papas se tratara. 

Esta semana se aprobó en el Congreso Nacional un monto de L 1,492,000,000.00 para realizar las elecciones Primarias e Internas del 09 de marzo de 2025, asegurando -nuevamente- que no habrá fraude ni inconsistencias con el uso de un sistema biométrico y la implementación del Sistema de Transmisiones y Divulgación de Resultados Electorales Preliminares (TREP) en los tres niveles electivos (estos puntos y su entrada en vigencia están contemplados en los artículos 3 y 4 de la propuesta de dictamen, pero aún se están discutiendo entre los representantes del pueblo).

Seguiremos derrochando millones de lempiras para validar nuestros procesos electorales. Insistiremos en financiar a los partidos a través de una deuda política que quita el pan de la mesa para poner papeletas en cajas. Porque -aunque ni usted ni yo comemos de votos- los amos y señores de los partidos políticos sí lo hacen. 

Desde la ruptura del bipartidismo, el Partido Nacional, el Partido Libertad y Refundación y el Partido Liberal han acumulado grandes cantidades de dinero en concepto de deuda política, un menú cuyo combo incluye compromisos poco auditables por concepto de capacitación y formación política ideológica, para el fomento al liderazgo de mujeres, para el principio de paridad, para cubrir gastos de logística relacionados con el proceso electoral y para divulgación de los planes de gobierno. Eso sí, cuando se trata de rendir cuentas, allí sí que es discreta la política.

Encima se debe aprobar un presupuesto exorbitante para seguir gastando en comicios que ni siquiera aseguran el respeto a la voluntad popular.

Nos encaminamos al onceavo proceso electoral y mientras el cofre de la democracia siga repleto de lingotes de oro, tendremos la inscripción y mantenimiento de partidos que solo van dejando una capa de costra en las finanzas públicas, bajo el velo enceguecido de que la democracia lo vale, que todos tenemos derecho a participar, a elegir y ser reelectos, a reelegir y ser reelectos y todos los etcéteras que se nos ocurran.

Estimado/a lector, si usted forma parte de las más de 2.3 millones de personas que tienen problemas de empleo en Honduras (cifras del Instituto Nacional de Estadística, 2023), suelte ese currículo, forme un partido y viva cómodo a costa de la deuda política. 

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