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Mediadores para solventar crisis legislativa

Por: Henry Salinas / abogado, maestrante de Derecho Penal y Procesal Penal

Luego de dos años de mandato del gobierno Castro/Zelaya, se puede decir que, uno de los principales obstáculos que han existido en este tiempo, es el Poder Legislativo, como sabemos, en el Congreso Nacional confluyen todas las fuerzas políticas, representadas en diferentes bancadas y unos pocos diputados independientes.

Producto del contexto social y político, en el Hemiciclo es donde es más evidente la crispación de los partidos, donde como podemos ver a través de los foros televisivos y redes sociales están en permanente conflicto y descalificación. Es más, los comunicados oficiales de este Poder del Estado, parece que se redactan con ira y dolor, donde no parecen comunicados oficiales, sino cartas elaboradas con desesperación.

¿Este tipo de actitudes son propias de un Estado de derecho? La respuesta es sí, es normal que existan posturas encontradas entre los funcionarios públicos que representan sus intereses partidistas, lo que no es normal es tener paralizado el Congreso Nacional solo porque sí, lo que no es normal es utilizar los canales oficiales institucionales para emitir comunicados descalificativos, estas acciones no generan seguridad jurídica, tampoco que un día algo si sea constitucional y al día siguiente no, no demuestra estabilidad legal hacer interpretaciones convenencieras a favor propio o de un tercero. Tenemos dos fuerzas antagónicas que no hacen ningún punto en común (aunque ambas digan que hacen todo por Honduras) lo que buscan es llegar al poder y los otros conservarlo.

¿Qué se puede hacer? Es necesario buscar mediadores profesionales e imparciales que puedan entrar en medio de este conflicto y limar asperezas a fin de que puedan encontrarse esos puntos donde se bifurcan los intereses de estos partidos, pero es necesario que estas negociaciones no sean negociar impunidad, carros del Estado o seguridad, que sean a favor del pueblo hondureño, o mínimo, cumplir las promesas de campaña.

Lo ideal sería propiciar este dialogo sincero y puro de manera pública, donde todos podamos conocer las posturas de los diputados y diputadas de los diferentes partidos. Es de reconocer que gran parte de estos problemas nacen desde la concepción de la Junta Directiva del Congreso Nacional, desde aquí comenzó la ingobernabilidad y debemos estar claros que, si no se hacen cambios sobre esto, seguiremos estancados. Por ello, hay que analizar qué actores podrían formar parte de este dialogo para mediar, puede ser la cooperación internacional, la iglesia, sociedad civil, grupos de periodistas hondureños o internacionales. Como sea, pero hay que comenzar a mejorar la gobernanza en Honduras. Pero estos acuerdos o desacuerdos que se construyan este dialogo deben ser públicos, sin consensos en la penumbra debajo de la mesa.

Para un gobierno que profesa el combate a la corrupción y para un Congreso denominado del pueblo, les debe interesar dar estabilidad, certeza y paz a los hondureños inmediatamente.

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