Nuestra nación está de luto por el fallecimiento de don Jorge Bueso Arias, quien nos dejara el 18 de septiembre. Don Jorge fue un político noble, banquero exitoso, pero por sobre todo, una persona pulcra y honesta, amigo verdadero y ejemplo de rectitud y trabajo para todos nosotros. Fue una figura emblemática en nuestro país, un verdadero ícono, a quien recurrimos en varias ocasiones cuando nuestra nación enfrentaba momentos difíciles y conflictivos.
Participó con altura en la política y seguramente habría ganado las elecciones presidenciales de no haber sido por la división que se dio en el partido Liberal. Un verdadero líder, cuya sabiduría, humildad y ecuanimidad sentaba las bases para un clima de entendimiento y hermandad entre nosotros. ¡Cuánta falta nos hará en estos momentos en los cuales en nuestra nación reina la polarización! Que en paz descanse don Jorge y resignación cristiana a su familia.
Don Jorge siempre predicó con el ejemplo. Fue un emprendedor nato y construyó lo que ahora es uno de los bancos más grandes, más sólido y más eficiente en Honduras. Su banco atendió principalmente el área rural y fue siempre leal a su lema “apoyando al pequeño de hoy haremos al grande de mañana”. Supo ganarse la confianza y lealtad de sus clientes y además generó por muchos años empleo para miles de personas. Mientras su salud se lo permitió, continuó trabajando en su oficina en el banco. Siempre estuvo presto a apoyar las mejores causas de nuestro país sin esperar recompensa alguna. Deja un enorme vacío que difícilmente será llenado. Gracias, don Jorge, por sus consejos y su apoyo. Vivirá en nuestras memorias y nuestros corazones.
Debemos recordar que don Jorge evitó caer en los siete pecados de Gandhi, en la riqueza sin trabajo, el placer sin conciencia, el conocimiento sin carácter, el comercio sin moral, la ciencia sin humanidad, la religión sin sacrificio y la política sin principios. Es indispensable preservar su legado, para lo cual es necesario contar con un relato de su vida, con su biografía. Esperemos que próximamente contemos con ella y que sea lectura obligatoria para nuestra clase política y para nuestros estudiantes. Allí habrá lecciones para que nuestros aspirantes a políticos se conviertan en verdaderos políticos y para que nuestros estudiantes crezcan en su amor por nuestra nación. Nuestras universidades deberían presentar el caso de Banco de Occidente para explicar las cualidades que deben acompañar a un emprendedor, para revelar la importancia de la iniciativa privada y para mostrar que es posible ser exitoso sin tener que depender de prebendas y favores de los gobiernos.
Don Jorge fue un verdadero demócrata. Un amante de la libertad y un practicante de la solidaridad. Aceptó, sin protesta, el resultado de las elecciones presidenciales y simplemente siguió adelante con su exitosa vida y continuó cosechando triunfos y reconocimientos. Cuanto podría mejorar nuestra clase política si imitara a don Jorge. ¡Como cambiaría nuestro país! Don Jorge siempre nos hizo sentir orgullosos de llamarnos hondureños. El fue el mejor representante de nuestra hondureñidad. ¡Gracias, don Jorge, por tan preciado legado!
Ahora la faena cae sobre los hombros de quienes bregamos por forjar el futuro de nuestro país. Dios quiera que lo hagamos honrando el legado de don Jorge. Emulemos su trayectoria y sus principios democráticos. Seguramente que nuestra nación se beneficiaría mucho así. Honremos la memoria de don Jorge, procediendo como él lo haría. Practiquemos la política con principios y trabajemos tesonera y tenazmente. Luchemos inspirados en el bien común y atendamos prioritariamente los intereses de los pobres. Don Jorge siempre lo hizo. Rindamos pleitesía a un gran hombre imitando su comportamiento y así su memoria vivirá por siempre entre nosotros.
Que en paz descanse don Jorge y que el Señor derrame el bálsamo de su consuelo sobre su familia.