Por Alberto García Marrder
Especial para Proceso Digital, La Tribuna y El País de Honduras
El expresidente Donald Trump, quien pretende volver a la Casa Blanca, y la vicepresidenta Kamala Harris, que aspira ser la primera mujer presidenta de Estados Unidos, se verán la cara el 5 de noviembre en unas elecciones presidenciales que han despertado poco entusiasmo ante unas pobres opciones.
Una última encuesta, la Marist, indica una ventaja de cinco puntos de Harris (52-47 por ciento), pero otras señalan un empate técnico ante la posibilidad que muchos electores decidirán en el último momento.
Muchos han votado ya por correo y presencial en el decisivo estado de Georgia.
Trump ya estudia qué argumentos dar si pierde y acudir a su acostumbrada denuncia de que le robaron las elecciones. En sus mítines electorales por todo el país, se le nota errático y poco coherente. Y los convierte en un ”show”, con baile incluido y los ya aburridos insultos a Harris. Y hasta critica que esta haya hecho pública un informe médico de que está apta para ser presidenta, cuando él sigue ocultando el suyo.
Harris, por su parte, pretende afianzar el voto de los electores de raza negra que no será todo suyo como se pensaba, y a pesar de ser hija de un negro de Jamaica, y el de los jóvenes, tan difíciles de pronosticar.
Pero acaba de hacer una cosa muy difícil y muy valiente, ante los pocos días que faltan para las elecciones, como dar una entrevista a la cadena de televisión, la Fox News, muy pro–Trump.
La entrevista a Fox fue concedida en un intento de atraerse a aquellos republicanos que no quieren votar por Trump y que son muchos. Y también a los independientes aún indecisos. La candidata demócrata llamó a Trump “inestable” y dijo que “todos deberíamos estar preocupados”.
Presionada sobre los cruces fronterizos y los supuestos crímenes violentos cometidos por inmigrantes indocumentados durante la presidencia de Joe Biden, Harris criticó repetidamente a Trump por oponerse a un proyecto de ley bipartidista de seguridad fronteriza.
Harris también acusó a Fox News de blanquear la retórica más incendiaria de Trump, incluido el hecho de que el expresidente llamara a sus rivales políticos “el enemigo interno”.
Si dejó en claro en esa tensa y acalorada entrevista, que “mi presidencia no será una continuación de la de Joe Biden”.
El diario “El País” de Madrid escribe que Trump se enfureció al conocer que “Fox News” iba a entrevistar a su rival. El republicano considera a esa cadena como su casa y tiene hilo directo con sus presentadores estrellas y les llama sin previo aviso, ya sea para quejarse por algo que no le ha gustado o a felicitarlos y darles directrices.
Trump ha evitado dar entrevistas difíciles, como al famoso programa “Sixty Minutes” de la cadena CBS y se las da a su amigable “Fox News.” También se ha negado a un segundo debate con Harris, ya que el primero fue desastroso y acudió poco preparado al dedicarle más tiempo a jugar golf que a prepararse.
El 5 de noviembre es un martes y muchos norteamericano, me temo y ante las pobres opciones, preferían montar una barbacoa en su jardín que ir a votar.