Para efectos de este artículo se utilizarán “enre” (los que envían remesas) y los “rere” para los que (reciben remesas). Según la Oficina Regional para Centroamérica, Norteamérica y El Caribe (OIM), las remesas contribuyen de manera significativa a la economía de un país, que es el caso específico de Guatemala, Honduras y El Salvador, como conclusión de esta oficina es que, las remesas se han constituido en determinantes económicos en los hogares, principalmente en Guatemala, país donde se hizo la encuesta sobre “Migración y Remesas”. Un dato importante sobre el estudio realizado fue que: 1,574, 973 hogares,son los rere, donde se benefician a 6,212,099 personas, lo que representa el 30 o 40% del total de la población guatemalteca.
El caso de El Salvador, no es tan diferente al resto de los países pues el papel de los enre como el de los rere es también elevado, de tal forma que las remesas representan el 20% del (PIB). Solo entre enero y abril de este año 2024, los enre se hicieron presente nada más y nada menos que con 2,637.4 millones de dólares estas cifras dadas por (BCR, 2024). Publicado por La Prensa Gráfica. Así que, no es menos favorable la situación para los salvadoreños, solo que, es interesante observar en qué rubros los rere de este País centroamericano invierten toda esta cantidad de recursos financieros. Según este mismo reporte, de cada 10 familias, 2 son rere, en condiciones de pobreza y hasta extrema.
En el caso de Honduras, y según datos del (BCH, 2024.), publicados en la revista (swissinfo.ch, del 31 de mayo del 2024), hubo un incremento del 6,1%, que equivale a 2.983,8 millones de dólares. El 39% de las remesas los “rere”, seguidos de otros “rere” es decir hermanos, representan el 16,9%. Los padres reciben un 13,3%, los hijos el 12,5%, los cónyuges 6,6%y los abuelos 2,4%. Sorprende que todo el dinero recibido por parte de los rere lo usan en un 80% para gastos de alimentación, servicios de salud y educación y el 7,5%, lo destina a comprar o mejorar una propiedad u obras comunitarias. Agregado a lo anterior, cabe destacar según el Banco Central de Honduras, los enre al menos una vez al año envían dinero extra para construcción, eventos familiares, compra de terrenos, adquisición de vivienda, gastos médicos y fúnebres entre otros. Los enre viven en su mayoría en Estados Unidos, estimándose más de un millón de hondureños. Los enre, con el papel de proveedores al hacer efectivo sus envíos, representan el 26,7% del (PIB), siendo la principal fuente de divisas del país, por encima de exportaciones de café, maquila, camarón y otros. Según el Programa Monetario 2024-2025, divulgado en abril del presente año, las remesas sumarán 9.518 millones de dólares y la proyección para el 2025, será 9.804 millones, casi 300 millones más.
En el 2022, según el (BID, Mejorando Vidas), los enre hicieron llegar a sus familiares, en América Latina y El Caribe, 142.325 millones de dólares, experimentando el crecimiento más alto en los últimos 20 años. En el 2023, se recibieron 150 mil millones de dólares. Para este año 2024, de acuerdo a cifras del Banco Mundial, se recibirán 160 mil millones de dólares. Los rere son México, Guatemala, República Dominicana, Colombia y Honduras. Los otros países que menos reciben son Ecuador, Brasil, Haití, Perú, Jamaica, Nicaragua, Bolivia, Argentina, Guyana, Costa Rica, Panamá, Paraguay, Chile, Surinam, Trinidad y Tobago, Belice y Uruguay. Honduras es el quinto país de América Latina que más recibe remesas, no obstante, es el segundo país que depende directamente de los enre solo por debajo de Nicaragua. Según (ASJ, Aguilar, 2024), afirmó que los porcentajes recibidos ya son parte fundamental de la economía.
Los empleos a que los enre acceden en Estados Unidos, son: construcción, servicios de limpieza, transporte, jardinería, trabajos domésticos, agricultura, hospitalidad (restaurantes, contratistas de alimentos, hoteles y agencias de turismo, eventos, compañías de ocio y entretenimiento, y personal de ventas), chofer, teleoperador, médicos, enfermeros, farmacéuticos, arquitectos, ingenieros, informáticos, matemáticos y maestros. Algunas de estas ocupaciones son mejor remuneradas que otras, como por ejemplo la de ser chofer, que puede andar en 60 mil dólares al año, en cambio un teleoperador, gana 26 mil dólares al año.
Tanto los enre como los rere, están imbuidos en un dar y recibir, dinero que como ya se dijo arriba en este artículo, no resulta fácil para los migrantes en Estados Unidos ganárselo. Una de las cosas que realmente hace ruido y preocupante para una economía tan endeble como la de Honduras, es que los enre dejen de enviar sus remesas a sus familiares y decidan invertirlas en las ciudades donde viven. Por otro lado, puede ser que los migrantes les cambien el estatus migratorio y se hagan leyes a fin de que empiecen a pagar impuestos y a establecerse como residentes y ciudadanos norteamericanos. Honduras, hace de cuenta que el dinero de las remesas es y será seguro para toda la vida, cosa que no es cierta, por muchas cosas que puedan pasar en el ámbito político ya sea del lado republicano o demócrata, en Estados Unidos y el trato que le den al tema migratorio. La reflexión que deberíamos estar haciéndonos todos y cada uno de los hondureños dentro y fuera del País, es si vamos a recibir estos casi 9.518 mil millones de dólares cada año, con los cuales se cuenta para el sostenimiento de la economía hondureña.
Está demostrado que si se tuvieran mejores condiciones de empleo, seguridad, vivienda, salud y educación en estos países de América Latina, no veríamos tantas caravanas enfiladas a la aventura del sueño americano, que muchas veces, termina en pesadilla y muerte. Está bien que existan los enre y los rere, lo malo, es que un país dependa prácticamente de esta situación de precariedad e inestabilidad. Ciertamente, es difícil ver a nuestros compatriotas parados en las esquinas de las ciudades donde ellos viven en la Unión Americana, pidiendo trabajo, esperando que alguien les ofrezca algo por hacer y saber que esos dólares que ganan escasamente los esperan su familia en sus países de origen, pero así es. Muchos de los migrantes llegan a Estados Unidos para vivir en hacinamiento y comparten espacios demasiado reducidos, comen a la carrera en el carro, caminando, con una mano trabajan y con la otra comen, por tal de ganar los 15 o 20 dólares en la construcción o en otros trabajos duros ya sea en inclementes temperaturas gélidas o de calor extremo. Hay de enre a enre y de rere a rere, el que manda su dinero, que tanto le cuesta ganárselo, sabrá quien lo recibe y en que lo gasta o lo invierte.