
Tegucigalpa. – El tema principal de este escrito son los hondureños inmigrantes deportados desde Estados Unidos a Honduras, empezando por el pasado 20 de enero, 2025, fecha en que Donald Trump tomó posesión como el Presidente electo 47mo. de los Estados Unidos.
En éste su segundo y último mandato, Trump obtuvo una clara diferencia de votos a su favor tanto por el sistema de voto directo del ciudadano común (49.9% vs. 48.3%), como por el sistema de votación indirecto (312 vs. 226), propio del Colegio de Electores del Legislativo de los Estados Unidos. Trump logro la mayoría republicana en el Senado (53 vs. 47) y en la Cámara de Representantes (220 vs. 215) estadounidenses. Y hasta ahora, en votaciones recientes, sin perder la mayoría republicana, Trump ha ganado en ambas cámaras unos votos de senadores y representantes demócratas que son conservadores y ultra-conservadores en su propio partido político.
Como efecto de ello, Honduras le queda de reto diagnosticar, encontrarle y proyectarle una vinculación efectiva; en particular, a los hondureños deportados a Honduras en aviones militares estadounidenses por el potencial laboral que tienen ahora en ciertas áreas del mercado migratorio nacional (de manera presencial) y binacional (a distancia).
Potencial entre los 2 tipos de hondureños deportados desde EUA a Honduras
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) informó que, durante el año fiscal 2024, que concluyó el pasado 30 de septiembre, se registraron 271,484 deportaciones a 192 países, incluyendo hondureños.
Esa cifra anual, propia del 2014, es la más alta cuando se contabilizan 315,943 deportaciones, que marca un incremento del 90 % en comparación con 2023 y del 276 % respecto al 2022. Lo que demuestra un endurecimiento en las políticas migratorias estadounidenses.
Honduras se posicionó como el tercer país con más retornados, con 45,923 deportados, solo superado por México (87,298) y Guatemala (66,435). Llegaron a Honduras dos tipos de deportados que regresan a Honduras en aviones distintos: 1) en vuelos militares… y 2) en vuelos chárter privados o no militares.
Y al preguntarle a Wilson Paz Reyes, el nuevo Director del Instituto Nacional de Migración del Gobierno de Honduras, ¿hay alguna diferencia significativa en el deportado que regresa a Honduras en un vuelo de avión militar estadounidense o un vuelo chárter privado, no-militar?
La respuesta de Wilson fue bien clara: “Sí hay diferencia. Los deportados en un vuelo chárter no militar ya tenían mucho tiempo de haber permanecido en Estados Unidos; y por lo tanto, probablemente trabajaban y mandaban remesas financiera hasta ser deportados, en su mayoría desde su condición de ilegal, por ser más los indocumentados, tener antecedentes penales o haber cometido un delito. Mientras que los deportados en un vuelo militar fueron detenidos en la frontera sur de Estados Unidos, sin que hasta su detención hayan tenido una experiencia laboral, o cometido un delito en Estados Unidos, y por eso, son devueltos casi automáticamente a su país de origen, Honduras”.
Al analizar esas diferencias, Trump culpó a los demócratas por lo que los republicanos acuñaron como “captura y liberación”. Términos que se refieren a la práctica de liberar por un tiempo a los inmigrantes que en Estados Unidos de todas formas eventualmente serían deportados, mientras esperaban presentarse en su fecha de audiencia en una corte de inmigración, para resolver su caso.
El pasado lunes 10 de febrero, Trump dijo durante el discurso inaugural de su 2do. Mandato: “Pondré fin a la práctica de capturar y liberar. Desde entonces, he ordenado a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos que mantenga a los inmigrantes bajo custodia y que no los libere, incluso si eso exige mantenerlos detenidos por más tiempo”, dijo a una fuente de CNN, familiarizada con estas discusiones.
Según dijo, quiere eliminar la práctica “de capturar y liberar” porque sus beneficiados no son elegibles para el asilo”.
Y la pregunta es, ¿cuántos de los deportados a Honduras en un vuelo militar lograron asilarse en Estados Unidos, y mientras trabajaban, lograron el Estatus de Protección Temporal. El TPS, es una medida crucial que alivia temporalmente a los ciudadanos de países afectados por conflictos o desastres naturales, permitiéndoles residir y trabajar en los Estados Unidos, sin temor a ser deportados.
En una decisión significativa, dado que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) había anunciado el 13 de junio de 2023, una extensión de 18 meses al TPS de los hondureños, que en ese tiempo eran elegibles a ese estatus. Tal extensión comenzaría el 6 de enero 2024 y se extendería hasta el 5 de julio 2025.
La situación migratoria actual enfrenta una incertidumbre casi total
Tal medida dejaba sin efecto la terminación del TPS, propuesta por la administración Trump en el 2018. Fue detenida temporalmente por las demandas judiciales que había en contra de la misma. El TPS ofrece a sus beneficiarios un estatus migratorio temporal, de protección contra la deportación y estar amparados con un permiso válido para trabajar en los Estados Unidos.
Ante la incertidumbre sobre el TPS, muchos beneficiarios están buscando otras opciones para evitar quedarse sin protección migratoria. Para eso exploraban ajustar su estatus migratorio, basado en vínculos familiares o por haber iniciado un proceso de asilo, que podrían protegerlos para quedarse legalmente en EUA.
Según el abogado constitucionalista Rafael Peñalver, en declaraciones a la prensa, los permisos del TPS seguirán vigentes hasta que una corte judicial determine la legalidad o no de terminar con ellos.
Otro dilema constitucional sin solución final hasta hoy.
¿Es suficiente haber nacido en un país para ser ciudadano del mismo? El concepto de ciudadanía por derecho de nacimiento plantea a menudo ésta y otras preguntas. Tal derecho está garantizado por la 14ª Enmienda de la Constitución estadounidense. Esto significa que la mayoría de las personas nacidas en suelo estadounidense reciben automáticamente la ciudadanía, independientemente de la nacionalidad de sus padres. Sin embargo, los debates continúan acerca de cómo estas leyes deben ser interpretadas y aplicadas, especialmente en los casos de inmigrantes indocumentados y visitantes internacionales.
Al presente muchos beneficiarios enfrentan el dilema de perder sus empleos o tener que encontrar una vía alternativa para mantenerse en su actual autorización laboral. Por lo tanto, conocer las opciones disponibles resulta esencial para no caer en una situación migratoria irregular.