La Gran Manzana inició una semana en la que las imágenes de cuanto ocurrió desde que el vuelo de American Airlines chocó contra la primera torre y el momento en que se derrumbó el último de los dos emblemáticos edificios del Bajo Manhattan volverán a hacerse presentes ante la fecha clave del décimo aniversario de la tragedia.
Este domingo Nueva York llora un año más a sus muertos, honra a sus héroes y sendos minutos de silencio recordarán la hora exacta de los impactos contra el World Trade Center de los aviones que varios escuadrones suicidas secuestraron con facilidad al poco tiempo de despegar del aeropuerto de Boston y cuyo destino era Los Ángeles.
El primero, a las 08.46 (12.46 GMT) recordará cuando el Boeing 767 de American se introdujo entre los pisos 93 y 99 de la Torre Norte a 790 kilómetros por hora, y el segundo, a las 09.03 (13.03 GMT), cuando el vuelo 175 de United impactó entre las plantas 77 y 85 de la Torre Sur, a unos 950 kilómetros por hora.
«Vemos mucho humo sobre las torres del World Trade Center», dijo poco después en la radio Tom Kaminsky, periodista encargado de la información del tráfico en Manhattan para una emisora local de WCBS Radio en la que se cree fue primera retransmisión que hace referencia a una tragedia en las Torres Gemelas.
Fueron golpes certeros que condujeron a unas imágenes que parecían fruto de los efectos especiales de los mejores filmes de Hollywood en las retinas de quienes los vivieron en el mismo Manhattan o desde cualquier punto del planeta, en la que fue la primera catástrofe televisada para una audiencia mundial.
En Manhattan primero dominó la confusión y después cundió el pánico: flotas de coches de Policía y camiones de bomberos inundaron las calles en su camino hacia el sur de la isla, donde las personas se repartieron entre quienes salieron despavoridos y quienes se quedaron estupefactos ante la estampa de las torres humeantes.
Mientras llegaba el personal de emergencias se ordenó evacuar la Torre Norte y se indicó a quienes estuvieran en la Torre Sur que no salieran: «Atención, el edificio dos está seguro, no hay necesidad de evacuarlo. Si están saliendo, usen las puertas de entrada y los ascensores para volver a las oficinas», se oyó por el sistema de megafonía de la segunda torre a las 08.55.
Siete minutos después, se ordenó la evacuación obligatoria del edificio, tan sólo sesenta segundos antes de que el vuelo 175 se estrellara, un golpe televisado en todo el mundo y que no evitó que bomberos y policías entraran para coordinar las tareas de rescate.
![]() | El vuelo 11 había dejado inservibles las escaleras de la Torre Norte, por lo que quienes estaban con vida no tenían forma de salir y hubo quien optó por lanzarse al vacío, lo que se convertiría en las imágenes televisadas más dolorosas de la jornada y que las cadenas estadounidenses acordarían después dejar de emitir. En la Torre Sur hubo lugar para el milagro: dieciocho personas que se encontraban en las plantas superiores al impacto del vuelo 175 pudieron escapar del edificio antes de que se derrumbara a las 09.59 en unos eternos diez segundos, dejando consigo una enorme nube de polvo y tras arder durante 56 minutos. |
La otra torre, pese a haber sido la primera en ser tocada, fue la que aguantó más, hasta caer a las 10.28 y matar a aproximadamente 1.400 personas que había dentro y alrededor del edificio.
Tras 102 minutos, no hubo más lugar para la esperanza: las torres se colapsaron y, mientras, cientos de personas huían del concurrido distrito financiero de Nueva York dejando atrás zapatos, bolsos y chaquetas.
El pánico se apoderó en las siguientes horas de la Gran Manzana, que cerró a cal y canto: todos los túneles y puentes quedaron cerrados, ya se había clausurado el espacio aéreo de todo el país, se cerró Wall Street y se ordenó la evacuación de una gran porción del sur de Manhattan, tomado por el Ejército.
Empezaron entonces las tareas de búsqueda de víctimas en la que se llamó «zona cero», un área tomado por personal de emergencias, pero también por trabajadores de la construcción y miles de voluntarios, y donde el entonces alcalde, Rudolph Giuliani, alcanzó fama internacional al ponerse al frente de las operaciones.
Pentágono aumenta vigilancia dentro y fuera de EE.UU. El Pentágono ha aumentado su vigilancia en las bases militares dentro de Estados Unidos al aproximarse el décimo aniversario de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2011, indicó un portavoz del Departamento de Defensa. George Little, portavoz del Pentágono, indicó que la alerta no responde a información específica sobre un plan de ataques terroristas, sino más bien a que Al Qaeda y sus aliados son adeptos a marcar aniversarios de esta manera. Las bases e instalaciones militares estadounidenses en el exterior ya se habían puesto en un nivel más alto de alerta días atrás. El 11 de septiembre de 2001 el Pentágono, en las afueras de Washington, fue uno de los edificios atacados por los terroristas que habían secuestrado cuatro aviones de pasajeros. Los ataques en Nueva York y Washington dejaron más de 3.000 personas muertas o heridas. El jefe de Al Qaeda, el saudí Osama bin Laden, murió en Pakistán en mayo pasado a manos de un comando de fuerzas especiales de Estados Unidos. Según Little, algunos de los documentos incautados por los soldados estadounidenses en la residencia de Bin Laden mencionaban la proximidad del décimo aniversario de los ataques en Estados Unidos. Desde 2001, las fuerzas de seguridad de EE.UU. han desbaratado varios complots de supuestos terroristas cuyos planes incluían, según el Gobierno, ataques contra bases militares dentro del país. |
EE.UU. no ha cumplido con todas las recomendaciones de seguridad tras 11-S El Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. sólo ha cumplido con cerca de la mitad de las 1.500 recomendaciones para mejorar la seguridad tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, según un informe divulgado hoy por la Oficina de Supervisión del Gobierno (GAO). El informe de la GAO, distribuido durante una audiencia en el Senado, supone una especie de catálogo de todo el trabajo que ha hecho el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) desde su creación en 2003. A lo largo de sus 226 páginas el análisis dejó en claro que aunque ha habido muchos progresos en materia de seguridad aún queda mucho por hacer para corregir «las brechas y deficiencias». Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, la GAO presentó cerca de 1.500 recomendaciones al DHS, que «ha puesto en marcha cerca de la mitad, ha comenzado esfuerzos para responder a otras, y ha tomado medidas adicionales para fortalecer sus operaciones», dijo el informe. El documento señaló que el DHS debe mejorar la supervisión de los diversos programas bajo su jurisdicción y consolidar un sistema financiero que recabe en un solo sitio la información de todas las agencias. Entre otros elementos, el informe señaló que si bien el DHS ha mejorado la revisión de pasajeros y maletas y de toda la seguridad aérea en general, aún debe mejorar la revisión de cargamentos aéreos y el uso de tecnología de punta para detectar explosivos en las maletas facturadas. En cuanto a seguridad fronteriza, el informe indicó que el DHS ha desplegado muros a lo largo de 965 kilómetros en el suroeste de EE.UU. y ha puesto en marcha un programa para verificar la identidad de visitantes extranjeros. Sin embargo, aún debe mejorar el rastreo de las salidas de los visitantes y la seguridad de las visas. Por otra parte, pese a los esfuerzos por expulsar a quienes permanecen en EE.UU. con visas vencidas, el DHS sólo ha cerrado cerca de 35.000 investigaciones desde 2005. En total, las autoridades han arrestado a unas 8.100 personas que dejaron vencer sus visas, pero esa cifra es «una pequeña porción» del universo de al menos cuatro millones de personas. En respuesta al informe, el DHS dijo que EE.UU. es un país «más fuerte, más seguro y más resistente» debido a la labor de ese departamento y que el informe de la GAO omite los progresos como los relacionados con la vigilancia de presuntos terroristas y mejoras en los controles de los documentos para cruces fronterizos. El DHS, que desde 2003 reúne bajo un mismo techo a 22 agencias con tareas de seguridad y más de 200.000 empleados, es ahora el tercer departamento más grande de la burocracia federal. Su presupuesto anual aumentó de unos 39.000 millones de dólares en 2004 a aproximadamente 55.000 millones de dólares en el año fiscal en curso. |
A una década, los efectos del 11-S se siguen sucediendo |