Lobo, ¿qué estás haciendo allí?

Por Yanivis Melissa Izaguirre | Periodista, Honduras

Tegucigalpa, Honduras. El Lobo regresó a jugar en la pradera política. Apareció con ínfulas, retador y asustador cual villano de cuento infantil, aunque este no asusta ni a los niños. 

Por más que sople y sople, este lobo no derriba nada. 

Se fue a meter a la que en un momento fue como su casa, donde mandaba más, donde era poderoso, pero ahora tuvo que pedir permiso y bien agradecido porque lo dejaron entrar.

De padrino a ahijado, así se vio, pidiendo la bendición de otros que ahora ambicionan convertirse en los nuevos lobos de la política. 

Pobre viejo lobo, se quiere vender como viejo zorro. Volvió al ruedo político y lo anunció como si fuera el personaje que Honduras esperaba. Quiso hablar como paladín y hasta unionista sonó. 

Lo hace para que el país «retome la ruta de la democracia», dice el exlíder de un partido que destituyó magistrados para propiciar una ilegal reelección presidencial.

Lo dice quien confesó que «ya sabía» lo del desfalco del Seguro Social, pero que guardó silencio para no «hacerle daño a su partido». Entre otros trapitos sucios que se le mencionan y que pudieron ser el aliciente para que saliera de su «descanso».

Así habló el militante de un partido que acabó con la independencia de poderes y que no respetó ni siquiera una pandemia para seguir enriqueciéndose a costa de la enfermedad del pueblo. 

El de la frase «yo ya sabía», al parecer no sabe que el pueblo no tiene memoria corta. 

Hay que ver que sí está asustado el otrora hombre fuerte del nacionalismo, pues apareció usando frases trilladas como la de «persecución política» y, por supuesto, la de hablar en nombre del pueblo (eso no podía faltar). 

¿Será que quiere refundar el Partido Nacional? ¿O ser el candidato conciliador como quiso figurar después de aquel empolvado Acuerdo de Cartagena? Porque luego de dedicarse a despotricar contra algunas figuras de su partido y andar de gira por los «medios golpeados», ahora vuelve al bando que le dio el protagonismo político hasta llevarlo a la silla presidencial.

Con pódium y todo, y de fondo la bandera de Honduras y la de la estrella que está más solitaria que él, manipulandonervioso una carpeta y luego un bolígrafo, como orador principiante. Hablando de las intenciones de este gobierno de perpetuarse en el poder, eso está mal cuando no son ellos, ¡claro!

Tan desesperado están que no haya de qué forma llamar la atención. Bromeó, contó chistes que solo a él le hicieron gracia, y hasta sacó la lengua, pero ni así hubo vítores en ese salón sin eco. 

Y así, como si nada, los medios dejaron de transmitir con la silueta del hombre perdiéndose entre anuncios comerciales. ¡Ah!, y hasta hizo un llamado a los otros partidos políticos a unírsele! El que con lobos anda…

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