spot_img

Liberacion femenina

Por: Otto martín Wolf

Se supone que las primeras manifestaciones se dieron a finales de 1700 en Inglaterra.

Las mujeres, que eran consideradas ciudadanas de segunda categoría, empezaron a luchar por su derecho al voto e igualdad en ciertas cosas.

Pero es realmente hasta el Siglo 20 que en la mayor parte del mundo la mujer empezó a ser considerada igual en derechos civiles.

Aún así, existen naciones fundamentalistas en donde la mujer todavía tiene una categoría casi similar a la esclavitud, particularmente entre los árabes. Para un ejemplo hasta hace unos pocos meses en Arabia Saudita la mujer no tenía derecho a conducir un vehículo. Ahora lo hacen y, por cierto, el número de accidentes de tránsito no ha aumentado en forma sensible, veremos qué sucede con el tiempo.

Pero en la mayor parte del mundo occidental la mujer ahora tiene un lugar casi igual al del hombre. Israel, Argentina, Nicaragua, Costa Rica, Alemania, India y muchas otras naciones han tenido o tienen mandatarios y legisladores entre el sexo femenino.

Falta mucho, especialmente en el respeto que merecen del hombre en lugares públicos y privados; el acoso sexual sigue siendo un gran problema aunque se está combatiendo con valor por medio de la denuncia. Grandes figuras del mundo del espectáculo, político y de negocios han encontrado el camino a la cárcel por su conducta con las mujeres, bien!

Las mujeres de todo el mundo deben denunciar sin temor y luchar porque se les respete su intimidad, todos los comienzos son duros, pero se ha avanzado.

No obstante nunca podrá haber una total igualdad de sexos, precisamente por eso, porque el hombre y la mujer son de sexos diferentes.

Un ejemplo: En los Juegos Olímpicos las mujeres van a competir directamente con los hombres? En Lucha Grecorromana, esgrima o levantamiento de pesas? No hay forma.

De igual manera la liberación femenina no debe incluir cosas como cambio de llantas ponchadas (a menos que la mujer trabaje en una llantera) así mismo el hombre siempre debería abrir la puerta a la mujer y darle el paso, ceder el asiento y hasta el lugar en ciertas líneas.

Hemos perdido la cortesía debido a la igualdad de géneros?

De nuevo, el hombre y la mujer somos diferentes y lo seguiremos siendo siempre pero conservemos la caballerosidad y el romanticismo del pasado, nuestras hijas también son mujeres, lo merecen y lo disfrutarán.

Finalmente,  no es posible para un hombre convertirse en mujer ni viceversa, por más que la cirugía trate de igualarlos o que instituciones como el Concurso Miss Universo acepten a un transgénero entre las mujeres, quizá buscando más revitalizar un negocio que ha ido en decadencia en los últimos tiempos, que promoviendo la igualdad de géneros.

El “Tercer Sexo” merece un análisis por separado, trabajaré en ello.

Más de Otto Martín Wolf 

spot_img
spot_img
spot_img

Noticias recientes

spot_img
spot_img