Tegucigalpa – Tras las devastadoras consecuencias provocadas por la pandemia de COVID-19, que suma ya 15 meses, es urgente volver a los mecanismos de semipresencialidad o presencialidad en el sistema educativo hondureños, pero para eso es necesaria garantizar que los actores estén inoculados para evitar efectos más dramáticos que los vistos hasta ahora.
Las cifras son aterradoras. De la matrícula en 2020 de dos millones de estudiantes en el sistema educativo público, apenas este año se registran 1 millón 200, es decir 800 mil menos que desertaron por distintas causas provocadas por la pandemia y las tormentas que azotaron el país a finales del año pasado, entre otras causas.
Un reciente informe de la Asociación para una Sociedad Más Justa (ASJ), da cuenta que el tiempo de aprendizaje durante la pandemia de COVID-19 no es suficiente. Así lo revela una encuesta realizada cuyos resultados indican que 76 por ciento de los infantes y adolescentes matriculados están recibiendo menos de cinco horas semanales de clase.
La consulta fue realizada en los 18 departamentos de Honduras a mil jefes de hogar con niños entre 5 y 18 años, del 14 al 30 de abril de este 2021.
El sondeo detalló que el 85 por ciento de los alumnos de escuelas privadas recibieron cinco o más horas de clase semanalmente (62 por ciento recibió más de ocho horas), mientras solo 49 por ciento de los matriculados en escuelas públicas tuvo la misma oportunidad (apenas 22 por ciento recibió más de ocho horas).
Los resultados apuntan que la modalidad de enseñanza más común en las escuelas públicas son los grupos de Whatsapp (76 por ciento) y en las escuelas privadas, las clases por Internet (92 por ciento). Otras modalidades mencionadas fueron: cartillas de trabajo y televisión.
La deserción, el principal problema
En conversación con Proceso Digital, el rector de la Universidad Tecnológica Centroamericana (Unitec), Marlon Brevé, dijo que desde que la educación superior, tanto pública como privada, desde que se migró de la modalidad presencial a la virtual fueron surgiendo retos que luego se convirtieron en problemas, algunos resueltos y otros aún por resolver.
Calificó la actual realidad educativa como “una catástrofe” precedida por la crisis sanitaria.
Para el caso -citó- que el principal problema es la deserción de alumnos en un principio del 30 por ciento (matrícula 2020) y se logró recortar un 10 por ciento este año, es decir que en enero de 2020 en el sistema superior (21 universidades) había 250 mil estudiantes y en la actualidad esa cifra se sitúa en 200 mil.
Aseguró que la educación virtual bien manejada, con docentes capacitados, con herramientas tecnológicas disponibles, con adecuada conectividad y aulas virtuales con contenidos es igual de buena que la modalidad presencial.
Citó que en el caso específico de Unitec/Ceutec, dijo que comenzaron el primer trimestre del año con un pilotaje de la presencialidad del ocho por ciento, especialmente de las asignaturas que implican componentes prácticos, y lo subieron a un 12 por ciento en este segundo trimestre que está por concluir. Asimismo, se prevé que durante el tercer trimestre que inicia en julio se pueda llegar a un 30 por ciento bajo el supuesto que habrá más personas vacunadas.
Priorizar la vacunación
Hizo un llamado urgente al gobierno para que priorice la vacunación contra la COVID-19, no solamente en los docentes de la educación superior, sino en todo el sistema que incluye pre-básica, básica y media. Se trata de unas 100 mil personas que se espera se inoculen en los próximos dos meses y de esta forma dar pasos firmes a la presencialidad.
El también exministro de Educación, reflexionó que “las universidades han podido enfrentar la pandemia con más recursos porque ya teníamos plataformas tecnológicas. Sin duda el impacto ha sido más negativo en todos los niveles de pre-básica, básica y media”.
Subrayó que el peor impacto por la pandemia lo han sufrido los niños (pre-básica y básica). “Los niños hasta tercer grado su edad no les permite estar concentrados frente a una pantalla durante cinco o seis horas, ellos necesitan interactuar y ahí es donde ha habido mayor efecto”, ahondó.
Brevé refirió que la mayor deserción se ha producido en la educación básica y media, lo que se demuestra con las cifras oficiales que retrataban que hasta antes de la pandemia había 1 millón de niños y jóvenes que no se matricularon, pero de los dos millones que sí lo hicieron 800 mil desertaron por diferentes motivos.
“El 2020 cerramos con una matrícula de 1 millón 200 mil. Este año la meta era volver a matricular 2 millones y creo que al cierre de abril había 1 millón 700 mil, es decir que 300 mil no se habían matriculado”, explicó.
Empezar abriendo 900 centros educativos
Propuso abrir un kínder, un centro de educación básica y un colegio en cada municipio a partir del primero de julio, lo que significa unos 900 establecimientos de enseñanza piloteados en el inicio del segundo semestre del año.
El académico cifró la expectativa en seis mil centros educativos abiertos al final de este 2021, que significa el 30 por ciento de los 22 mil que funcionan en todo el país.
Adelantó que el próximo 11 de junio, Día del Estudiante, las autoridades educativas lanzarán un programa denominado “Todos por la educación” para invitar a todos los actores del sistema educativo a reabrir el sistema mediante pilotajes en los centros de enseñanza.
Desglosó que el programa incluye fases a corto, mediano y largo plazo.
El corto plazo implica reabrir el sistema educativo; el mediano plazo es habilitar la plataforma tecnológica y que se asegure la conectividad gratuita; y en el largo plazo revisar toda la plataforma curricular y buscar una reforma que responda a las necesidad de la nueva realidad tras la pandemia.
Puntualizó que “no podemos seguir con un sistema educativo cerrado. Se ha demostrado que gran parte de la población no tiene recursos económicos para recibir una educación virtual, aunque ha funcionado en parte en la educación superior, no ha funcionado en la educación pre-básica y básica. Pedimos que se autorice que se pilotee la reapertura semipresencial con todos los mecanismos de bioseguridad de por lo menos con tres centros por cada uno de los 298 municipios de Honduras”.
De su lado, el gerente general de la Federación Nacional de Instituciones Educativas Privadas de Honduras (Fenieph), Carlos Sabillón, avizoró que la educación continuará bajo la modalidad virtual debido a la escasa vacunación contra la COVID-19.
“Hay que ser realistas volver a clases presenciales y viendo las noticias que nos dicen que mayo fue el peor mes durante la pandemia, eso nos dice que Honduras no ha logrado controlar el avance del virus y ahora, incluso, la mortalidad ocurre en mayor grado en las zonas del interior del país, por lo tanto el riesgo es muy alto de volver a clases presenciales”, analizó.
No vuelven a clases mientras no los vacunan
El secretario de la Juventud del Primer Colegio Profesional Hondureño de Maestros (PRICPHMA), Onan Cálix, afirmó que no están dispuestos a retornar a ningún proceso, ya sea presencial o semipresencial, de retorno a las aulas mientras no sean vacunados todos los docentes del sistema.
“Eso sería un genocidio para la población docente, los estudiantes y para los mismos padres de familia. No tenemos la vacuna contra el COVID-19. Los profesores no somos prioridad en Honduras, les interesan los militares, las armas, pero no la educación del pueblo”, fustigó.
Pidió que mediante las vacunas Pfizer sean inoculados los niños de 12 años en adelante, tal como ya está ocurriendo en otros países de la región.
Cálix advirtió que las seis organizaciones magisteriales protestarán para exigir la inoculación de todos los docentes y alumnos elegibles.
El dirigente magisterial desmintió que el gobierno haya invertido en la reparación de infraestructura educativa y dijo que se trata de una mentira bien montada, pero que en la realidad se puede verificar visitando cada centro de enseñanza.
Criticó que en la actualidad no hay un norte en la dirección por parte de las actuales autoridades educativas, lo que lleva al país a un letargo de 20 años de atraso.
Dijo que en la actualidad apenas atienden a 1 millón 200 mil niños en el sistema educativo público. “Avalo el informe de la ASJ que dice que 680 mil niños reciben menos de una hora clase a la semana, eso solo demuestra que estamos en un fracaso educativo”, indicó.
Padres soportan carga económica
Por su lado el dirigente sindical José Luis Baquedano indicó que los padres de familia son los que soportan la carga económica de la conectividad educativa y detalló que algunos deben adquirir hasta cuatro aparatos económicos debido a la cantidad de hijos que tienen.
Cada aparato significa que se debe comprar la recarga a una compañía celular que proporciona la aplicación del servicio de WhataApp para que puedan conectarse a clases, lo que representa una carga económica que no estaba incluida antes de la pandemia del COVID-19.