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La Pedagogía Crítica

Dr. Ignacio Alonzo

La Pedagogía crítica es una herencia de la Teoría Crítica, que surgió entre la segunda y tercera década del Siglo XX. En el año de 1937, Max Horkheimer, escribió su obra, “Teoría Tradicional y Teoría Crítica”, seguido, y posteriormente sostenida, defendida y difundida por Hebert Marcuse, Walter Benjamin, Theodor Adorno, Erich Fromm, Jurgen Habermas, Michael Apple, Axel Honneth, entre otros. Esta propuesta de filósofos y pedagogos pertenecientes a la conocida Escuela de Frankfurt, un círculo de intelectuales que allá por el año de 1923, se opusieron a la Teoría Tradicional y al positivismo, en medio del debate y crisis del idealismo filosófico.

Debemos apuntar que la Escuela de Frankfurt, tenía los cimientos filosóficos y epistemológicos en el pensamiento de Karl Marx y Segismund Schlomo Freud. Con la llegada al poder de Adolfo Hitler, en 1933, este connotado grupo de pensadores tienen que salir prácticamente huyendo de Alemania, recorriendo varios países hasta establecerse finalmente en Estados Unidos donde permanecerán en Nueva York hasta el año de 1950, ya que solo un año después, regresaron a Alemania para darle continuidad a su quehacer y pensamiento filosófico crítico. Cabe destacar, que sin duda, el pedagogo brasileño, Paulo Freire se abrevó de las fuentes de la Teoría Crítica, ya que para 1968, escribe “La Pedagogía del Oprimido”, obra que lo catapultó y que lo ubica como, sino, el mejor pedagogo latinoamericano, del siglo pasado, y precursor de la Pedagogía Crítica, que, como apuntamos arriba está fundamentada en los principios, ideales e hilos filosóficos de la Teoría Crítica, nutrida esta, de la filosofía marxista.

Lo anterior, podrían considerarse como los antecedentes de la Pedagogía Crítica. No cabe duda, que esta pedagogía le apuesta por la reflexión y la crítica profunda de las condiciones de vida, estructuras sociales crueles, inequidades, desigualdades y deficiente desarrollo humano, combina una visión materialista y dialéctica de la sociedad.

Además, la Pedagogía crítica, busca la intencionalidad de transformar el sistema educativo, tratando de evitar al menos las desigualdades más marcadas en la comunidad. El quehacer de los profesores y educandos cuestionan las diferentes situaciones en el campo político, económico, social, esto debe pasar por un diálogo horizontal en el que tanto educando como educador aprenden juntos y resuelven problemas. Otro aspecto muy importante, es que la pedagogía crítica, parte de la praxis, es decir que esta implícita la reflexión-acción, a fin de buscar la transformación primero a nivel de pensamiento y luego de la calidad de vida que debe gozar cada ciudadano. Le apuesta al pensamiento crítico, a la significación de los imaginarios simbólicos y visibilizar los marginados educándolos para que transformen el mundo y el de los demás.

Algo muy distintivo en la Pedagogía crítica, es que promueve en el educando,
autonomía, compromiso, responsabilidad, conocimiento de la realidad y un apego por un aprendizaje significativo mediante el diálogo, dándole mucho énfasis a la pedagogía de la pregunta. Esta pedagogía es defendida por Henry Giroux a quien se le debe el término de “Teoría Crítica de la Educación”, y la relación entre “poder y educación”, Peter McLaren, que también ha hecho extraordinarias contribuciones desde el pensamiento marxista y estudios culturales. No puede faltar los enormes aportes de Paulo Freire, quien desde su producción literaria que entre otros textos escribió: “Educación como práctica de la Libertad”, “ Educación Bancaria”, “La pedagogía del Oprimido”, y “ La Pedagogía de la Esperanza”, más todos los trabajos de investigación y libros que se han escrito alrededor de su pedagogía.

No se puede negar que la Pedagogía crítica es una revisión clara del Marxismo, aplicado al proceso de educar a niños y jóvenes. Estamos de acuerdo en que el educando debe saber y conocer su realidad, no obstante, se le debe educar para la resolución de conflictos, para la paz y la no violencia, para cuidar el medio ambiente, civismo,
patriotismo, no a la corrupción y por los más altos valores y principios democráticos que al finalizar su educación media y universitaria, sea un profesional y ciudadano útil, educado “para dar vida a la nación”, como bien decía, el Paladín centroamericano José Francisco Morazán Quezada. La escuela de hoy, y de mañana tiene un reto ineludible e insoslayable y a la vez, tiene un imperativo categórico de educar para la ciudadanía, educar para las ciencias blandas y duras, además, impulsar a los estudiantes, padres y maestros a formar carácter, solidaridad, libertad, autonomía y pensamiento crítico y divergente. La educación de hoy, y de mañana, afrontará tremendos desafíos éticos, en tanto que, docentes, padres de familia y estudiantes, deben cimentar la vida axiológica y las virtudes más caras y elevadas en los estudiantes, para que contribuyan a vivir en un mundo mejor. Además, que los actores educativos, reconozcan que la inteligencia artificial es solo una herramienta que le permite al educando saber más y descubrir otros mundos del conocimiento, a fin de, construir una sociedad más justa, educada, equitativa, acuciosa, determinada, haciendo uso de los mejores metodologías, técnicas depuradas, e innovadoras para que haya una excelente asimilación de los contenidos emergentes en las aulas de clase, a fin de edificar una comunidad científica responsable, comprometida y ética. La Pedagogía crítica, cobra vigencia si, y solo si, y se da una revisión del currículo y estándares que sea flexible y real, hacer una excelente conducción de los procesos de enseñanza aprendizaje en que los estudiantes aprendan para la vida, sean conscientes de su realidad a fin de superar con trabajo y esfuerzo sus condiciones de vida y puedan ser promovidos integralmente, incluidos y no excluidos, sin discriminación de ninguna naturaleza. Así que, estamos invitados a educar, dando respuestas contundentes, convincentes y coherentes con la realidad que vivimos los hondureños.

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