Tegucigalpa – Los grupos criminales que se encargan de llenar sus bolsillos mediante el cobro de extorsiones, agregaron otro capítulo a su estela de generar pánico en la población hondureña con la quema de dos unidades del transporte interurbano en la zona norte del país.
– Como “acto terrorista” califica la Policía la última quema de dos buses.
– Hay malestar por los traslados a la cárcel de “El Pozo”, pero hay otros grupos que quieren “protagonismo” para dirigir estas acciones criminales, dijo el portavoz de la Policía, Luis Osavas.
–Una pausa en cobro de extorsión genera incertidumbre en los mercados capitalinos
Desde tempranas horas del lunes los medios informaban sobre la quema de dos unidades del transporte: una en La Lima, Cortés y la otra en La Ceiba, Atlántida. En ambas operaciones los patrones criminales fueron similares.
En su afán de generar caos y terror, estas organizaciones del crimen buscan amedrentar a la población tras las últimas acciones por neutralizarlos en un país donde se registran 14 homicidios diarios, la mayoría ligados al sicariato, cobro de extorsiones, operaciones de pandillas y delincuencia común.
El presidente Juan Orlando Hernández señaló que “es posible que no solamente este el tema de la extorsión, sino que también el narcotráfico”.
El gobernante dijo que las rutas que utilizan estas unidades son las del narco y estimó que los buses puedan ser “utilizadas para el tráfico de drogas, sin el conocimiento de los dueños” de los mismos.
“Por la manera en que se perpetraron los ataques, son actuaciones similares del crimen. Se atravesaron vehículos, bajaron pasajeros y quemaron las unidades. Posiblemente haya un vínculo y se trate de ataques coordinados. Hay indicios que pudo tratarse de la pandilla 18, eso es lo que nos indica la investigación, ya que han sido mayormente afectados por las acciones del Estado”, arguyó el portavoz policial, Luis Osavas.
El cobro de extorsiones, especialmente a empresas del transporte, pequeños negocios y grandes comercios, se ha convertido en el ‘modus vivendi’ de al menos cinco organizaciones criminales. Todos cobran “la renta” en forma semanal y bajo el nombre de pandillas que operan en suelo hondureño.
Esta realidad la enfrentan, desde la vendedora de tortillas hasta el gran empresario, todos con el denominador común que, si no cumplen con “la cuota”, entonces deberán pagar con sus vidas.
Pequeños comerciantes de un populoso mercado de Comayagüela, aseguran estar “sorprendidos”, ya que en las últimas dos semanas los grupos extorsionadores han hecho una pausa en el cobro del ilícito. Avizoran que viene un replanteamiento en la recolecta de este mal llamado “impuesto de guerra”.
Aunque los resultados de la Fuerza Nacional Antiextorsión (FNA), son palpables, lo cierto es que no es suficiente para combatir este flagelo, coinciden expertos en seguridad.
Para el caso, registros actualizados de la FNA dan cuenta que en 2016 se han capturado a 584 personas por el delito de extorsión, siendo 88 cabecillas. Se agarra “al mandadero”, al que cobra la extorsión por orden de otros, critican conocedores del tema.
Operaciones coordinadas por el Ministerio Público como Avalancha en sus fases I y II ha dado golpes contundentes a estos grupos, en función de minar sus capitales y asegurar cuantiosos bienes que han adquirido a base del mal llamado “impuesto de guerra”. Pero los extorsionadores parecen brotar de cualquier lado y mientras una estructura es desmantelada otras surgen en paralelo.
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La extorsión es el “negocio” más rentable en el que hay “grandes”
El criminólogo Gonzalo Sánchez reconoció que existe una política criminal por parte del Estado para combatir a las organizaciones ilícitas, sin embargo, agregó que “no quisiera creer que este problema ya se le fue de las manos al gobierno. Es un flagelo que no lo pueden detener y por más que los metan al famoso ‘Pozo’ parece que más se recrudecen las acciones de estos grupos”, opinó.
Indicó que la situación es compleja y merece un abordaje integral por parte de los operadores de justicia encargados de combatir la criminalidad y la extorsión.
Sánchez recomendó como paliativo implementar los patrullajes de carreteras mediante sofisticados sistemas de comunicación que permitan articular esfuerzos.
Recordó que los grupos criminales evolucionan sus modos de operación. “Antes aquí robaban bancos, se paró ese flagelo; luego estuvieron en auge los secuestros y se lograron contrarrestar con respuestas modernas; también afloró el robo de vehículos, pero con la instalación de GPS (Sistema de Posicionamiento Global) se detuvo esta forma del crimen. Como esos negocios fracasaron ahora van con la extorsión, que por cierto es mucho más rentable”, explicó.
El conocedor en criminalística aseguró que en el tema de la extorsión “hay gente grande metida”, pero de repente no se hace lo suficiente para llegar a ellos. “Los organismos de seguridad del Estado saben quienes dirigen estas bandas, entonces, ¿a quiénes van a meter al Pozo?, dicen que, a los cabecillas, pero todos sabemos que en el momento que se llegue a los grandes, todo se viene abajo”, apostilló.
Policía “supone” que es respuesta del crimen
La quema de autobuses del transporte interurbano de esta semana, sería parte de las respuestas del crimen, ante las últimas acciones del gobierno, informó la Policía mediante un comunicado.
“De acuerdo a la dinámica de los hechos suponemos que luego de un análisis realizado por los investigadores, estos determinan que los ataques fueron al azar considerándolo como un acto de terrorismo en respuesta a las acciones que el Estado de Honduras realiza actualmente para combatir delito de extorsión, y otros como el traslado de los privados de libertad, que, desde las cárceles, dirigían acciones delictivas”, arguyó el cuerpo policial.
Ambas empresas de transporte no habían denunciado cobro de extorsiones, es otro de los aspectos que resalta el cuerpo del orden público.
“Nos comprometemos con estas empresas del transporte afectadas a hacer todo lo necesario para dar con los responsables de estos hechos criminales”, puntualizaron.
Se necesita trabajo de inteligencia para detenerlos
Para el exjefe de las Fuerzas Armadas, René Osorio Canales, la quema de autobuses del servicio público es parte de una escalada de las pandillas para enviar mensajes de temor a la población.
“El Estado, a través de sus estrategias, busca las medidas para acorralar al crimen organizado, una tarea que no es fácil que solo verá resultados a mediano y largo plazo”, auguró.
El exjefe castrense pidió a la población a no perder la esperanza. “Es importante que el próximo gobierno siga con ese plan nacional de seguridad, ya que el país estaba en tinieblas, no había seguridad de ninguna índole”.
Osorio Canales pidió, como forma de contrarrestar este tipo de crímenes, infiltrar personal en los buses e incrementar el patrullaje en las carreteras.
“Es importante cerrar ese círculo, que trabaje la inteligencia para dar con los cabecillas que es lo más importante”, concluyó.