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La Diplomacia: Sigue y seguirá esperando

Dr. Ignacio Alonzo

Desde Maquiavelo hasta nuestros días, la diplomacia como herramienta eficaz para la negociación no ha perdido ni pierde su valor, pertinencia y obviamente su lugar. Los países civilizados del mundo que abrazan la diplomacia, seguramente podrán arreglar sus diferencias mediante el diálogo.

La diplomacia permite recorrer largas distancias para alcanzar acuerdos, limar asperezas, amistar y restablecer relaciones, evitar guerras, frenar conflictos, quitar situaciones tensas entre los Estados y buscar los mejores caminos para arribar a los mejores consensos en sendas mesas de negociación, esto ya sea en problemas menores como en situaciones graves en donde han habido pérdida de vidas humanas que es lo más valioso para un país, su gente, su historia, su soberanía, sus tradiciones y herencia.

La diplomacia sigue esperando, después de los últimos acontecimientos entre Estados Unidos y Ucrania, representados por sus presidentes respectivamente. Estados Unidos tratando de mediar y mostrando interés obviamente. No cabe duda, que el conflicto ya tiene más actores que han opinado y han manifestado simpatía y empatía con Zelensky.

Lo anterior significa que ahora se necesitan acuerdos macros, de lo contrario, podría terminar este problema en una conflagración mundial, que traería consecuencias para toda la humanidad. La diplomacia sigue esperando, dejando cualquier orgullo, prepotencia y altanería de los Estados en conflicto, en este caso Ucrania y Rusia. Lo que más adelante en este artículo se estipula claramente.

Las funciones de la diplomacia ahora más que nunca necesitadas ante la problemática de guerra se pueden enlistar: La representación, que no es más que la presencia de un interlocutor que habla bien, piensa y comunica perfectamente que es lo que quiere el país al que representa.

Está función es determinante porque es muy política y se convierte en la esencia de la representación diplomática. La función comunicativa, es primordial, pues que podría hacer una nación en donde su cuerpo diplomático enviado para una negociación no hagan bien su trabajo, se convierte en una arma contraproducente, ya que esta función apunta a aspectos concretos definitorios para alcanzar acuerdos.

Puede ser que los conflictos sean tan incómodos para hablar cara a cara entre agredidos y agresores, pero es aquí donde se necesita la mayor serenidad y manifestar una madurez diplomática incomparable, pues mostrar debilidad y falta de carácter en la negociación, podría llevar a un empeoramiento del conflicto.

La función negociadora, que no está lejos de la anterior, sino en íntima relación, el desplazamiento de esta herramienta para un diplomático que está afrontando y resolviendo un conflicto, sería un fracaso. Además de las funciones anteriormente expuestas están también, la de protección e intereses nacionales, asesoramiento, entre otras.

La diplomacia como cualquier otra disciplina científica humanista, ha evolucionado, es así, como hay otras formas tales como: la diplomacia en la cumbre, Ad-hoc y la parlamentaria. La primera es la que se da entre jefes de Estados, jefes de gobiernos y ministros de relaciones exteriores. La segunda forma, se trata de una temporalidad, pero de excepcionalidad y la tercera es la que se realiza propiamente en el marco del Sistema de Naciones Unidas, esto es entre sus Estados Miembros.

La situación es emergente, mientras no se nombren comisiones internacionales que medien en este conflicto entre Rusia y Ucrania, no se ve por dónde se pueda llegar a acuerdos en los cuales ambas partes salgan y haya un win, win, aunque al parecer por los intereses que se tejen resulta muy complicado. Sin duda, que debe primar la negociación y las relaciones internacionales con mesura, prudencia y sabiduría para evitar la destrucción que trae la guerra en donde mueren más civiles que armados de ambas partes, aunque en este conflicto Ucrania ha puesto los muertos al igual que Rusia, se habla de miles de ambas partes en guerra.

Es el momento de establecer un cuerpo diplomático por parte de Rusia, Ucrania, la Unión Europea, Estados Unidos y dos o tres veedores o Comisión de Veracidad que avalen y certifiquen el proceso validándolo, y que conlleve a ponerle punto y final a una guerra que nos expone como civilización humana, tristemente incapaz de abrazar la diplomacia y alcanzar acuerdos de paz y bienestar para la población de rusos y ucranianos que sin duda deben estar cantando la famosa canción “solo le pido a Dios que la guerra no me sea indiferente que es un monstruo grande y pisa fuerte…”.

El presidente Putin, ha sido enfático y ha señalado que territorio ocupado por Rusia, no debe ser devuelto a Ucrania, por su parte Zelensky le responde al Kremlin que es inadmisible y de poco sentido común lo que Putin está pidiendo. Además, Putin, dice que las sanciones que le han sido impuestas por Occidente son muy fuertes, sumado a esto ha pedido que Ucrania no debe ingresar a la Organización del Tratado de Atlántico Norte. Además, Putin exige una “desmilitarización” y “desnazificarse”.

Entonces la situación se agrava aún más, porque Ucrania habla de la dignidad que tienen como Nación, y a la vez de su integridad territorial la cual ha sido invadida por su vecino Rusia. Al decir verdad, ambas partes en conflicto están en este momento en un punto casi irreconciliable, pues los dos países están heridos y ofendidos hasta sus mismas entrañas.

La inoperancia de los poderosos del Mundo ante este conflicto es inadmisible, deben sentarse y negociar razonablemente, siendo lo más justo y haciendo uso del Derecho Diplomático Internacional, a efecto de resolver este conflicto armado que ya casi se va pareciendo al tiempo de la Segunda Guerra Mundial pues viene del 2022 al 2025, estamos hablando ya más de tres años, en donde se han visto millones de personas desplazadas por la guerra, miles de familias enlutadas por la pérdida de sus hijos que han ofrendado sus vidas del lado ucraniano y ruso, lo cual por ningún punto es justificable para este Tercer Milenio, en donde se suponía se habían superado los estados de barbarie y destrucción.

La Diplomacia: Sigue Esperando. Hacer uso del diálogo y de la cordura. Dejar a un lado los intereses y no poner en precario la paz mundial, debería ser el interés de todas las partes relacionadas en toda esta situación peligrosa para el Mundo hoy. Debe aparecer un liderazgo mundial que medie y haga convenir de manera justa y equitativa a efecto de traer progreso, paz, trabajo y libre circulación para todos los ciudadanos del mundo.

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