La cremación y sus formas concitan interés en el día de difuntos en Honduras

Tegucigalpa – Esparcir o no las cenizas de los muertos, distribuirlas entre los deudos, lanzarlas al mar, al viento o ponerlas en objetos de lujo, en casas particulares, es el tema que casi siempre sale a colación en la época del Día de Difuntos, y este año en Honduras ha cobrado mayor vigencia, con sus diversas matices, por las últimas expresiones vertidas desde el Vaticano.

La muerte debe ser honrada. Es el paso a un estadio superior. Por ello, en la víspera del día de difuntos, el Papa Francisco prohíbe a sus fieles esparcir las cenizas de los muertos en el caso de ser incinerados. La Iglesia sigue prefiriendo la sepultura, aunque no se opone al método de la cremación.

Sepultar los restos de los seres queridos siempre será un acto de amor entre los fieles cristianos quienes consideran necesario devolver a la tierra a sus muertos mientras esperan la resurrección. Las tumbas son en América Latina y, particularmente de Honduras, lugares donde los dolientes recuerdan y honran a sus parientes fallecidos.

Por eso, en este país, donde la cremación de cuerpos es relativamente novedosa e inició en la norteña ciudad de San Pedro Sula a principios de este siglo, los católicos han puesto atención a la disipación de la Iglesia Católica que, además, ha planteado claramente que tampoco las familias deben dividir las cenizas de sus seres queridos y distribuirlas entre sí. Igualmente, no deben guardarse en casa, se expresa.

cremacion2El pronunciamiento de la Iglesia Católica busca poner orden en las practicas funerarias en base a la llamada “Doctrina de la Fe” que registra el detalle en la “Instrucción Ad resurgendum cum Christo”.

El aire, la tierra o el agua no son los lugares para esparcir las cenizas, mismas que no deben guardarse en piezas de recuerdo y conmemoración, indica la Iglesia que además señala que cuando alguien expresamente solicite esta forma de proceder, se negarán las exequias en el marco de la fe cristina. Son conceptos erróneos de la muerte, dice el documento católico.

La excepción para guardar las cenizas obedecerá a un acto de “piedad o cercanía”, se detalla.

Las disposiciones eclesiales buscan el respeto y la posibilidad de reducir el riesgo de olvido, especialmente después de la primera generación.

Se trata de volver los restos de los muertos a los cementerios, a las iglesias y a los lugares habilitados para el descanso, mientras esperan la resurrección, indica el documento que coloca en relieve la “Doctrina de la Fe”.

Aunque los altos cleros del catolicismo consideran “la cremación es algo brutal”, la Iglesia la permite por factores económicos, higiénicos y sociales, además que no hay una razón fundamental para negarla.

Coherencia

victor ruizLa Iglesia Católica hondureña considera la determinación de El Vaticano coherente con la dignidad, el respeto, la memoria y las raíces del ser humano. Para el padre Víctor Ruiz, de la parroquia de la colonia Villa Olímpica de la capital hondureña, la disposición es “pertinente en el sentido que no se opone a la cremación, aunque sí sugiere que las exequias de cuerpo presente por la dignidad del difunto”.

Mencionó que, en el caso de las reparticiones de un cadáver cremado en diferentes grupos, “hay un cierto irrespeto, asimismo cuando las cenizas son puestas en una urna y se depositan en la casa, eso puede ser visto como un objeto u cosa, pese a que se trata de una persona”.

En tanto, “si las cenizas son lanzadas al mar o al aire, eso supone una especie de aniquilación de la persona cremada porque se esparce y se desaparece para siempre, lo que provoca que no tenga sentido la conmemoración del difunto”, dijo.

El párroco Ruiz, apuntó que la forma de la cremación, más que algo cultural, es parte de las tendencias que se imponen en la sociedad. “En algunos lugares lo hacen porque no hay cementerios o porque estos son muy lejanos”, citó.

Mencionó que en Honduras los que prefieren la cremación deben tener mucho dinero para acogerse a esta forma de enterrar sus deudos. “En el cementerio de Suyapa ya existen criptas para depositar las personas cremadas, pero insisto, se requiere de mucha solvencia para someterse a esta forma”.

suyapitaCremación en Honduras

En Honduras, la Ley que permite la cremación entró en vigencia en abril de 2014. Antes de esa fecha solo la Secretaría de Salud podía autorizarla.

El costo de la cremación de un cuerpo en Honduras tiene un valor de entre 15 y 20 mil lempiras.

Pese a que la aprobación de la normativa ocurrió en 2014, por lo menos siete años antes ya se practicaba en Honduras, particularmente en San Pedro Sula, donde los registros indican que desde 2007 hasta el momento de aprobada la Ley por lo menos 500 personas habían sido incineradas en Honduras.

Que se preocupen por los vivos

ernesto galvezDe su lado, el sociólogo y entendido en temas religiosos, Ernesto Gálvez, criticó que la Iglesia Católica se preocupe por trabajar con los muertos, un hecho -que según él- la Biblia lo critica.

“La Biblia dice que el muerto, muerto está y no hay nada que hacer por él. El Día de Difuntos es una tradición católica y ellos se meten mucho con el pasado, no tanto con lo que viene, por lo tanto, es natural que ahora vengan con esas disposiciones sobre el manejo de las personas que han sido cremadas”, comentó.

“Los pecados ya están mencionados en la Biblia y no hay que buscar otros en la literatura. Es costumbre tener libros adicionales a la Biblia, pero eso es completamente intrascendente para los cristianos, dónde lo van a tirar o enterrar, debemos ocuparnos dónde va el alma del difunto”, arguyó.

Gálvez remarcó que “es intrascendente lo que pasa cuando uno muere, porque lo importante es que cuando la gente está viva, crea en Cristo porque él es el único que lo puede salvar de ir al infierno”.

La comunión en el día de difuntos

El padre Víctor Ruíz, también se refirió a la conmemoración del Día de Difuntos en Honduras y comentó que obedece a un sentido de comunión con aquellos que se estableció un vínculo durante la vida. “Esto pretende traer al presente, con un sentido de resurrección, y una carga afectiva a las personas que se fueron. Honduras mantiene viva esta tradición y eso es bueno porque de cierto modo se mantienen los lazos de afinidad y consanguinidad con los que ya murieron”, dijo el representante de la Iglesia Católica.

En Honduras el día de difuntos moviliza a la mayoría de los hondureños. Los empleados estatales y los del sector privado, gozan de por lo menos medio día de permiso para ausentarse de sus labores y poder visitar los cementerios.

En el occidente hondureño aún se estilan los rezos y las recordaciones de los fallecidos con comida abundante. En algunos poblados que descienden de los lencas y los maya chortís, se hacen pedidos para que las almas de sus muertos intercedan para mejorar las cosechas.

cornonacionTodo con el respeto a la fe cristiana, pero en una sutil mezcla de sincretismo entre sus culturas y la fe. En esta región abundan para la fecha las comidas a base de maíz y los ayotes en miel.

En el sur hondureño, se recuerda a los muertos con mayor alegría. Muchas familias visitan los cementerios y se sientan alrededor de las tumbas a tomar los alimentos. Son formas de expresión entrañables.

En Goascorán, Valle, la centenaria “Banda de Goascorán” se instala para recordar con la música a los que ya no están, pero que esperan la resurrección, de acuerdo a la fe cristina.

Asimismo, las tradiciones como las magníficas flores de espelma que son confeccionadas en el histórico poblado de Morocelí, en El Paraíso, poco a poco ya se ven en menor escala y las coronas o las palmas tampoco adornan los cementerios.

Las grandes ciudades hacen lo propio y en ellas son visibles las diferencias sociales. Los cementerios públicos son modestos, enormes extensiones de tierra que, cada año por estas fechas, vuelven a ser objeto de una limpieza por parte de las autoridades edilicias; los camposantos privados muestran escalas estéticas diversas, de acuerdo a la posibilidad económica de los deudos. Pero esto no impide el ritual propio de la fecha.

coronaINMILos emigrantes…

Y tanto en Valle, como en otras regiones hondureñas, donde la diáspora de emigrantes ha sido alta, los parientes aprovechan las tecnologías para comunicarse con los expatriados y poder compartir con ellos el recuerdo de quienes ya fallecieron.

El video llamado y los diferentes mecanismos propios de las redes sociales son la ventana que enlaza familias.

Son muchas las historias de los inmigrantes, especialmente los que se encuentran en Estados Unidos de manera irregular, que durante su desarraigo han perdido a sus seres más queridos, madre, padre, hermanos, abuelos, amigos y un sin fin de seres amados, pero sus circunstancias como indocumentados no les permite estar presentes en sus honras fúnebres.

En Honduras, un país de fe cristina mayoritaria, enterrar a los muertos sigue siendo la tendencia usual y aunque la cremación y sus formas amplían su cobertura, por ahora, es solo una opción alternativa.

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