Tegucigalpa – El presidente de la Conferencia Episcopal de Honduras, monseñor Ángel Garachana, se refirió nuevamente al tema de la corrupción y la impunidad donde admite lo difícil que es para la institucionalidad del país centroamericano luchar contra ese flagelo.
“Sigo con la corrupción. La corrupción social y política es consecuencia de la corrupción de la conciencia”, escribió monseñor Garachana en sus cuentas oficiales de redes sociales, donde últimamente se ha venido pronunciando respecto a temas de corrupción e impunidad.
En ese sentido, el líder religioso agrega en la misma publicación que la corrupción “en su raíz es una enfermedad de orden moral que comienza a curarse cuando el corrupto la reconoce. Cosa harto difícil, pues tiende a mantener la apariencia y justificarse”.
El obispo de la diócesis de San Pedro Sula, Cortés, se pronunció a favor de la instalación de una Comisión Internacional contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (CICIH), abogando que el mecanismo no tenga límites para actuar y que estas no sean gestadas desde el gobierno.
Es oportuno decir que Honduras solicitó en abril de este año, asistencia a Naciones Unidas para instalar la CICCIH, lo que sería un segundo intento, luego del fallido proyecto con la Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad (MACCIH).
La MACCIH era un mecanismo dependía de la Organización de Estados Americanos (OEA), que se había instalado en 2016 tras un acuerdo con el gobierno hondureño durante la administración del expresidente Juan Orlando Hernández Alvarado.
La Misión de la OEA llegó a su fin en enero de 2020, cuando el Congreso Nacional determinó no aprobar su continuidad en Honduras, donde investigaba, entre otros casos, presuntos delitos de corrupción que salpicaban a varios diputados del Parlamento, entre otras personas.
La Iglesia católica y otros sectores sociales de Honduras respaldan la iniciativa de la nueva presidenta del país para que la CICCIH se instale en el país, por al menos durante dos períodos gubernamentales. JP