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La acusación cree probados los cargos contra Rousseff y exige su destitución

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Brasilia – La abogada Janaina Paschoal, quien representa a la parte acusadora en el juicio político contra la suspendida presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, consideró hoy «probados» los cargos contra la mandataria y exigió al Senado su destitución.

«El fraude está comprobado» y «los senadores no pueden votar al margen de esa realidad», declaró Paschoal ante el pleno de la Cámara Alta durante la audiencia previa a la decisión prevista para mañana, en la que quedará sellada la suerte de la mandataria.

La presidenta, suspendida de sus funciones desde que se instauró el proceso, el pasado 12 de mayo, está acusada de haber emitido tres decretos que alteraron los presupuestos sin la venia del Congreso y de atrasos en depósitos en la banca pública que generaron costosos intereses y se configuraron como créditos.

Según Paschoal, las declaraciones de los testigos escuchados, las «voluminosas pruebas» presentadas por la acusación y los propios balances del Estado, en los que sostuvo que se reflejan «todas» las irregularidades, «comprueban el fraude fiscal» en que supuestamente incurrió el Gobierno de Rousseff.

«He escuchado reiteradamente que la presidenta es honesta», pero «no es honesto cometer un fraude» con las cuentas públicas, que «en realidad representan el dinero de todos los brasileños y no de un Gobierno», declaró.

Paschoal aseguró que decidió promover el proceso contra Rousseff «no como acusadora, sino como defensora de Brasil», pues entendió que «era necesario hacer algo por el país» y «luchar por recuperar la seriedad, la transparencia y la decencia en la gestión»

También respondió con vehemencia la tesis del «golpe» esgrimida por Rousseff y su defensa para descalificar al proceso.

«Nada ha sido hecho fuera de la legalidad. Es un proceso que es del pueblo, de cada uno de los brasileños que se manifestó» en las calles contra Rousseff, indicó en alusión a las multitudinarias protestas que ocurrieron durante el año pasado, en las que llegaron a participar casi cuatro millones de personas.

En su intervención, también dirigió unas palabras «personales» a la presidenta, suspendida de sus funciones desde el 12 de mayo por su entonces vicepresidente, Michel Temer, quien seguirá en el poder si se llega a la destitución.

«Quiero pedirle disculpas a la presidenta. No por hacer lo que hice. Sino porque sé que su situación no es fácil. Pido disculpas porque mi objetivo no era causarle sufrimiento, pero espero que ella comprenda que este proceso es también pensando en sus nietos», dijo con lágrimas en los ojos la abogada de la acusación.

En la primera parte de la audiencia que se celebra hoy, tanto la acusación como la defensa expondrán y debatirán sus argumentos.

Luego, cada uno de los 81 senadores podrá tomar la palabra durante diez minutos, por lo que si todos decidieran intervenir y se cumplen los tiempos, esa etapa consumirá unas 14 horas y concluirá entrada la madrugada de este miércoles.

Según estableció el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lewandowski, quien dirige la sesión como garante constitucional del proceso, habrá entonces un receso hasta mañana, cuando será dictada sentencia.

En esa última audiencia, dos senadores inclinados a condenar a Rousseff y otros dos que se opongan a su destitución tendrán cada uno cinco minutos para exponer sus alegatos y finalmente se procederá a la votación, por medio de un sistema electrónico.

Para que Rousseff sea desalojada de la Presidencia será necesario que así lo decida una mayoría calificada de 54 votos, que equivalen a dos tercios de los escaños.

El resultado se conocerá de inmediato y, una vez proclamado por el presidente del Supremo, Rousseff estará fuera del poder o, por el contrario, si fuera absuelta, recuperaría el cargo y relegaría otra vez a la vicepresidencia a Temer.

La defensa dice que Rousseff es «víctima»
de una «elite política y económica»

El abogado José Eduardo Cardozo, quien defiende a la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, en el juicio que la puede desalojar del poder, dijo hoy, en vísperas de que se dicte sentencia, que la mandataria «es víctima de una elite política y económica».

Cardozo declaró ante el pleno del Senado durante la audiencia previa a la decisión prevista para mañana, en la que quedará sellada la suerte de la mandataria, y volvió a rechazar todos los cargos, que calificó de «meros pretextos» para «desalojar a una persona honesta que incomoda a la elite» política y económica del país.

La presidenta, suspendida de sus funciones desde que se instauró el proceso, el pasado 12 de mayo, responde por la emisión de tres decretos que alteraron los presupuestos sin la venia del Congreso y atrasos en depósitos en la banca pública que generaron costosos intereses y se configuraron como créditos, según la acusación.

En un encendido discurso, Cardozo sostuvo que las acusaciones «son tan técnicas, tan sofisticadas y tan confusas, que la enorme mayoría de los brasileños no entiende de qué la acusan», y apuntó que Rousseff es «víctima de una conspiración» que comenzó en octubre de 2014, cuando fue reelegida para un segundo mandato.

«Fue acusada porque ganó una elección afrontando los intereses de aquellos poderosos que querían cambiar el rumbo de Brasil» y porque «facilitó las investigaciones sobre corrupción», afirmó el abogado.

Según Cardozo, los «derrotados de 2014 se confabularon» con los sectores económicos y entonces «decidieron destituir» a «una mujer incómoda» construyendo «la tesis de unas irregularidades que no son, que no existen y que no han sido probadas».

Así como hizo la propia Rousseff este lunes, cuando compareció personalmente para presentar sus alegatos, Cardozo afirmó que el país estará frente a un «golpe de Estado» si la mandataria fuera finalmente destituida.

«Los golpes no se hacen más con armas. Como ya no se puede llamar a los tanques, entonces se usan pretextos jurídicos, irrelevantes», para «desalojar a los presidentes elegidos en las urnas», manifestó.

También dijo que muchos acusados de corrupción «tienen interés» en la destitución de la mandataria y afirmó, en medio de protestas de algunos senadores, que «si hay una persona honesta en el sistema político brasileño, corrompido hasta la médula, es Dilma Rousseff».

Cardozo concluyó con emoción su alegato y dijo: «Pido a Dios que si ella fuera condenada, un día un ministro de Justicia le pida disculpas. A ella, si estuviera viva, o a sus nietos, si ya hubiera fallecido. Pero que sea, para que la Historia honre a esta mujer».

En la primera parte de la audiencia que se celebra hoy expusieron sus argumentos tanto la defensa como la acusación, que lo hizo en primer lugar y consideró todos los cargos «probados».

Luego, cada uno de los 81 senadores podrá tomar la palabra durante diez minutos, por lo que si todos decidieran intervenir y se cumplen los tiempos, esa etapa consumirá unas catorce horas y concluirá entrada la madrugada de este miércoles.

Según estableció el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lewandowski, quien dirige la sesión como garante constitucional del proceso, habrá entonces un receso hasta mañana, cuando será dictada sentencia.

En esa última audiencia, dos senadores inclinados a condenar a Rousseff y otros dos que se opongan a su destitución tendrán cada uno cinco minutos para exponer sus alegatos y finalmente se procederá a la votación, por medio de un sistema electrónico.

Para que Rousseff sea desalojada de la Presidencia será necesario que así lo decida una mayoría calificada de 54 votos, que equivalen a dos tercios de los escaños.

El resultado se conocerá de inmediato y, una vez proclamado por el presidente del Supremo, Rousseff estará fuera del poder o, por el contrario, si fuera absuelta, recuperaría el cargo y relegaría otra vez a la Vicepresidencia al hoy presidente interino, Michel Temer.

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