Tegucigalpa – La academia reclamó un espacio en los salones donde se diseñarán los procesos de reconstrucción de Honduras, además de reafirmar que el país no ha aprendido a enfrentar los potenciales e inmensos riesgos climáticos.
La potencia con que los huracanes Eta e Iota impactaron en este país, y que dejaron devastadores daños aún no cuantificados, volvieron a reflejar la urgencia de que los expertos en ciencias de la tierra y todas las especialidades que conlleva la ciencia, estén al servicio de la sociedad y sean incluidos en los programas profilácticos, así como en las políticas públicas que den al cambio climático la importancia de primera línea que representan para la vida.
En ese contexto, los expertos de meteorología de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), advirtieron que se ha descubierto la tendencia a que los ciclones tropicales irán en aumento en cantidad e intensidad los próximos años.
Variabilidad y cambio climático
El experto del Instituto de Ciencias de la Tierra, adscrita a la Facultad de Ciencias de la UNAH, Josué Mejía, dijo que los ciclones tropicales son parte de lo que llaman variabilidad climática.
Mejía, coordinador de la carrera de Meteorología de la UNAH, dijo que los ciclones tropicales son algo que se vive todos los años y que hay momentos en que hay más en un año que en otro.
Lo anterior está influenciado por los fenómenos de La Niña y El Niño, indicando que durante el primero ocurren más ciclones tropicales debido a las condiciones atmosféricas que ocurren en el Atlántico, mientras el segundo ocurre en el océano Pacífico y se refleja en un 30 por ciento menos lluvias.
Los ciclones así como las depresiones y tormentas y huracanes, son parte natural del planeta y el planeta los utiliza para mantener un equilibrio térmico entre el ecuador y los polos, detalló Mejía.
Agregó que si los ciclones no existieran sería algo catastrófico para el mundo, sin embargo, las trayectorias naturales de esos fenómenos son hacia el noroeste, lo que hace que muchos de ellos pasen o se acerquen a Honduras.
Este año, la trayectoria de Eta e Iota fue hacia el oeste y por eso se vino directamente a territorio centroamericano y eso ya ha ocurrido en otros años.
Reafirmó que estos fenómenos “pasan y va a volver a pasar y cuando tenemos La Niña, los problemas son mayores, puede volver a suceder en 20 años, en cinco, en 10, en tres años o el otro año, porque parece que La Niña se va a fortalecer”, explicó el director de la carrera de Meteorología.
Definió que eso es variabilidad climática, es algo natural del planeta tierra.
Para este experto, Honduras como país no ha aprendido sobre la variabilidad climática, no entendemos cómo atender esos fenómenos y no lo concebimos porque sencillamente no se tiene a personas trabajando en esos temas, dijo.
Ciclones más intensos y frecuentes
Sobre el cambio climático, refirió que hay un estudio de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), en el que se analizan los últimos 120 años y se descubrió que hay una tendencia de que esos ciclones tropicales cada vez vayan aumentando en la cantidad e intensidad, es decir que son más fuertes cada vez.
Ejemplifico el caso del huracán Eta que pasó de tormenta tropical a huracán categoría cuatro en 24 horas e Iota lo hizo en 34 horas aproximadamente, una intensificación muy rápida llegando hasta categoría cinco. Esta velocidad tiene alarmada a la comunidad científica porque se rompió el récord que se tenía de 2005 y este año son 30 tormentas tropicales las que se han formado, externó el profesor universitario.
Además de la rápida intensificación de esos fenómenos, es la cantidad de energía que tragan del mar que es el alimento de los huracanes, uno de los aspectos que alarma a los estudiosos de la materia.
Refrendó que “los efectos del cambio climático no los hemos vivido todavía, estamos sintiéndolos, pero no a nivel de lo que se espera en unos años, lo que implica que nuestros hijos, los hijos de nuestros hijos sobre todo, se van a ver afectados de una manera brutal por los fenómenos meteorológicos que cada vez serán más intensos, y eso se vio con Eta e Iota que se fortalecieron rápidamente y aunque se degradaron, les costó mucho hacerlo porque absorbieron demasiada energía del mar y eso los hace más peligrosos”.
Falta inversión en ciencia
Mejía reiteró que en Honduras no hemos aprendido de la variabilidad climática ni de los efectos que dejaron los huracanes Fifí, Mitch y ahora Eta e Iota, y está claro que el país es muy vulnerable en temas de deslizamientos de laderas e inundaciones por la falta de inversión en ciencia, desde el punto de vista de la academia.
Indicó que en el país existen expertos que podrían contribuir con sus conocimientos a mejorar las prácticas y tratamiento de estos fenómenos climáticos, pero “se debe invertir en ciencia, debemos de sentarnos y hacer un plan, hacer un proyecto que tenga resultados a corto, mediano y largo plazo”.
Refirió que el próximo año la UNAH, abrirá la carrera de Meteorología, para formar meteorólogos a nivel superior.
Mejía reconoció entre los más capacitados profesionales con que cuenta el país en la disciplina, al decano de la facultad de Ciencias de la UNAH, Nabil Kawas, quien ha estado trabajando toda su vida en temas de meteorología y gestión de riesgos.
Kawas estuvo en el Servicio Meteorológico Nacional, ha estado en las mesas importantes de cambio climático del mundo y gracias a él se está impulsando la carrera de Meteorología, él es una persona vital en esos temas y por lo tanto debería formar parte del Consejo Consultivo de reconstrucción, indicó.
Lo mismo ocurre con la directora del Instituto de Ciencias de la Tierra, Lidia Torres, quien tiene una especialidad en la gestión de riesgos e igual el geólogo Maynor Ruíz quien trabaja con el instituto desde hace muchos años, así como el hidrólogo Max Ayala y el propio Josué Mejía expertos en meteorología y ciencias atmosféricas y otro especialista en agua subterránea y calidad del agua.
Construcción de represas ya
Por su parte, el experto en hidrología del Instituto de Ciencias de la Tierra, José Max Ayala, explicó que por su posición geográfica en el trópico y en la línea de los huracanes, el país está propenso al impacto de ciclones tropicales que provocan desastres, en gran parte, debido a la crecida de los ríos más caudalosos.
“Nuestra mayor debilidad es que la mayoría de la población, principalmente en el Valle de Sula, vive en las márgenes de los ríos, en las planicies inundables, y por eso inevitablemente cuando suceden, la naturaleza va a reclamar lo que le corresponde y eso nos lleva a que se inunden un montón de viviendas porque el crecimiento ha sido completamente descontrolado, sin una planificación urbana”, señaló.
Acotó que no se han tomado en cuenta esos factores e incluso los gobiernos, después del huracán Mitch han invertido millones de dólares para hacer planes de zonificación, el último se hizo para el Valle de Sula en 2015, se invirtieron 30 millones de dólares, pero al final, todos los estudios quedan engavetados y los alcaldes no les toman importancia.
Cuestionó que las empresas constructoras no contratan a los especialistas para hacer los análisis de riesgo para ahorrar costos.
En ese sentido, considera que se debe comenzar a crecer de manera controlada, haciendo los estudios pertinentes y el gobierno ya debería empezar con los proyectos de construcción de las represas en Los Llanitos, Jicatuyo y El Tablón que serían los tres embalses que cubrirán los ríos tributarios más importantes que llegan al valle de Sula y que en gran medida reducirían los riesgos de inundaciones.
Destacó que las represas también tienen un sentido multipropósito ya que pueden servir para sistemas de riego, energía eléctrica y al mismo tiempo un control de las inundaciones lo que ayuda a amortiguar el precio de la inversión que se estima en 200 millones de dólares.
Especialistas están en la UNAH
Ayala cree también que, en el marco del Consejo Consultivo para la reconstrucción, se debe tomar en cuenta a la academia porque los especialistas están en la universidad y su opinión es indispensable.
Recordó que después de la tragedia provocada por el huracán Mitch se creó un Grupo Consultivo que dio espacio a la participación de la academia.
En tanto en la mesa consultiva hay un espacio que por ahora parece estar vacío pero que se prevé deberá llenarse con las mentes más brillantes de la academia que nuevamente ha reflejado su vinculación y su interés en ser protagonista en la solución de las multicrisis que golpean al país, tal y como ha ocurrido con la pandemia del coronavirus, en la que la UNAH, Unitec y la Universidad Pedagógica Francisco Morazán, entre otras casas del pensamiento, han aportado insumos a la altura de las necesidades y las demandas de Honduras y especialmente de sus habitantes, cada vez más vulnerables y afectados. (OM)