Denver (EEUU) – Bajo estrictas medidas de seguridad comenzó hoy en la corte federal del centro de Denver (Colorado, EEUU) el juicio en contra de un pandillero hispano acusado de asesinar dentro de una cárcel de máxima seguridad en el sur del estado a uno de los excapos de la mafia mexicana.
El acusado, Silvestre «Chikali» Mayorqui Rivera, sería responsable del asesinato hace ocho años de Manuel «Tati» Torrez en la Penitenciaria ADX, en la localidad de Florence y reservada para algunos de los criminales más peligrosos del país.
Según la información provista, los hechos sucedieron el 21 de abril de 2005 cuando Rivera habría pateado y golpeado a Torrez dentro de una jaula de ejercicios hasta quitarle la vida.
En marzo pasado, el juez a cargo del caso, Robert E. Blackburn, presentó un documento de seis páginas negándole a Rivera la posibilidad de mantener audiencias judiciales en conjunto con su presunto cómplice, Richard «Chuco» Santiago, quien será juzgado por separado y quien enfrenta la pena de muerte.
Rivera había argumentado que sin la presencia de Santiago su defensa sería «incompleta» y que la decisión del Buró de Prisiones (una agencia federal) infringía los derechos otorgados por la Quinta y por la Sexta Enmiendas de la Constitución de Estados Unidos.
El 17 de marzo, el juez negó el pedido indicando que no existe el derecho constitucional a que se juzgue en un mismo juicio a todos los acusados. La decisión permitió convocar a un jurado el pasado 24 de marzo e iniciar el juicio hoy.
Según reportes del 2005, la muerte de Torrez fue la primera muerte jamás ocurrida en esta prisión de máxima seguridad en Florence.
Torrez estaba sirviendo una sentencia de 160 meses luego de llegar a un acuerdo con las autoridades federales que estaban investigando ilícitos cometidos por la mafia mexicana (o Eme) en California.
En aquella época se dijo que Torrez estaba probablemente trabajando para los agentes federales y que se sabía que era un riesgo enviarlo a la prisión en Colorado.
Aunque las razones que llevaron al mortal incidente aun no son del todo claras, se dijo en 2005 y luego en reportes de 2008 que Torrez habría aparentemente intentado «ganar territorio» dentro de las pandillas de la prisión, como ya los había intentado antes en una cárcel en California.
David Lane, abogado defensor de Rivera, declaró a los medios antes del juicio, que Rivera y Torrez nunca habían estado juntos dentro de la misma jaula de ejercicios y que la golpiza fue «una batalla brutal» que duró cinco minutos hasta que la llegada de los guardiacárceles le puso fin.
Según Lane, no hubo premeditación, mientras que para la fiscalía, sí la hubo.
Se anticipa que el juicio durará dos semanas.