Asunción – A través de los juegos, el teatro, el dibujo o la pintura, grupos de jóvenes del Bañado Norte de Asunción, una de las áreas afectadas por las inundaciones que han desplazado de sus hogares a más de 100.000 personas en la capital, buscan aliviar el trauma que padecen los niños damnificados por la riada.
Las inundaciones, iniciadas en el mes de diciembre, coincidieron con las últimas semanas del año escolar y con el inicio de las vacaciones de verano, y muchos niños se encuentran ahora sin clases y viviendo en refugios después de que sus casas quedaran bajo agua.
Además, los padres se encuentran a menudo ocupados con el traslado de sus enseres a los refugios, y «no pueden atender al 100% a sus hijos», explicó a Efe Blas Acosta, del grupo de jóvenes Nueva Esperanza, en el barrio de Viñas Cué, que desde hace varios años organiza colonias de vacaciones con los más pequeños.
Acosta advirtió de que los refugios «no son lugares seguros» para los niños y resulta «peligroso» que salgan a jugar fuera de sus casas sin vigilancia.
«En los refugios, apenas hay privacidad y los niños están expuestos durante las 24 horas a ver y reproducir muchos comportamientos, como el maltrato o las peleas», e incluso son testigos de situaciones de consumo de drogas, alertó.
Por ello, Acosta propuso instalar en estos refugios unas carpas que sirvan como lugares seguros para que los niños puedan jugar, recibir el desayuno o la merienda, dormir la siesta o realizar actividades didácticas.
El juego, así como algunas técnicas artísticas como el dibujo, sirven en estos asentamientos como herramientas para permitir «que los niños se abran, dejen ver qué pasa por su cabeza» y exterioricen sus emociones, trastocadas después de que el río irrumpiera en sus casas.
«La crecida implica un trastorno psicológico para los niños. No es normal tener que salir de sus casas, mudarse con gente a la que no conocen, estar lejos de sus amigos, adaptarse a una situación nueva que a veces no entienden», afirmó Acosta.
En algunos casos, los chicos se encuentran «decaídos» o buscando un mayor afecto, y en otros recurren a un mal comportamiento como forma de «pedir auxilio» para enfrentar un momento difícil.
Agregó que el nuevo entorno fuerza a los chicos a madurar más rápidamente y asumir comportamientos impropios de su edad, como por ejemplo en el caso de las niñas que asumen el cuidado de sus hermanos menores en ausencia de las madres.
Por su parte, Carolina Barossi, también voluntaria en el grupo de Viñas Cué, afirmó que las inundaciones en Asunción han dejado «muchos niños desamparados, que necesitan atención médica y carecen de vestimenta o de los alimentos que les ayuden en su crecimiento».
La evacuación por las inundaciones conlleva el abandono por parte de los niños de «sus hogares y los parques y canchas donde solían jugar», por lo que Barossi consideró fundamental «organizar actividades lúdicas y recreativas para llevar un poco de alegría a los lugares donde se encuentran refugiados».
Este tipo de actividades deben ser «sostenidas en el tiempo» a través del trabajo de equipos de voluntarios, y no solo gestionarse como eventos puntuales de reparto de donaciones, dado que «los alimentos se terminan, la ropa se destruye, pero el apoyo psicológico de los voluntarios presentes en estos momentos es lo que no se olvida», según afirmó su compañero Blas Acosta.
Tanto el Gobierno como la sociedad civil están convocando a través de campañas y eventos en las redes sociales a actividades como «chocolatadas» o juegos coincidiendo con la celebración del Día de Reyes, el próximo 6 de enero.
La Mesa Nacional de Asistencia, conformada por organizaciones como la Secretaría de Emergencia Nacional, el Ministerio de Salud o el Arzobispado de Asunción promueven en estos días la campaña «Que los Reyes no pasen de largo», que busca acercar juguetes a los niños de los refugios.
Por su parte, organizaciones no gubernamentales como Plan Paraguay capacitan a los militares que trabajan en refugios para damnificados por las inundaciones para que aprendan cómo deben proteger a la niñez en situaciones de emergencia.