París – El rey emérito Juan Carlos I confiesa en sus memorias que cometió errores a lo largo de su vida, como haber aceptado el «regalo» de cien millones de dólares del rey de Arabia Saudí, al tiempo que no oculta la admiración y respeto que sentía por Franco: «Gracias a él fui rey».
El vespertino francés Le Monde desvela este miércoles algunos pasajes de ‘Reconciliación’, el libro de memorias del monarca que llegará en una semana a las librerías francesas antes de hacerlo a principios de diciembre a las españolas, tras los avances publicados la víspera por los semanarios Le Point y Le Figaro Magazine.
En las mismas, Juan Carlos asegura haber mantenido «relaciones personales y frecuentes» con el dictador Francisco Franco, por quien no oculta cierta admiración: «Le respetaba enormemente, apreciaba su inteligencia y su sentido político (…) Nunca dejé que nadie le criticara delante de mi».
«Nada pudo destruirle, ni siquiera desestabilizarle, lo que, en un periodo tan largo, supone un gran desafío», agrega sobre el autócrata que gobernó el país desde 1939 hasta su muerte en 1975.
En el libro, cuya publicación coincide con el 50 aniversario del fallecimiento de Franco, Juan Carlos asegura ser consciente de que ha decepcionado a muchos, que se dejó llevar por sus «debilidades» y que cometió «errores de juicio por amor y por amistad», además de haber tenido «amistades nefastas».
En concreto, se refiere al regalo del rey saudí en 2008 que, reconoce, «puede parecer inapropiado a algunos», pero que él presenta como «un donativo generoso de parte de un hermano», un «acto de generosidad de un monarca con otro».
«Es un regalo que no supe rechazar, un grave error», asegura el rey emérito, que añade que pensaba dedicarlo a sus necesidades tras su jubilación «lejos de la vida oficial española».
«Soy el único español que no cobra una pensión tras casi cuarenta años de servicios», afirma el que fuera monarca de España entre 1975 y 2014.
Reconoce haberse rodeado de «un cierto entorno malintencionado» y haber tenido «la debilidad de confiar en ciertos empresarios poco escrupulosos» y haber cedido a presiones» hasta el punto de verse «en medio de un lío financiero» que le superaba: «Actuaron en mi nombre pero sobre todo para su beneficio personal».
También lamenta el viaje que hizo en 2012 a Botswana, «un recorrido lejano y costoso que pudo parecer sorprendente ante la situación del país» y que «en las conciencias de algunos sigue siendo sospechoso».
Tras mostrar ternura por su esposa Sofía, pese a lamentar «amargamente» que no haya ido a verle a Abu Dabi, Juan Carlos admite un «desacuerdo personal» con la actual reina Letizia, cuya llegada «no ayudó a la cohesión de las relaciones familiares».
Según Le Monde, las memorias no entran en las diferentes relaciones extramatrimoniales que pudo tener el rey, que sin embargo sí confiesa haber sido víctima de «debilidades que pensaba hasta ahora poder ocultar», de «torpezas» y de «desvíos sentimentales».
Lamenta Juan Carlos la distancia con su hijo, el actual rey Felipe VI que, dice le ha «dado la espalda por deber». «Entiendo que como rey tenga una posición pública firme, pero yo sufría de que se mostrara tan insensible», asegura el emérito, que rememora un encuentro que mantuvieron en la navidad de 2020 en la que ambos estuvieron «encerrados en el silencio de la incomprensión y el dolor». EFE










